Mi pasado... me obligo a cambiar

La isla que no puede ser encontrada.

Cualquiera de las decisiones era una mala idea; por un lado estaba la opción de ser libre e irme, nada me asegura que estos idiotas cumplan su promesa, y aunque la cumplan mi familia ya no está conmigo… y aunque no he ido, basto haber visto a los otros dos sujetos regresar del poblado completamente ensangrentados para asegurar que en el pueblo estaba con vida solo nadie, y él es una persona que teóricamente no existe…

Y por el otro lado estaba la otra cara de la moneda, irme con ellos. Ser partícipe de las atrocidades que cometerán de hoy en delante por mera decisión mía y eso incluye definitivamente quitarle la vida a demasiadas personas, quizás yo no lo haría como tal… Pero el simple hecho de ser parte de la tripulación creo que ya me hace un asesino, aunque en esta opción existe una cosa buena como consecuencia: Si voy con ellos, definitivamente aprenderé aquello que estando aquí jamás podre, a defenderme. Eventualmente ese aprendizaje de convertirá en un arma que me hará deshacerme de todos ellos para siempre pero también iría en contra de lo que mi madre me ha enseñado por mucho tiempo: “Se amable, incluso con aquellos que no lo han sido contigo; se una mejor persona día con día, sin importar que.” Esto es algo que nos decía tanto a mi hermana como a mi día con día, y son unas palabras que cumplir en esta isla es demasiado sencillo, pues básicamente nunca hemos tenido una discusión con alguna otra persona del pueblo, y aunque pensé que esa frase jamás la utilizaría, heme aquí. Frente a una persona cruel, despiadada y a quien le tengo un rencor inimaginablemente alto…

  • Se mejor persona… - Dije en voz alta, haciéndome escuchar. - ¡Se mejor persona! – grité un vez más con más fuerza. - ¡Ellos son la escoria, tú debes ser mejor!
  • ¿Eh? – Murmuro a lo lejos uno de ellos y se acercó a mí. - ¿Ser una mejor persona?, ¿En este mundo? ¡No me hagas reír mocoso! – Al terminar de hablar me dio una bofetada realmente fuerte y dolorosa haciéndome caer al suelo y dándome tiempo apenas de meter las manos para detener mi caída. – este mundo es cruel, si piensas que nosotros somos una escoria, es porque lo único que en tu corta vida has visto, es este patético lugar en medio de la nada. – el hombre se hinco en el suelo y me tomo de la camina, colocando su cara algo cerca de la mía mirándome fijamente. – Nosotros somos escoria, pero algún día lo serás tú también.
  • Se mejor persona… - Agregué una última vez, no parpadee un solo segundo y era como si estuviéramos peleando en ese instante.
  • En serio me agrada este chico. – Dijo el capitán regresando a donde estábamos y con su mano obligando al otro sujeto a soltarme. – Tiene una mirada que no he visto en ninguno de ustedes, es débil. Pero solo con verlo sé que con los años será más fuerte que todos nosotros juntos. - ¿Qué decidiste? – Dijo por última vez ayudándome  levantarme.

Yo me quede callado mirando hacia la isla y a lo lejos mire a Güilé que se acercaba a nosotros cargando algo no mayor a los 30 centímetros de alto y 10 de ancho; envuelto en tela blanca, tan blanca que parecía una ilusión.

  • Esta es la esencia de la isla. – Dijo acercando aquello que cargaba hacia mí. – Si decides irte, puedes tomarlo y de esa forma esta isla te pertenecerá, nadie podrá encontrarla de nuevo excepto aquellos que lleven tu sangre, y si decides quedarte serás mi sucesor.

No entendía nada de lo que decía… ¿Su sucesor?

  • ¿Sucesor? – Pregunté realmente confundido.
  • No te diré lo que soy, hasta que tomes una decisión, después de todo la información que te dé, depende enteramente de lo que elijas como tu futuro. Atlantis es un sitio que pocos deben conocer por lo que es en realidad, o más bien lo que habita aquí. - (Hablando supongo de sí mismo.)
  • Algo me dice que debo irme… - Contesté con algo de tristeza sin saber la razón. – No puedo aceptar ser tu sucesor.
  • Entiendo, entonces toma este objeto. Cuando salgas de la isla esta volverá al fondo del mar y saldrá cuando regreses tú, o alguno de tus descendientes, la llave es justamente esto que cargarás y nadie más podrá tomar.

Cuando termino de hablar, su cuerpo se desapareció como si se tratase de arena y aquello que cargaba cayó al suelo demostrando una pequeña caja de madera con adornos de algo que parecía ser hueso, al abrirla dentro de ella se encontraba un pequeño colgante de correa de un color tan oscuro que no reflejaba absolutamente nada de luz, la forma era un circulo completo, a los extremos del circulo tenía unas runas realmente extrañas de formas puntiagudas la mayoría impresas en básicamente toda la circunferencia y por el centro se encontraba un hueco extraño, en el centro de este hueco parecía circular una especie de humo gris que no se salía de allí no importa que tanto lo agitara y tampoco podía pasar mi dedo a través…

  • ¿De dónde sacaste eso? – Dijo uno de los hombres acercándose. - ¡Dámelo!

Intentó tomarlo pero su mano no pudo siquiera tocarlo, era como si lo traspasara, el capitán acerco su mirada al colgante y al verlo, comenzó a mirar en todas las direcciones, como si estuviera buscando algo.

  • ¿Dónde está la persona que te dio eso? – Preguntó con demasiada confianza.
  • Ha desaparecido. – Respondí colgándome ese objeto en el cuello.
  • Ahora entiendo por qué me llamaste la atención. – Dijo sin dejar de mirar todo alrededor.
  • ¿Qué es esto? – El parecía saber muy bien lo que esto era…
  • ¿Él no te lo dijo?, vaya… Supongo que le volverás a ver. Después de todo si tienes esto, significa una sola cosa.

Ni siquiera me dio tiempo a responder y en cambio me clavo su espada en mi estómago y la giro violentamente, evidentemente yo sentía demasiado dolor y gritaba con fuerza, pasados unos segundos el capitán saco su espada y esta se encontraba completamente limpia… No tenía ni una sola mancha de sangre y por mi herida no se veía saliendo nada, únicamente podía verse el hueco y mis órganos internos reconstruyéndose poco a poco.

  • Entonces si es lo que pensé… - Agregó el, mirando su arma y mi herida una tras otra. – Parece ser que al aceptar ese regalo te has convertido en algo que no puede morir.



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En el texto hay: batallas, barcos, batalla interna

Editado: 22.11.2020

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