Capítulo 7: Vámonos A Hongcun…
La mañana siguiente Carlos fue al bufete más que dedicado a ver a su patrona, cosa que no le costaba, el día anterior no había sabido nada de ella, pensó varias veces en llamarla pero después de una discusión interna pensando en qué pensaría ella, decidió pasarlo por alto, tal vez estaría ocupada, Al entrar al bufete, vio una ambiente algo turbado, —Frunció el ceño con sospecho— Camino hasta el escritorio de Alexandra.
—Alexandra Buenos días… ¿Qué está pasando?
—Oh licenciado. Llega tarde —Dijo con Sarcasmo— esto es obra de un caso que llego desde un pequeño pueblo de afuera de la ciudad. La licenciada lo está esperando en su oficina. Vaya
Carlos acudo al llamado de su patrona. No dudo ni un minuto, pero sabía que la magnitud del asunto era grande, docenas de personas entraban y salían del piso con montañas de papeles, entre sus brazos, las secretarias no tenían descanso y los mensajeros, parecían que les persiguiera la policía por haber hecho algo malo.
Carlos como pudo se abrió paso entre la gente que pasaba por el estrecho pasillo, golpeando sin querer a todo el que se le atravesaba, el sintió como alguien le agarro el trasero. Miro de inmediato para atrás haber quien había sido, pero no pudo distinguir entre tantas mujeres y hombres que estaban allí.
Pudo llegar a la oficina, y con tres golpes de nudillos en la puerta anuncio su llegada. —¿Quién es?— pregunto la patrona desde dentro. Pero a pesar de no saber quién la esperaba abrió la puerta de la oficina. Carlos al ver su figura delineada, y una falda corta de color rosa, no se pudo impedir verla. Viendo su rostro se daba cuenta de cómo a pesar de estar desde más temprano que él, en la oficina resolviendo casos de suma importancia, aun así, se veía fresca y hermosa. —Ay Carlos eres tú. Ven pasa— La patrona jalo a Carlos de la manga de su camisa. Y lo hizo pasar a la oficina, ella cerró la puerta inmediata mente —Te tengo que contar algo Carlos. Sé que te va a gustar— Con una sonrisa maliciosa Any se veía extraña, no parecía la misma, no era como de costumbre. —Carlos prepara tus maletas que nos vamos al campo— Tal vez nunca sonrió tan lindo como ese día.
Carlos sorprendido con las cosas que fardaba la chica, — ¿Cómo dices? — pregunto el un poco desconcertado.
—Que nos vamos al campo. Al pueblo de Hongcun, hay un caso allí, y nosotros dos vamos a resolverlo. —Se puso las gafas de sol.
—Así de importante es el caso, que debes ir tú en persona.
—Solo es buscar algunas muestras, solo eso. Además… ¿No quieres ir a pasar una semana conmigo a solas, en un pueblo desconocido? —Alzo las cejas dos veces.
—Pues si me lo dices así, es algo tentador. —Dijo Carlos con gran interés en la conversación— pero quien se va a hacer cargo de todo tu trabajo.