Mi peleador callejero

Capítulo 3

Era viernes otra vez y Anabella se dejó caer en la cama. Había sido una semana agotadora  y las clases no ayudaban. De golpe, Victoria abrió la puerta y muy contenta le dijo — ¿Adivina quienes tienen el fin de semana libre?

Anabella se sentó en la cama con la cara de cansancio y la miró sin responder nada.

— ¡Nosotras! Wallis se va con un amigo de pesca el fin de semana y nos dio los días libres.

— Está bien— respondió Anabella cari baja y casi sin voz.

— ¿Qué te pasa Ana? — le preguntó Victoria extrañada.

—Esta parte del año ha sido difícil. Tengo que estudiar mucho y a veces no llego. Tú sabes lo tedioso que puede ser esta carrera. Realmente no sé qué hacer…

— ¿Y si dejas la carrera por un tiempo y luego vuelves? —dice Victoria cruzándose de brazos.

— Podría ser…. el problema es mi papá. No creo que me deje.

— Creo que deberías hablar con él y decirle como te sentís realmente. — le dice su amiga lanzándole el teléfono a la cama y se va de la habitación.

Anabella agarra el teléfono y se queda mirando la pantalla. Al cabo de un rato, toma coraje y decide llamarlo.

Mientras ella hablaba con su padre, Victoria estaba mirando distintos lugares para salir de fiesta ya que tenía el fin de semana libre pero al rato escucha que la puerta de la habitación de su amiga se abre con violencia.

Vic sale al pasillo y ve a su amiga enojada.

—¿Ahora qué pasó?

—Acabo de hablar con mi papá y está empecinado con que siga la carrera.

—¿Sabes qué? Creo que lo mejor es irnos de fiesta y mañana pensarás mejor que hacer con tu carrera.

—Capaz tengas razón, pero ¿a dónde vamos? — preguntó Anabella soltando un suspiro.

—Podemos ir a The Hole, escuché que es el nuevo sitio de moda.

Anabella acepta y se quedaron charlando y mirando sus series favoritas hasta llegar la noche.

Vic se baña y va al cuarto para cambiarse. Después de muchas vueltas viendo que ponerse, terminó vistiéndose con una pollera de cuero abotonada al frente, unas botas negras con plataforma y un topo de lentejuelas que dejaba ver su vientre plano. Al salir vio a Anabella que estaba vestida con unos pantalones Oxford, unas sandalias y una remera con la espalda al descubierto. Ana se quedó mirando a su amiga y le dijo —Vic estas hermosa. ¡Salgamos!

Salieron a la calle y tomaron un taxi. El boliche se encontraba en la Quinta Avenida donde se encontraban los mejores restaurantes y bares de la ciudad. Al bajar del taxi notaron que había una gran fila para entrar pero, como siempre, Vic tenía sus contactos que las ayudaron a entrar directamente. El lugar estaba repleto de gente y se podía escuchar música electrónica en la pista principal. La iluminación era muy tenue excepto cuando aparecía in flash que resplandecía en todo lugar. Fueron a la barra que estaba al fondo a la derecha, que era negra y con luces de neón a los costados y le pidieron al joven que atendía dos Martinis. Terminaron sus tragos y Vic tomó a Ana de la mano y la arrastró hacia la pista.

Empezaron a bailar, mientras la música acompañaba los movimientos de ellas. Al rato, dos chicos que las estaban observando, se acercaron y el más bajo de los dos, que tenía el pelo hasta los hombros oscuro y ondulado, les dijo —Hola, soy Daniel y él mi amigo Luke. Nos preguntábamos si querían venir con nosotros a nuestra mesa que está en la zona VIP.

Vic mira a Ana y le sonríe, mientras levanta una ceja y su amiga entendió la indirecta. Anabella asintió con la cabeza y Victoria dijo —Nos encantaría.

Los cuatro dejaron la pista de baile y se dirigieron a unas escaleras que llevaba a la planta arriba donde se encontraba la mesa de los jóvenes. Al llegar, se sentaron y Daniel pidió una botella de champagne a la joven mesera.

—¿De dónde eres? Tu acento no me es familiar. — preguntó la rubia con una sonrisa.

—Yo soy de Londres y él de Brighton. Luke vino a vacacionar, mientras que vine yo por trabajo.— respondió Daniel guiñándole el ojo.

Luke, que tenía el pelo rubio y corto y vestía de traje, miró a Anabella fijamente y ella se sonrojó. Vic, al notar esto, le dijo a Daniel —¿Quieres ir a bailar? Amo esta canción.

—Sí, por qué no.— dijo el londinense y, tomando a la rubia de la mano, se fueron juntos a la pista.

Anabella se encontraba un poco incomoda con la situación, pero, para romper el hielo, le preguntó —¿De qué trabajas?

—Soy consultor en seguridad e informática, pero me tomé unos días para ver a mi amigo que hace tiempo que está en América.— dijo Luke con una leve sonrisa y sin dejar de mirarla —¿Y tú?

—Estudio medicina y trabajo los fines de semana como camarera en un bar. Deberían venir un día.— contestó ella y bajo la mirada. Estaba un poco avergonzada. Hacía un año que no se encontraba a solas con un chico que ella no conociera charlando.




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