Mi patrona...

0.4

—No como crees, Yo sería incapaz. Además ella es mi jefa, como puedo enamorarme de mi jefa. —Any rio en silencio— Pero aquí entre nos. Ella es la persona mas bella que he conocido en mucho tiempo —Carlos miro a Any y ella se sonrojo llenando de rubor sus pómulos.                                                                                     

—No digas eso Carlos, me da algo de vergüenza. —El sonrío con malicia.                      

—Dígame Carlos ¿Cuánto lleva trabajando con mi hermana?                                                       

—Tres meses, y me parece buena jefa.                                                                                           

—Y cuanto lleva con su novia.                                                                                                       

—Dos años, trabajamos juntos ahora  en el bufete, y la patrona acepto nuestra relación. Eso me parece mejor.                             

Carlos esquivo las preguntas de Rebecca pero no solo ella tenía derecho a hacer un interrogatorio. Por su parte el abogado sabía que era una guerra, y el que bajara la guardia perdía. Pero el se mantenía tranquilo tecleando la computadora para disimular el trabajo retrasado que tenían.

Any por otra parte veía la valentía de Carlos, al estar con una mujer tan peligrosa del bajo mundo de china, pero no dudaba ni retrocedía ni un momento. Sabía que el peligro que ella significaba para él, era significativo pero no le dio miedo ni la indómita hermana ni su marido, que de seguro había matado a muchos hombres en su larga carrera como mafioso, le gusto como había resuelto el problema. Como no vacilaba ante el miedo, y como sabia guardar las apariencias, en fin, todo lo contrario a Ella.

Todo iba bien, la cena estaba ganada, si otro comentario nacía, él lo iba a resolver todo, Any podía confiar en Carlos cosa que en nadie había podido desarrollar desde hacía tiempo.                                                                                                                                       —Pero Rebecca has hablado toda la noche, déjame preguntarte un par de cositas. —El abogado lucia confiado.                                                                                                    

Any quedo en blanco tras haber oído esas palabras —Any soltó lo copa— a la pobre abogada casi le daba un soponcio, y el calor le empezaba a pegar, a pesar que el aire acondicionado estaba en su máximo nivel. Su hermana corrió a ver que le pasaba echándole aire con una servilleta de tela. Carlos  reía un poco, mientras que ella se recuperaba —Jefa que le pasa se siente bien— Carlos vio que ella se calmaba un poco más, y sin ningún tipo de miedo. Any deseaba que Carlos callara su boca, y un miedo le invadió en el cuerpo, tanto que le sudaban las manos, y su voz era quebradiza, hasta un pequeño mador resurgió de su maquillaje.




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