Mi Pasión...Su Propósito

"Sorpresa de Navidad"

Esa noche de Navidad tuve que bailar una obra que había estado ensayando hacia muchos meses. Se llama "En el pesebre de Belén". Entre mis amigos y yo representamos los pastores que iban a ver al niño Jesús. No fue nada fácil llevar el ritmo con los bastones, aún así todo salió bien y recibimos un fuerte aplauso del público. Al hacer una reverencia al público, musité con mis labios un agradecimiento a Dios. ¡Estaba muy feliz de que pude hacer todo bien! Incluso ese relevé que me costaba tanto.

Al salir bien abrigados nos deseamos entre todos una Feliz Navidad.

— Oye Brooke, ¿no vienes con nosotros a comer el pavo? —pregunta Paige— Te aseguro que John esta vez si le echo sal.

— Eso si sería un buen regalo de Navidad —me río— Pero voy a tener que pasar, aún no he podido adornar mi arbolito.

— En cuanto a eso —Darcis saca del bolsillo una cajita abriéndola ante mis ojos— ¡Tachán! Es una esfera de todos nosotros.

— ¡No inventes! —la tomo impresionada— Por fin tuviste dinero para mandarla a hacer.

Todos nos reímos. Darcis siempre está con los bolsillos defondados y nunca aporta nada que tenga que ver con dinero. Después de rechazar cada petición de ir, me despedí de ellos con un fuerte abrazo. Los quiero mucho.

Me fui a casa por el camino lleno de nieve. Todas mis huellas estaban marcadas, eran unas muy grandes. Había crecido tanto y ni siquiera me había dado cuenta en todos estos años, que ya era una mujer. Y que nunca podría haber llegado a ser la que soy ahora si Dios no me hubiera acompañado en la carrera de la vida. Sumida en mis pensamientos, vi que la puerta de mi casa ya estaba abierta y las luces encendidas. Por un momento pensé: "Ladrones". Puse una posición de lucha, para dar una patadota a la puerta. Abriéndola (o mejor dicho, rompiéndola).

— ¡Ay, me sangra la nariz! -un hombre se la sangre de sus fosas nasales por el portazo que le di.

— Perdón, no fue mi intención -tomo a la persona por el hombro, sacando de mi bolso un pañuelo- ¿Y ustedes quienes son? ...No, esperen, perdón, creo que me equivoqué de casa.

Me disponía a irme cuando una voz me llamó, era dulce, muy maternal. Elementalmente, esa mujer se parecía a mí y tenía los ojazos azules que yo tenía. Caminó hacia mi, aunque yo me eché un poco hacia atrás. Cuando pronunció unas palabras, mis oídos se aturdieron.

— ¿Que eres quien? -respondí aún sin razonar.

— Brooke, tu mamá. Si, por fin hemos llegado -extiende sus brazos hacia mi.

— ¿Ahora es que vuelves? Me dejaste sola en un orfanato estos 19 años ¿Para que vuelves? Ya soy una mujer mayor de edad.

— No importa que edad tengas, siempre necesitarás a mamá.

— ¿Eso es lo que eres? -arqueo una ceja- No, te diré como se llaman las personas que abandonan a sus hijos...

— ¡Yo no quería hacerlo! Éramos muy pobres... bueno, lo somos...-suspira- No podía mantener yo sola a una familia completa, y menos a una bebé. Habrías muerto si te hubieras quedado con nosotros. ¡Te salvé la vida!

— Yo... -me seco las lágrimas- ¿Como puedo creerte? No tengo evidencias.

— Escuché que eras cristiana -mi madre saca una Biblia- ¿No recuerdas lo que le dijo Jesús a Tomás cuando no creyó que había resucitado?

— Si, le dijo: "Porque me has visto,Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron". ¿Y eso que tiene que ver?

— Que no hay que ver para creer. Bueno, al menos lo intentamos -cierra la Biblia- Queremos ser una familia unida otra vez. ¡Vamos! Es Navidad.

— Dejenme pensarlo.

Me pongo a bailar ballet mientras pienso. Eso me ayuda a concentrarme

​​— ¿Está borracha antes de la cena? -susurra un primo mio.

— Yo creo que si -responde mi tía.

Señor, esas son las personas que no dudaron en dejarme sola en un orfanato, donde pasé esos años oscuros hasta que me acogiste debajo de Tus Alas. Sin ti, hubiera desfallecido. Lo sé, tenían una buena razón. Tú nos dices que debemos perdonar a todos, así como Tú nos perdonaste sabiendo lo malos que somos. Si, eres mi Maestro y yo tu alumna; si tu perdonas, yo perdono. Me volví a ellos y los acepté en mi humilde hogar. Después de todo es Navidad. Nos dimos un enorme abrazo, y por primera vez sentí el calor familiar que es el mejor abrigo para este invierno. Ay, suspiro, por fin estoy en casa.

— Oigan ¿quien arregla la puerta?

Todos se miraron.

— Esta bien, voy yo. Ustedes preparen la mesa.



#1102 en Otros
#227 en Relatos cortos

En el texto hay: ballet, dios te ama, chica cristiana

Editado: 24.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.