Azul no es lo que aparenta, ella es inteligente a niveles exorbitantes, nunca se metan con un Miller que ella la que planea todo.
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Capítulo 22.
|Azul Miller|
Era mayo, mayo del 2012. Fue un día en que llegaba tarde a clase, Andrew y Aracely había escondido mis libros y no llegué a clase de biología, corrí desde casa hasta el instituto, llegué hecha un desastre, pero solo me importaba llegar. No llegué y ese error se los eché a mis hermanos.
—Voy a degollarlos—gruñí al aire, colérica.
—Esas bonitas manos no pueden degollar a nadie—aquella frase pronunciada por una voz ronca me hizo girar.
Me enamoré.
Alcé la mirada y me topé con unos ojos castaño cubiertos por pestañas color naranja, pecas adornaban su rostro y su cabello era desordenado.
—Créeme soy muy capaz de degollar a alguien—bromee.
Yo nunca bromeaba.
—Seguro—extendió su mano y tomarla fue un error— Axel Bryce.
—Azul Miller—apreté su mano con firmeza.
—¿A quién vas a degollar Azul?
—A mis hermanos, escondieron mis libros y por su culpa llegue tarde.
—Es una pena que el señor Salvatore se pierda de tenerte en su clase—sonrió— ¿Me das mi mano?
—Claro— solté su mano, una sonrisita tonta adornó mis labios.
Soltó una leve risa y todo mi cuerpo reaccionó.
—Dijiste hermanos, en plural ¿Cuantos tienes? —el desinterés en su voz me hizo sentir mal.
Pero no vi lo que sentía, estaba tan embelesada que no analicé su lenguaje corporal, su mano temblaba cuando la pasaba por su cabello, su sonrisa era nerviosa, aunque fingía seguridad y su postura era muy tensa, nadie se para así estando despreocupado. En ese momento creí que era por lo nerviosos que estábamos, pero claramente era porque había comenzado su plan.
—Tengo seis—alzó las cejas, impresionado.
Pero sus ojos no tienen emoción alguna, ya tenía conocimiento de ello.
—Guao, ¿Los conozco?
Todo el instituto conoce a mis hermanos. Todo.
—Somos la familia Miller, seguro has oído hablar de nosotros. —recuerdo que asintió y me propuso ir a otro lado, para seguir platicando.
Grave error.
Claro que en ese momento no me cruzaba por la cabeza las intenciones ocultas que tenía, el gran plan que había comenzado esa tarde. Para mi Axel era el simpático chico que me acababa de flechar, era mi todo y mi nada a la vez, así de intensos eran mis sentimientos, pero su plan iba a destrozarme el corazón de una forma imperdonable. Quería destruirme a mí y a mis hermanos. Quería destruir a los Miller.
***
Fue a finales de julio de ese año cuando me pidió ser su novia, luego de más de 2 meses saliendo. Acepté encantada con su proposición, sin enterarme que en esos dos meses que lo dejé ver mi vida había estado estudiándome para poder perfeccionar su plan.
Fueron noches preciosas, él fue mi primera vez, nunca había tenido ese paso con Jorge, mi novio antes de él, quien me engañó igualmente. Pero yo sentía que Axel era especial, ignoraba las alarmas en mi cabeza, respondía sus preguntas raras y nunca estuve alerta hasta que un día caí en cuenta.
Era enero del 2013, Axel había pasado seis meses estudiándome de cerca, pero había comenzado a ver actitudes raras en él. Era como estar con personas totalmente diferentes, discutíamos fuertemente, no seguido, pero si por lo menos una vez a al mes. Él se iba, desaparecía y no sabía de mi novio por días, a veces una semana. No quería que mis hermanos metieran sus narices por lo que jamás investigue algo, pero en enero fue cuando me enteré de algo.
Lizzy caminaba nerviosa por mi habitación.
—Lizzy dime qué sucede—pedí, la ansiedad comenzaba a surgir en mi al verla tan nerviosa.
—No sé cómo decirte esto sin que se te rompa el corazón.
Me asusté.
—Lizzy—la seriedad en mi voz la hizo detenerse. Volteó a mirarme—dime que sucede—ordené.
—Axel— su mirada se tornó molesta, estaba enfadada con mi novio.
¿Por qué?
—¿Qué sucede con Axel?
Me acerca a mí y me toma de las manos.
—Es un mal chico, Azul—arqueé una ceja—Intentó besarme ojiazul. Intentó besarme.
Retrocedí, solté sus manos y retrocedí. Escuché como mi corazón se quebró y caí de rodillas, sintiendo como mi mundo se desmoronaba. En ese momento no dudé de la palabra de mi mejor amiga, escenas me llegaron de golpe y supe que Axel no era lo que parecía. Me había estado engañando, me había robado el corazón, había hecho que lo amara, había hecho que cada célula de mi cuerpo le perteneciera, había hecho que lo amara y eso fue lo que más me destrozó.
—¿Azul?
No lloré, no sentí más que rabia, no podía creer nada de aquello, pero sabía que era cierto. Jugaron conmigo, me movieron por 6 meses como una simple ficha de ajedrez, eso despertó mi rabia y sed de venganza. Azul Miller no era una ficha de ajedrez, yo era el jugador principal e iba a hacer tal jaque mate que nadie lo iba a ver venir, ni él.
Me levanté y limpié mis ojos que se había humedecido, pero ni una sola lágrima cayó. Ni una sola.
Miré a mi amiga y tomé mis cuchillos, retrocedió, asustada. Giré los cuchillos en mis dedos, analizando y pensando a toda velocidad, como a la dejado de hacer a causa de ese bastardo malnacido. Nadie juega con Azul Miller. Nadie.
Caminé de un lado a otro, sin dejar de mover mis cuchillos, armé un plan, me tomó menos de 3 horas tener todo en mi cabeza.
Lizzy que se había mantenido en silencio esperando que terminara me preguntó.
—¿Cuál es el plan?
Sonreí, morbosa.
—Vamos a hacer que se arrepienta de hasta haber nacido Lizzy—mi voz ya no era cariñosa, era fría y cruel.
El amor que sentía es odio, bien dicen que del odio al amor hay un solo paso.
***