Capítulo 31.
|Aarón Miller|
Paso mis manos por mi pantalón, ansioso.
No saber de Azul me tiene los nervios de punta, no debí darle esa pulsera, pero la culpa me carcomía, saber la verdad y ver como mi hermana se desmoronaba ante tantos miedos y pesadillas era terrible, así que, aunque ahora mis demás hermanos se están partiendo la cabeza intentando saber cómo es que Azul descubrió la verdad yo no digo nada, sé que no entenderían. Nate esta tan angustiado y triste, Azul lo dejó y él sabía que esa era una posibilidad, aunque jamás había aceptado eso como algo que realmente pudiera suceder, siempre fue como algo extremo para él, aunque era más probables que imposible.
Suspiro y decido ir al cuarto de seguridad, no sé porque, pero debo evitar a toda costa ir con mis hermanos o por mucho que sepa mentir voy a terminar diciéndoles que Azul sabe la verdad por mi culpa, me van a degollar.
Suspiro y comienzo a ver las cámaras, no pasa nada interesante afuera, adelanto y atraso los videos de hoy para ver si hay algún chismesito fresco, es divertido ver como los vecinos hacen estupideces, luego puedo regar el chisme entre mis hermanos y por consiguiente todos los vecinos se enteran de una forma u otra, es divertido.
Mi sonrisa divertida se borra cuando veo a Azul parada en la casa de al lado, hago zoom y enfoco el cuadro, mira de reojo a la cámara y dice algo muy claro. Código negro. Quiere ayuda, va a ir por Liam. Mierda.
Veo la hora del video. 16:43 horas.
Mierda, son las 18:15 horas.
Corro escaleras abajo, voy al living donde mis hermanos y cuñado están reunidos.
—Mierda —susurro, me ven desconcertados.
— ¿Sucede algo? — pregunta Aracely.
—Código negro, Azul, está en la casa de al lado, ha ido a por Liam —suelto de golpe.
Anthony y Nate se levantan de golpe del sofá, Aracely jadea y lleva su mano a su vientre, Andrew me analiza con la mirada. Las gemelas se miran entre sí.
—Esperen —ordena Andrew —¿Cómo sabes eso, Aarón?
—Cámaras de seguridad. Estaba viendo los videos, aburrido y vi a Azul, ella antes de abrir la puerta de la casa miró hacia acá, sabía que las cámaras estaban grabando, ella sabe que reviso las cámaras diario —trago —dice muy claramente código negro.
—Enséñanos —asiento y corro escaleras arriba, me siguen.
Les enseño el video y coinciden conmigo, Anthony no tarda en dar órdenes y aunque intentamos retener a Aracely, ella aun con su panza de cinco meses se pone ropa negra como si fuera espía, nos alistamos y repartimos armas. Ya vamos Azul.
***
|Azul Miller|
Luz blanca.
Sacudo mi cabeza intentando reaccionar, abro de poco a poco mis ojos, lo primero que veo son ojos verdes. ¿Nate?
Sonrío involuntariamente.
Cierro mis ojos y los vuelvo a abrir hasta que enfoco unos ojos negros, me mareo al ver a la persona frente mío, los recuerdos me golpean y mi sonrisa se borra.
Mi respiración se agita, mis manos tiemblan.
—Azul —saluda cortésmente.
—Azul calma —miro a su lado donde Lizzy está atada.
Al igual que L-Liam.
—¿Qué...?
Miro hacia abajo, una soga me envuelve presionándome a la silla.
—Mierda —miro a mi alrededor.
No quiero ni ver a Liam.
—Azul —ignoro su voz, cierro sus ojos evitando los recuerdos que me vienen a la mente —Azul, escúchame antes de que vengan.
Miro a Lizzy en busca de información.
—Azul —inicia suavemente —escucha a Liam.
—Me dijiste que no viniera —murmuro recordando lo angustiada que estaba —¿Qué haces acá?
—Azul, mi papá se llama Camilo Brown.
Asiento sin entender a qué viene el nombre de su padre, Ivana me ha hablado de él.
—Mi papá también se llama Camilo Brown —miro a Liam y sus ojos negros me haces jadear, aparto la mirada —Azul, Lizzy y yo somos hermanos.
Vuelvo a mirarlo y aunque me cuesta horrores logro sostener la mirada, proceso lo que dijeron.
Mierda.
—¿Q-Qué? —miro a mi mejor amiga —dime que es broma ¡Dime que es broma! —exijo y suelto una bocada de aire.
—Intenté evitar que vinieras ojiazul, quien te quiere hacer daño no es Liam, son nuestros padre y hermanos.
Mierda, es mucho.
—No me jodas Elizabeth, no me jodas —trago —Liam, esta mierda de acá es quien me agredió e intentó violar.
—No es cierto —ignoro la voz de él.
—Lizzy, dime por favor que esto es una mala broma —suplico.
—Es verdad, Azul.
Tenso la mandíbula y gruño.
—Traidora de mierda —siseo, mis ojos se humedecen.
—Azul...
Con mis manos palmeo mis muslos, mi cinto no está.
—Nos quitaron todas las armas —informa con cansancio el castaño, lo ignoro.
Palmeo mi otro muslo, bingo.
Siempre, desde que comencé a usar mi cinto solo me lo ponía en el muslo izquierdo, pero está vez me puse otro, pero debajo del pantalón de buzo, no se nota. ¿Enserio no registraron?
Casi río, que ridiculez.
Meto mis manos debajo del pantalón y con cuidado saco mis dos cuchillos, me desato cortando la cuerda.
Sonrío y me acerco a ellos con mis cuchillos en manos, lista para matarlo y a ella hacerle daño.
—Tú me abrazaste —mascullo mirando a Elizabeth, giro el cuchillo entre mis dedos—¡tú me abrazaste cuando mis hermanos y exnovio me traicionaron! — ladeo la cabeza, mi sonrisa es incredula — Un poco hipócrita de tu parte teniendo en cuenta que me traicionaste igual o de peor manera, estando cerca mío para lastimarme.
—Azul nunca te he lastimado.
—¡Cállate! —le grito a Liam —¡Cállate joder! ¡Tú eres la persona más despreciable del mundo! ¡Eres una basura! ¡Tenía 12 años, Liam! ¡Doce años! —aprieto mis labios —era una niña y me hiciste tanto daño. —maldigo por lo bajo.
—Azul escúchame —pide.