Mi partida de Ajedrez (#01 Saga Miller)

Recuerdos de infancia-parte 03

|Azul Miller|

Corro por la casa de Nate, mami me dejó acá, estoy esperando a que venga Nate para jugar, corro y corro imaginando que soy un avión.

—Wi u wi u wi u wi u —canturreo.

—¿Cielo? —miro a la mami de Nate que me mira con los ojos llenos de agua.

—¿Por qué lloras mamá Nat?

—No es nada cielito —se sienta en el sofá y me acerco a ella, un poco cohibida —¿quieres un bocadillo?

Me acerco y poso mis manos sobre las suyas, mis manos son muyyyy pequeñas.

—¿Por qué llorar? —vuelvo a preguntar — ¿Por el papi de Nate?

Me mira fijamente, las lágrimas se le escapan de los ojos, con mi pequeña mano limpio su mejilla torpemente, toma mi mano y le da un beso en la palma.

—Eres una niña muy inteligente, Azul —sonrío tímidamente.

—Mami dice que soy más lista que mis hermanos, no le digo eso a ellos si no lloran —abro mucho los ojos —si llora uno todooooossss lloran —enfurruño.

—¿Cómo están tus hermanos?

—¿Todosss? —pregunto impresionada, asiente con una linda sonrisa.

—Tengo muchossss hermanos —suspiro profundamente antes de comenzar a hablar rápidamente —Anthony tiene 12, es grande y raro, no quiere hablar con nadie y se la pasa en su cuarto, lo extraño —hago un puchero, pero se me pasa rápido la tristeza y sigo hablando — Andrew baila todo el día, a veces me enseña pasos, Aracely les hace ropa a sus muñecas, no me deja tocarlas —tuerzo los labios —aunque lo hago a escondidas cuando sale —rio cubriendo mi boca —Aarón es bebé y... —me detengo un momento — es bebé —repito asintiendo con solemnidad —tira de mi cabello —sujeto una de mis coletas —duele y las gemelas son másssss bebés aún, tienen dos años y muerden mis juguetes, pero les doy los que no me gustan así luego mami y papi me compran nuevos —sonrío ampliamente.

Miro a mamá Nat que sigue llorando.

—No llores —pido —Nate se va a poner muy triste si te ve llorar mamá Nat, siempre está triste porque lloras.

—¿Así?

—Nate te extraña —abro mis ojos con sorpresa y cubro mi boca con mis manitos —oh no, no podía decir eso —suspiro —ahora Nate se va a enfadar —digo entristecida.

—Tranquila Azul —la miro — no le voy a decir nada.

—¿Nada?

—Nada cielito, ven dame un abrazo —río y me arrojo a sus brazos.

Mamá Nat es buena. 

 




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