Mi Peor Pesadilla

Capítulo 2

Austin

Desperté de golpe al sentir un almohadazo en la cara. ¡Que fastidio!

—Hey Lux ¿Qué te pasa? — Pregunto algo molesto, —sabes que me enoja que me despierten de esa manera.

Hoy iniciaba clases de nuevo después de un descanso de una semana y no quería llegar de mal humor.

—Buenos días hermanito, amanecí muy bien ¿Tú qué tal? — escucho hablar con cierto sarcasmo a mi hermana menor, Lux.

Ignoro su pregunta, me levanto de la cama, ya que no puedo seguir durmiendo con esta criatura en mi habitación —me iré a bañar— señalo hacia la puerta.

—Me estás corriendo, Austin— puso su mano en el pecho haciéndose la ofendida.

—No Lux te estoy invitando a salir de mi habitación PORQUE ME VOY A BAÑAR— levanto un poco la voz, solo un poco, para que vea que estoy molesto.

—Y a mí que me importa si te vas a bañar o no— habla al mismo tiempo que se sube a la cama prendiendo la televisión.

¡Esta niña no tiene remedio! Decido ignorarla, contradecirla es una pérdida de tiempo y deterioro a la salud mental de las personas. Me dirijo al baño, no sin antes traer conmigo la ropa que voy a ponerme, no pienso cambiarme frente a una niña de seis años.

Después de estar listo y sacar a rastras a la pequeña de mi habitación ¡Por fin me dirijo a la cocina!

— ¡Hey madre, buenos días! — la abrazo por detrás dándole un beso en la mejilla.

Ella sonríe ¡Me encanta verla sonreír! —Buenos días, pedacito de mi vida, siéntate ahora te sirvo— me besa también.

Pensándolo bien no amanecí con mucho apetito, así que decido decirle que no quiero desayunar —no tengo hambre, solamente tomaré café— al instante me sirve una taza de café con leche. Me lo termino, me levanto y la paso dejando al lavaplatos.

Me dispongo a salir para el instituto, quedaba lejos de casa así que debía darme prisa si no quería llegar tarde, subo a mi preciosa moto, una Harley, la pongo en marcha.

**

Todavía faltaban diez minutos para que sonara el timbre, "aún me da tiempo de ligarme a más de una" pensé. Veo a una chica de pelo rizado en la entrada.

"¡A ella!, enamórala a ella, vamos no pierdas tiempo". Como siempre mí querida conciencia haciendo acto de presencia.

Ella me ve y como si me leyera el pensamiento empieza a coquetearme. La saludo besándola cerca de la comisura de sus labios mientras la sujeto de la cintura atrayéndola hacia mí. Terminamos de hablar, me despido no sin antes darle otro beso y guiñarle un ojo.

Diviso a mi mejor amiga sentada en una de las bancas de la entrada camino hacia ahí — ¡Hey Jess! — la saludo, sentándome a su lado. Luce fresca, despreocupada y con ganas de verle la cara a todos los profesores, cosa que yo no deseaba ver.

— ¡Hey don Juan! — me besa en la mejilla.

— ¿Quiere decir que me viste hace un momento? — pregunto un tanto avergonzado, ella solo asiente.

Escucho como un grupo de chicos empiezan a decirle groserías a una chica, volteó a ver en la dirección en que provenían las voces, "¡Wow, wow!" exclamo al ver a la castaña, parece que es nueva porque no la había visto por aquí.

—Cierra la boca, Aus— salgo de mi trance al escuchar hablar a mi amiga.

Solo me limito a decir de nuevo "¡Wow, es tan hermosa!".

—Si sigues diciendo así te quedarás sin "wows" por el resto de tu vida amiguito— suelta una carcajada —te recuerdo querido que tienes novia, por si lo habías olvidado.

Hago una mueca en señal de fastidio —odio tener que soportar a esa rubia plástica, tú mejor que nadie lo sabes Jess— la veo a los ojos —no sé en qué estaba pensando cuando me hice su novio, estoy cansado de ella.

Aparece Alfred agitado gritando frente a nosotros en el instante que suena el timbre —chicos díganme qué ya vieron al bombón de la nueva. — Al parecer el cotilleo en este instituto es más rápido que flash.

Por suerte los tres teníamos historia juntos, Alfred se sentó junto a Jess y yo me senté solo al parecer la soledad sería mi compañera de banco.

Vi que el profesor caminaba hacia la puerta porque alguien tocó aproveche para contarle a mi amigo sobre la chica de pelo rizado.

—Por cierto ni le pregunté su nombre— subí los hombros restándole importancia.

—Tú no tienes remedio— empezamos a reír como locos.

Sentí que se sentaron a la par mía, volteo a ver y ¡Vaya sorpresa! es la castaña que vi en la entrada, deje de reír y me puse serio.

La escucho hablarme —Hola, soy Amelia y por lo visto seremos compañeros de clase ¿Tú cómo te llamas? — no se me pudo ocurrir otra cosa mejor que tensar la mandíbula e ignorarla.

"Bravo, Austin, eres el rey de los idiotas". Me di un golpe mentalmente.

Me sentí mal al instante por no haberle respondido, es que no sé qué me pasa con ella, desde que la vi me impresionó y al tenerla cerca siento muchas cosas inexplicables. ¿Será posible que me haya enamorado?

En todas las clases soy compañero de banco de Amelia, después del desplante que le hice no volvió a dirigirme la palabra.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.