Ya ha pasado una semana, no he ido al club, tampoco he visto a mis amigos, me he cruzado con Liam pero no me dan ganas de saludarlo, me sentía tan estúpida por haber tenido algo con él, por no sospechar lo que realmente planeaba, soy tan tonta. Estaba caminando al salón cuando me crucé con Byron.
- Kiara - sonriendo
- Hola Byron - dije un poco cortante
- ¿Que pasa? ¿Sigues con eso?
- Si - dije mientras miraba a otro lado - soy una tonta
- No lo eres, ya pasara solo trata de pensar en otra cosa - dijo al ver que soltaba pequeñas lágrimas - y no llores
- Gracias siempre haces que me sienta mejor - sonriendo
- Para eso están los amigos ¿no?
- Sí, tienes razón
Después de esa plática cada uno se fue a lo suyo él estudiaba canto y yo piano así que tomamos rumbos diferentes, entre al salón pero no tenía ningunos ánimos de tocar pero no me quedaba de otra, hoy tenía que presentar una pieza.
- Bueno chicos comencemos - dijo la profesora entrando al salón - ¿quien quiere ser el primero?
Nadie quería ser el primero y yo la verdad me importaba poco quien fuera, mantenía la mirada en la ventana hasta que la profesora hablo.
- Muy bien ya que ninguno quiere entonces elegiré yo - dijo y paso la mirada uno por uno hasta que se detuvo en mi - Kiara al piano
No replique nada solo me levanté, me coloque en el piano y toque Danse Macabre, al parecer todo iba bien pero cuándo estaba apunto de terminar falle, toque mal una tecla y dejé de tocar.
- Bien solo siga practicando - dijo seriamente la profesora
- Si profesora - susurré y me levanté de ahí al dirigirme a mi asiento varios se me quedaron viendo, no soportaba más así que me dirigí a la profesora - ¿me puedo retirar?, no me siento bien - menti
- Si claro puede irse
Dicho eso tome mis cosas y me fui no sabía a dónde ir así que fui a las canchas de fútbol y me senté en las gradas, estaban practicando e increíblemente el señor arrogante estaba ahí, lo ví y ya no pude despegar mi mirada de él. Estuve así por media hora hasta que él dirigió su mirada a mi yo no quise apartar mi mirada, no le daría ese gusto pero todo se fue al cajero cuando empezó a acercarse a donde yo estaba pero tampoco me levanté de dónde estaba, cuando estaba más cerca habló.
- Se que soy guapo pero no me mires tanto - dijo el muy egocéntrico
- No te sientas tanto - le respondí mirándolo de reojo - he visto mejores
- Si claro como Fernando ¿no? - dijo soltando una carcajada
- Eso fue un error - rodando los ojos
- Lo que tú digas, apuesto a que ni siquiera te atreves a besar a un chico sin ser nada - riendo
- No me tientes - dije mientras mantenía la mirada en la cancha
- Por favor no lo harías, te conozco - rodando los ojos
- No, no me conoces - respondí dirigiendo mi mirada hacia él - no sabes nada de mi
- Entonces hazlo - al decir eso pude notar un poco de malicia en su mirada
- Claro - mostré una sonrisa maliciosa mientras me acercaba más a él, lo tome de su camiseta provocando que estuviera tan cerca que nuestras narices chocarán, al ver que se acercaba más reí y dije - ves al chico que está allá - volteando a ver al chico - ese será el elegido
Dicho eso lo solté y fui a dónde estaba el chico, estaba rodeado de sus amigos así que me abrí paso entre ellos y al llegar a dónde estaba él lo besé.
Lo sorprendente es que me correspondió, al ver que quería más lo aparte levemente y le dije.
- Hasta luego - sonreí y regrese por mis cosas, él todavía estaba ahí y les aseguro que si las miradas matarán yo estaría tres metros abajo pero le di una sonrisa y le dije - jamás vuelvas a decir que me conoces
Y me fui de ahí, dejándolo enojado y con ganas, pero debo admitir que ese chico me hizo la tarde fue divertido jugar con su orgullo.