Mi patrona...

Besas mis labios e Intenta no morir

Capítulo 5: Besa mis labios e intenta no morir.

 

La mañana siguiente la licenciada, portentosa seguía comiendo  helados con su amigo Carlos, Teniendo en cuenta que tenía en su corazón una mescolanza de sentimientos, por un lado la emoción de tener cerca a Carlos. Pero miedo por parte de su familia mafiosa, que le podía hacer daño al pobre hombre. Ella con parsimonia buscaba la galleta sin animo que contenia su helado, de galletas oreo. Él la veía atento del como tenia el tenedor y masacraba a las galletas sin dejar una en el platillo, en su mente pensaba, en como ella podía ser tan linda.  Aun con algunas manchas de helado sobre su barbilla

—No te vayas a atorar por comer tan rápido, jefa.—Giño el ojo.                          

—Tranquilo no me voy a atorar, además me gusta mucho comer helados.            

—Piensas que voy a morir por culpa de tu familia. Pues no es asi.                                    

—Yo no dije eso. —frunció el ceño                                                                                               

—Pero lo pensaste así que ten claro una cosa. Yo no me voy a dejar matar tan fácil si viene alguien de tu familia me voy a defender.                                                                          

—Ok pero debes cuidarte no quiero que nada te pase.                                                                  

—Obvio solo déjame mover mis palancas. Sabes tengo un amigo policía así que puedo hacer algo para que me pongan alguna escolta. —Le quito las sobras de la cara— Sabes no soy un hueso fácil de roer. —Se dio un golpe en el pecho.

Carlos no sabía lo peligrosa que era la mafia China, tampoco sabía que  su hermano mayor era el más prepotente, tanto como para dejarlo en un contenedor de basura, con el cuerpo medio quemado y llenos de agujeros. Ella quería explicarle que todo no era tan simple, como la sonrisa que el hacía. Que aunque tuviera brazos de acero no servirían para detener una bala. Pero aun así ella solo disfrutando el ambiente y la compañía de un buen hablador.

Los papeles ya llamaban a la jefa, cuando el teléfono de Any sonó, ella vio la pantalla de su móvil y nada más y nada menos, que Alexandra, —ella contesto al ras.— llevándose el celular a la oreja pudo escuchar, como los clientes esperaban en su oficina y ella con una afirmación afirmo su presencia en cinco minutos. Así ella terminando de comer el helado, le dijo a su querido Carlos, que la llevara a la oficina.

En su auto no tardaron nada, y la patrona se fue a la oficina a recibir a unos clientes muy importantes para el bufete. Mientras que Carlos firmaba algunos papeles para la secretaria del trabajo. Oficina que era muy estricta en sus límites de tiempo.   Alexandra paso un par de veces, por la oficina del abogado, taconeando con orgullo con su posición rígida y orgullosa. <<¿Qué le pasa?>> pensaba Carlos con una ceja arriba de la otra. Pero le presto poca atención, su teléfono móvil sonó de un momento a otro. El abrió el mensaje, poniendo una cara muy seria partió de la oficina.

Busco a Alexandra antes de salir del bufete, diciéndole que tenía una emergencia y que le avisara a la jefa, cosa que hizo al rato con mucha obediencia, el salió disparado a buscar su carro, y surcaba las calles del centro con dirección a un restaurante. En un barrio de mala muerte paro el coche, y puso el techo. Estando adentro del carro, de la guantera saco unos lentes de sol oscuros. Y de atrás del carro una chaqueta negra. —Se la puso con la velocidad del rayo— y bajo del auto en dirección a un edificio con fachada rocosa.




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