Capítulo 16: Conociendo a los Suegros.
Dos semanas después de la recuperación de Carlos, todos regresaron a Shangai, hasta Dan de la mano con Sofía esperaba en la parada de buses a un auto que los iba a llevar al centro de la ciudad, parecían dos parejas de amigos con sus novias, mientras que las chicas jugaban y paseaban por los mostradores de las tiendas adyacentes a la pequeña Vanessa, —La niña quería comprar todo— los hombres con seriedad hablaban de cosas de adultos: Negocios, dinero, mujeres y hasta de caballo, obviamente hablaban del futbol, pero en realidad…
—Carlos tú no eres santo de mi devoción, pero sé que has trabajado con mi hermano Lee en la antigüedad.
—Sí, es verdad trabaje con él, y ahora le ayudo con una banda rival, pero eso es todo, mi trabajo es ser abogado nada más, el hecho de que este haciendo eso, es solo para pagarle un favor.
—Eso espero amigo, además no quiero que mi hermana sufra por tus actos. —Apunto con un lapicero, en un tono incitador.
—Lo se amigó. Carlos le dio una palmada en la espalda del hombre.
Las chicas estaban comprando algunas cosillas, mientras llegaba la camioneta que las iba a llevar a la casa de Any.
—Mira Any, tu hermano y tu novio se llevan muy bien, hasta se dan palmadas.
—Si mi Hermano es muy comprensivo, además es muy entendedor, todos los hombres deberían ser así
—Ya sabes abogado —Dan le arreglo el cuello de la camisa a Carlos— Quedamos así, si la haces lloran siquiera un mísera lagrima. Te cuelgo del puente mas alto de la ciudad y te castro. Carlos no retrocedió ante la amenaza latente
—Tú también sabes mafioso, —Él le dio otra palmada en la espalda— No soy un cachorro, soy un lobo. A la cara le dijo todo lo que tenía que decirle a su cuñado
—Eso espero lobo.
El carro llego cortando el tono de rivalidad entre los hombres. Dejando las cosas en una era del hielo, las mujeres rápidas y fervientes salieron de la tienda como un rayo, y se fueron a reunirse con sus respectivos novios.
—Llegaron— Dijo Dan en voz alta, como si estuviera ocultando algo.
—¿Que estaban haciendo? Pregunto Any.
—Nada Cariño solo estábamos hablando del futbol.
—Ay ustedes los hombres. Solo piensan en el futbol. Acompaño con voz leve Sofía.
—Así será, pero mejor entremos al auto para ir a casa.
Las mujeres obedecieron al llamado de Dan y con rapidez se fueron al auto, sin dar lugar a la duda, pero entre bambalinas pudieron darse cuenta de aquel ambiente hostil, que emitía las miradas furtivas de rivalidad entre Carlos Y Dan.
Dejaron a Any y Carlos en la casa de su patrona, la pequeña Vanessa iba a un lado de ella.
—El viaje estuvo divertido. Dijo Any algo entusiasmada.
—Claro jefa, me partí una pierna obvio que estuvo divertido.
—Ay no seas así, estuvo genial y conocimos la muralla.
—Bueno está bien tú ganas, conocimos la muralla. Pero mañana vamos a ver a tus padres, de aquí para adelante es más complicado todo.
—Échale bolas ¿no eres hombre abogado?
—Eres igual que una… —Paro de hablar en el acto— Bueno no importa, mañana nos vemos jefa. Tú también pequeña Vanessa. La chica con un beso en la mejilla se despidió de su abogado. Y se agacho para darle un fuerte abrazo a la pequeña Vanessa.
El abogado ponía rumbo a su casa, ojala el departamento estuviera bien, casi no había visto a Elly desde que se dio a la fuga con Any, como tres meses hacia eso ya. Esperaba tener departamento y no que ella se lo hubiera apropiado para sí. Ya había pasado mucho tiempo desde la última vez que vio a su pequeña amiga que cantaba muy bien.