Capítulo 15.
|Azul Miller|
Portland-Oregón EE. UU/ Martes, 22-10-2013.
Las pesadillas cada vez son más frecuentes.
Tengo miedo.
Tengo miedo de mi mente que siempre me juega en contra tratando de hacerme revivir terribles eventos que amaría borrar de mi mente para siempre, los recuerdos me persiguen, recuerdos que desearía eliminar. Daría todo por no recordar nada, daría todo por sentirme bien y daría todo por no haber vivido aquello, pero los deseos nunca se cumplen, las expectativas son falsas, los recuerdos no se borran, los dolores no sanan y el amor no cura todo.
La mente es un lugar tan peligroso, a veces puede ser tu aliado, pero otras veces tu peor enemigo, encerrarte en tu mente para estar a salvo de tu realidad es algo frecuente en personas que han pasado por mucho....yo lo hago. Lo difícil es salir de tu mente, enfrentar a un mundo que es tan horrible, enfrentar la realidad a veces es tan terrible que prefieres volver a tu mente donde estas a salvo por momentos hasta que tu misma vuelves a engañarte, comienzas a manipular la realidad y tu mente ya no es un lugar seguro, solo es tu verdugo que te hace daño y no puedes escapar, pues estarías escapando de ti mismo.
Camino con pasos firmes, pero cansados, estoy segura de que cualquiera que me ve sabe que no hay algo bien en mí, he perdido la cuenta de la cantidad de personas que me han cuestionado si estoy bien, preocupados. Siempre decía que sí, aunque era demasiado consciente de que mentía.
Cruzo el estacionamiento y sigo caminando, decidida con acabar con esto de una puta vez.
Me acerco a mi novio que conversa muy amenamente con una chica, es con quien se besó hace un tiempo en una fiesta mientras estaba ¨ebrio¨. Me planto frente a él y como amo ser alta en este momento ya que no debo alzar demasiado la cabeza para mirarlo a los ojos, una leve inclinación para atrás basta, lo miro a los ojos y veo sorpresa en sus ojos cafés que amo con locura.
—Azul...
—Tú y yo vamos a hablar ahorita mismo —sentencio, arquea una ceja.
La chica a mi lado carraspea, la ignoro.
—Ey, bonita, estoy hablando con mi novio —mi ceja se sube sola al escucharla, pero no la miro.
Axel palidece.
—Azul, ella no es mi novia, mi novia eres tú —aclara rápidamente.
—¡Axel! —se queja ella.
La ignoro y sigo mirando al pelirrojo.
—Morgan, vete —ordena mi novio, ella jadea escandalizada, pero se va con la cabeza en alto —¿Dónde está tu novio? —pregunta con amargura una vez la tipa se va.
—¿Cómo quieres que te diga que Nate solo es un hermano, Axel? ¿Cómo? —suspiro —esto me está afectando demasiado ¡Mírame! —me da un repaso y su mirada se suaviza — estoy tan agotada, y lo único que he querido en estas dos semanas ha sido un abrazo de mi novio que me ignoraba mientras yo lo perseguía.
Traga.
—Axel... ¿Quieres terminar? —me atrevo a preguntar, temo de su respuesta, pero es lo correcto.
—No —susurra —Pero, debes entenderme Azul, Nick está enamorado de ti. —repite lo que me dijo hace tantos días.
—¡Nate! ¡Se llama Nathaniel! ¡Joder, Axel! —gruño — ¿Puedes madurar? Yo ya no te voy a perseguir intentando arreglar una relación que se quebró por tus estúpidos celos, te amo —confieso —pero si solo quieres jugar conmigo y no tienes la maldita intención de entender que Nathaniel Hall es solo mi hermano será mejor que lo dejemos aquí —señalo mi pecho — esto me hace muchísimo daño, Axel.
—¿Y crees que a mí no me duele ver cómo te estas enamorando de él lentamente?
Jadeo.
—¿Yo? ¿Enamorada de Nate? ¿Has escuchado la ridiculez que has dicho? —niego y pasa sus manos por su cabeza, frustrado.
—¡Lo amas a él! —grita.
—¡Te amo a ti! —grito.
—¡Joder Azul! ¡Esto me hace daño! —niego y sujeto su rostro — Júrame que no lo amas ¡Júramelo! —suplica cabizbajo, mi corazón se rompe al escuchar su voz inestable.
—Axel...
—Tú no eres quien ve como tus ojos brillan y tu sonrisa amenaza con partir tu rostro cuando estas con él, te hace reír como yo jamás lo hice, siempre hablas de él, Azul...siempre. —trago —Duermes con él, conmigo nunca has dormido, solo has tomado siestas de minutos y te ibas...él es bien recibido en tu casa, tu familia lo ama, tienen historia...
—Axel...
Me mira y sus ojos están tan tristes.
—¡Tu cuarto está lleno de fotos de él! —dice exasperado, se aleja de mi agarre y mis manos caen — Nunca te quitas ese relicario —señala mi cuello — ¡Te regalé un collar! Y jamás te lo pusiste, te disculpaste conmigo diciendo que jamás te quitarías el que te dio él —me mira fijamente — ¿Cómo carajos crees que me hace sentir eso? ¿Cómo?
—Axel, él es mi otra mitad...es mi hermano.
—¡Deja de decir que es tu jodido hermano, joder! —grita, tenso, las venas de su cuello se marcar —¡Yo debería ser tu otra mitad! ¡Yo que soy tu novio! ¡Yo!
—Axel, yo te amo a ti —repito inútilmente.
Tantos resentimientos de su parte me han tomado por sorpresa...Axel siempre ha sido seguro de sí mismo, hasta que llegó Nate.
—Lo amas a él, Azul —susurra y mi corazón se termina de romper al ver sus ojitos rojos.
¿Va a llorar?
—No, te amo a ti —digo con seguridad — Sé lo que siento, Axel —doy pasos firmes y me planto frente a él, acaricio su rostro, cierra sus ojos y una lagrima cae.
Trago el nudo de mi garganta.
—Nathaniel es mi hermano —niega —créeme cuando te digo que solo te amo a ti, Axel —trago sin ser consciente de mis próximas palabras desesperadas —me alejaré de él si es lo que quieres, solo no te quiero perder Axel, te amo con mi vida, eres muy importante para mí y...ja-jamás te quiero perder.
Me mira y junta nuestras frentes.
—¿Lo prometes?
—Sí.
Lo abrazo por el cuello y acaricio su cabello rizado de su nuca, suspiro sabiendo que todo va a ir bien para nosotros.