Narrador omnisciente.
Lo habían visto, Azul Miller había visto a quien tanto la estudiaba, maldijo a todo y corrió, su plan estaba en peligro, grave peligro. No podía permitir que la castaña sospechara algo, fue consciente de que ella no se acercó a la reja a mirar hacia donde iba, pero sabía que se acababa de poner la soga al cuello. No era momento, no era momento. Tuvo que quedarse en un hostal hasta que fue de madrugada y pudo regresar a la casa junto a la mansión Miller.
Si algún otro Miller lo veía estaba muerto, era muy consciente, sintió pánico, sintió lo mucho que peligraba su plan, no era momento de volver y decir la verdad, aún no, aunque la desesperación poco a poco se estaba apoderando de su cuerpo, aún no era momento. Debía seguir vigilando a Azul, pero era difícil ya que solo se la pasaba besuqueándose y cogiendo con Nathaniel, le alegró que por fin fueran novios, siempre pensó que harían buena pareja, pero ahorita mismo le fastidiaba, quería seguir estudiando a Azul sin tener que ver como se arrancaban la ropa y hacían cosas que no deseaba ver.
Es por ello y debido a la desesperación que se acercó un poco a la casa, a verla a la distancia. Error 01. Esa persona siempre seguía a Azul, a una distancia considerable, pero lo hacía y nunca había sido visto hasta ese momento en que los ojos azules de la castaña enfocaron, ella no se movió, fueron 2 segundos en que se observaran, pero bastó para la castaña y esta persona lo sabía perfectamente.
Pasó una mano por su cabello, pensando que demonios hacer a continuación, debía pensar algo rápido, si Azul comenzaba a investigar se iba a liar y todo se iba al carajo.
Se tomó con calma los siguientes días, debía guardar fuerzas y energía, debía calcular todo fríamente.
***
La bonita familia que tanto odiaba a los Miller en cambio al vigilante de Azul, estaba muy contentos con el desenvolvimiento que tenía Leonardo en el entorno de Azul. Leo había enamorado a André y siempre estaba de su lado, Nate lo aceptaba en su círculo cercano y Azul no sospechaba nada, poco a poco se iba a acercar hasta tener a Azul donde quería.
Era un bonito avance y todos estaban contentos con ello.
El padre de la familia llegó a donde todos los hijos se hallaban reunidos, Leonardo y los mellizos. Claro que faltaban dos, pero ya no estaban presentes lamentablemente. La madre de la familia se alarmó al ver a su marido pálido y furioso, pero a la vez confuso, como si no supiera que sentir al respecto de lo que sucedía.
—Cariño, que sucede —la señora pelirroja sentía una gran angustia.
Él trago, soltó la bomba sin más, sin anestesia o advertencia previa.
—Liam está vivo.
La señora jadeo, escandalizada.
Los tres hijos se quedaron en blanco, pasmados.
—Es imposible —fue lo primero que dijo Leonardo, reaccionando.
—Está vivo, su hermana me lo acaba de confirmar, Azul vio a Liam.
EL otro hijo pasó una mano por su cabello, naturalmente pelirrojo, pero se encontraba castaño debido al tinte.
—Papá ¿Está segura que era él?
—Sí, su hermano está vivo.
Leo retrocedió, furioso.
Golpeo la mesa con las palmas de las manos, el ruido seco hizo estremecer a su hermana.
—¿Acaso no pudo morir? ¿Era así de inútil? —graznó el castaño.
La señora madre se apresuró hasta su hijo menor y le dio tal cachetada que resonó en todo el salón.
—No hables así de tu hermano, Leonardo —ordenó furiosa.
—Lo siento, madre —respondió este, cabizbajo. Cohibido, siendo consciente de su atrevimiento.
—Liam está vivo —saboreó las palabras en su boca, la hermana — esto es malo.
—Va a ir por Azul —gruñó Leonardo, furioso.
***
En la casa Miller las cosas estaban bien, Azul estaba muy feliz últimamente con su noviazgo con Nate, ya había pasado 2 meses desde aquel día que lo vio, había pasado su cumpleaños número 18 en el que fue muy feliz, su familia no dejó de saltar y felicitar a los muchachos cuando la noticia de que Azul y Nathaniel eran pareja.
Los Miller adoraban a Nathaniel Hall.
Azul intentaba no preocuparse por Liam, total había confirmado su muerte con Aidan, que le dio una copia del certificado de muerte de Jones, Liam. Pero la espinita de curiosidad seguía ahí, no había vuelto a sentirse vigilada, pero sabía que esa persona seguía ahí, entre las sombras, esperando el momento justo para atacar.
Los días pasaban y pasaban, todos tensos. Azul por su investigación, la familia por la noticia de que uno de sus miembros vivía y el vigilante estaba entre las sombras deseando que los días pasaran rápido, quería decirle a Azul la verdad, quería decirle que nada de lo que piensa es verdad y enmendar sus errores.
Fue a mediados de mayo cuando todo se descontroló, la puerta de la casa del vigilante fue tirada al piso y entró un castaño alto, con ojos negros, musculoso y parecía muy cabreado. El vigilante de Azul, retrocedió.
—Hola.
Tragó en seco la reconocer a la persona, debía huir ya.
—Leonardo —susurró.
—Hola hermano mayor —canturreó el castaño mirando —no puedo creer que seas tan hijo de puta como para traicionar a tu familia, Liam.
Liam sonrió ladino, tomó el arma y sin dudarlo le disparó en la pierna a su hermano menor, Leonardo cayó al sueño soltando un aullido de dolor, miró a su hermano incrédulo, sin creer que le había disparado.
Liam pasó por su lado con una sonrisita, divertida.
—Nos vemos, hermanito —canturreó Liam — y que quede claro que esto recién comienza, no van a atrapar a Azul antes que yo.
El plan se adelantaba, todo debía suceder en el siguiente mes, nada podía atrasarse, tenía 30 días para contar su historia, su plan. Su plan debía comenzar y Azul era la primera ficha que iba a mover, aunque para su desgracia Azul ya había dejado muy en claro que ella no era ninguna ficha, ella era la jugadora principal y no se iba a dejar mover o vencer, ella hacia jaques mates y lamentablemente Liam Jones no sabía eso.