Capítulo 27.
|Azul Miller|
Portland-Oregón EE.UU/ Jueves, 22-05-2014.
Intento ocultar mi risa cuando mamá sigue llorando mientras teje un gorrito blanco para el bebé de mi hermana.
—¡No te rías! — me regaña antes de sorber su nariz de manera ruidosa.
Aprieto mis labios.
—No me estoy riendo— digo con la vista en mi celular.
Azul: mamá está toda llorona por no haber ido a la ecografía con Aracely. Corran.
Anti-amor: JAJAAJAJ, ya estamos llegando, solo no te rías que sabes que eso la indigna.
Azul: voy a intentarlo, dile a papá que acelere.
Andrew y yo apostamos, pero perdí así que tuve que quedarme con mamá llorona. Mientras papá y él se iban a comprar cosas para la cena. Fue demasiado raro que papá no fuera a trabajar hoy, dijo que quería quedarse en casa, nadie lo cuestionó, pero fue raro.
—No puedes ir, cariño—murmura mamá intentando imitar la voz de papá en medio de todas sus lágrimas— pues yo puedo ir a dónde quiera, que se joda— dice antes de sellar el punto y dejar el gorrito terminado de lado.
—¡Mamá! — digo sorprendida por su palabrota antes de soltar una carcajada de la sorpresa.
Mamá nunca dice palabrotas.
—¿Qué? — pregunta y sigue llorando antes de comenzar a tejer otro gorrito, pero está vez gris claro cómo no sabemos que sexo va a ser el bebé, se la pasa tejiendo en colores Unisex.
—¡Deja de llorar! — no aguanto más y sonrío divertida.
—¡Azul Samey Miller! — gruñe y veo venir el palito de tejer por lo que lo esquivo.
—¡Mamá! — me quejo —No me avientes eso.
Miro al pasillo y veo a papá llegar, tiene una sonrisa divertida y sus ojos verdes brillan de diversión. Me guiña un ojo, Andrew niega con la cabeza. Vuelve a poner cara seria antes de gritar.
—¡Llegamos! — fijo un suspiro de alivio cuando entra con Andrew al living— ay, cariño, ya no llores. —le dice al verla como si no se hubiera estado riendo.
—Me tiro un palito para tejer.... otra vez— me quejo, no es la primera vez que me tira uno de esos palitos, duele— papá, dile algo. — apoyo mi cabeza en el brazo de Andrew cuando se para a mi costado.
Me mira extrañado, se encoje de hombros y me deja recostarme en su brazo.
—Daniella...
—No Sebastián, yo quería ir— dice y sigue llorando, papá se sienta a su costado y la abraza.
—Es un momento de ellos, Dani. Deja de llorar y arrojarle cosas a Azul.
—Ya sé, solo que mi tercera bebé va a tener un bebé. Voy a ser abuela por segunda vez, por mi Aracely y yo quería ir— se deja abrazar a papá hasta que se calma.
—En el siguiente eco puedes ir, claro si te invitan, ellos querían ir a ver a su bebé solos, no armes un drama por esto.
—Tienes razón— suspira y dirige sus ojos azules a mí— lo siento, bebé cuatro. No debí tirarte un palito de tejer.
Me encojo de hombros para que no se preocupe más.
—Te prometo que cuando yo tenga un bebé en muchos años, vas a ir conmigo a mi primer eco —si es que tengo hijos, pero no le diré eso o seguirá llorando.
—Gracias bebé— mamá sigue dejándose mimar por papá.
Miro a papá y me vuelve a guiñar un ojo.
Es irónico, ninguno de nosotros saco los ojos de papá, todos tenemos los ojos de mamá. Si papá no fuera rubio diría que definitivamente mis hermanos solo sacaron cosas de mamá.
Pero todos tenemos la personalidad de papá, los únicos tímidos como mamá son Aarón y América. Aunque ni tanto teniendo en cuenta que aman torturar a personas.
—Vamos a sacar las compras del auto— me dice Andrew y gimo con pesadez.
Lo sigo arrastrando los pies.
—¿Canelo? —pregunta abriendo la maletera.
—Zeus —lo corrijo y me ignora —está durmiendo en mi cuarto junto a Hades.
—Ah, ¿Te sucede algo? —pregunta estirando los brazos.
Tomo las bolsas de papel repletas y se las pongo en los brazos.
—No, ¿Por?
—Estas de buen humor y....no traes tus cuchillos.
Miro mi muslo que no tiene el cinto con los cuchillos, me encojo de hombros.
—Hoy no voy a salir de casa, así que los dejé.
—Deberías ponerte ese cinto y los cuchillos —alzo mis cejas.
Siempre me dicen que me quite el cinto y ahora quieren que me lo ponga, lo miro de arriba abajo, analizándolo rápidamente y guardando cada detalle que observo en mi mente, para analizarlo a detalle luego, se da cuenta de mi mirada y me da una advertencia con los ojos.
Arruga su frente ante sus pensamientos, pero no dice nada más, le pongo 4 bolsas en los brazos, me pongo las llaves en los dientes y tomo las dos bolsas que quedan, caminamos dentro en silencio, voy a la sala, que asco, mamá y papá se están besuqueando. Carraspeo, me ignoran y vuelvo a carraspear.
Papá suspira frutado y me mira, me acerco, alza una ceja, alzo la barbilla, entiende y toma la llave de mi boca.
—Cierra la maletera y pon la alarma —pido yendo a la cocina.
Dejo las bolsas en la barra americana y guardo las cosas con Andrew en silencio.
Pienso a toda velocidad mientras guardo los tomates en la nevera. Me oculta algo y lo descubriré.
Dejo todo en su sitio, tomo una botella de agua de la nevara y subo las escaleras mientras la abro, la lleva a mi boca y le doy un gran sorbo, tengo la intención de ir a mi cuarto cuando Aarón se asoma desde la puerta de su cuarto, me mira fijamente, lo miro con una ceja arqueada.
—¿Qué?
Su mirada baja a mi muslo, se tensa al ver que no tengo el cinto.
¿Qué demonios sucede? Entrecierro los ojos.
—Deberías ponerte tu cinto.
Me tenso.
—¿Por qué?
Alza la mirada y sabe que me di cuenta que esconde algo detrás de su mirada.
Se encoje de hombros, despreocupado.
—No sé, siempre te lo pones, no deberías quitártelo, te vas a poner ansiosa.