¿Se puede ser más feliz que haciendo las cosas que más amas? El ballet es más que un baile; es amor, pasión, expresión,dedicación y esfuerzo. Y yo le he puesto todo esto desde que tengo memoria. Amo como puedo contar historias tan solo haciendo movimientos, como puedo ser sencilla y a la vez tan fuerte, y como toca a las personas esa delicadeza tan femenina que se desprende cuando haces piruetas. Esa es una parte de mi vida, la otra se la dedico a Dios. Conocí a ese Señor tan Bondadoso y Bueno cuando estaba en el orfanato. Las hermanas nos contaban una y otra vez la hermosa historia de Jesús. Nunca me canso de leerla. ¿Como pudo el ser humano ser tan malo de crucificar a un Ser Perfecto que lo único que hacía era el bien? Ese ser humano es el mismo que ahora crea guerras incoherentes solo por pedazos de tierra. Porque son celosos, codiciosos, y sobre todo, crueles. Así también fueron mis padres, unas personas sin corazón que dejaron a una niña sola en un orfanato. Ese es el ser humano. El que saca riquezas malas del tesoro malo de su corazón. Aún así también hay personas diferentes, personas pasivas que se preocupan por hacer el bien. Como mis amigos del ballet. Ellos están guiados por el mismo sentimiento que yo, y donamos lo que recaudamos de las presentaciones para dárselo a los pobres, necesitados y enfermos. Esa es mi pasión.