Mi Peor Pesadilla

Capítulo 15

Austin

Sé que prometí jamás fallarle a mi bella princesa, nunca engañarla, ni mentirle. Los primeros tres meses le fui completamente fiel, desde que amanecía hasta que anochecía pensaba solamente en ella. Cuando cumplimos cuatro meses, Beth una chica que venía trasladada de New York empezó a hacerse más cercana a mí.
Al principio no mostré interés alguno en ella hasta que un día coincidimos en Estrela Bar empezamos a conversar me contó que ya días quería hablarme, solo que no se atrevía porque me veía con mi novia. Quedamos en hablar fuera del instituto los primeros dos encuentros se dieron en un restaurante, la tercera vez me invitó a su casa iba a estar sola y desde ese día se convirtió en mi amante si así se le puede llamar.
Mi novia no sospechaba nada a veces le decía que no iba a poder estar respondiendo sus mensajes porque necesitaba subir mis notas, nunca se opuso, al contrario me animó a estudiar más.
Pasaron las semanas y Beth estaba fastidiada de tener que ser la otra, empezó a exigirme que terminará con mi princesa estaba bien divertirme pero dejarla, eso sí no. No iba a dejar a mi pequeña por alguien que no solo a mí, metía a su cama. Porque por buenas fuentes me enteré que también se acostaba con Josh, Scott y Greg eso era lo de menos ya que no me interesaba en absoluto lo que ella hacía o dejaba de hacer.

**

Tocan la puerta de mi habitación, estoy acostado me duele un poco la cabeza.
—Adelante— seguido, escucho como abren la puerta.
—Aus, estaba jugando con mis muñecas cuando me surgió una duda muy dudosa— ayudo a mi hermana a subir a la cama.
—Dime esa duda muy dudosa, mi cielo.
— ¿Qué le harás a Mel cuando cumplan cinco meses hermanito? — pregunta Lux.
—Aún no lo sé— me encojo de hombros.
Ella pone una mano en su barbilla en modo pensativo se ve tan tierna que dan ganas de comerla a besos, el único problema es que ella odia eso.
—Ya sé— grita y la escucho atento —como ese fin de semana que los cumplen estarán de vacaciones por una semana entonces puedes hacer un viaje a Italia con ella, recuerda que aquel día dijo que le gustaría conocer ese país.
Mi hermanita estaba en lo cierto hace un tiempo mi novia comento que en un futuro le gustaría conocer Italia. No se diga más le haré realidad su sueño para cuando cumplamos nuestros cinco meses de noviazgo.
Empecé a cotizar precios quiero darle lo mejor en ese viaje no me importa gastar lo que sea, todo por mi princesa. Y cotizando los precios me quedé profundamente dormido.

***

Al llegar al instituto veo que Amelia está en las gradas con una cara de desvelo, ¿Que habrá sucedió? Camino directo hacia donde se encuentra sentada, al verme viene corriendo hacia mí y me abraza fuerte.
—Hey princesa ¿Qué pasa? — la separó un poco para verle a la cara, en su mirada veo miedo e incertidumbre. —Dime, mi amor— solo niega.
—No pasa nada, amor— hizo una mueca. Nada me quitaría de la cabeza que a mi chica algo le sucedía.
Sonó el timbre y cada uno se fue rumbo a su salón. Al entrar me doy cuenta que Beth no está, ojalá y no venga, digo en mi mente, en ese pensamiento estaba cuando entra el profesor, inmediatamente me siento. A los diez minutos entra corriendo, desgracia la mía.
—Señorita Martins, la próxima vez tenga un poco más de respeto y toque la puerta antes de entrar e interrumpir mi clase— todos incluido yo nos reímos de ver la cara de ella.
—Si como sea— le responde. ¿Acaso no le enseñaron modales? Al parecer no. —
Camina hacia acá, veo para todos lados ya no quería tenerla cerca se estaba volviendo un fastidio.
—Qué buscas, querido— coloca su mano en mi entrepierna.
—No vuelvas hacer eso— y de un movimiento brusco retiro su mano.
Lo que restaba de esa clase y de la siguiente no puse mucha atención que se diga por pensar en lo del viaje.
Al salir a receso me encontré con mi hermosa me pidió si podía comer con sus amigas porque quería recuperarlas y por mí estaba bien así que me dirigí a la cafetería en busca de mis amigos, no sin antes darle un corto beso y decirle lo mucho que la quiero.
Después de almorzar me llevé al salón a Beth necesitaba terminar con nuestra relación o lo que fuera que tuviéramos.
—Lo nuestro terminó, no puedo seguir contigo y no pienso terminar con Amelia— ella se aferró a mí y me suplicaba que no la dejara— Seguiríamos a escondidas si no me hubieses presionado tanto.
Las siguientes dos clases restantes pasaron normales o eso creí hasta que sonó el timbre para irnos a casa. Me encontraba en el aparcamiento esperando a mi novia, ella tenía física así que debía hacerle un poco de tiempo.
En mi mente estoy planificando qué lugares iremos a conocer en Italia y a que restaurantes la puedo llevar a cenar. Estoy emocionado ya quiero ver la cara de mi muñeca su sueño es conocer el balcón de Romeo y Julieta en Verona.
Escucho que alguien se acerca sonrió al saber que es la dueña de mi corazón, siento como me dan media vuelta al mismo tiempo me besan por inercia cierro los ojos y apego más a mí a la dueña de los besos.
Alguien toca mi hombro abro un ojo para ver quién se atreve a interrumpir, ¡Sorpresa! Al verla frente a mi alejo a la chica para ver a quién besaba, resulta que es Beth.
Sus amigas y Jessica observan la escena quienes al mismo tiempo parecen lanzarme rayos láser por los ojos, estaba en problemas definitivamente, no me dejó explicarle nada al contrario salió corriendo quise alcanzarla pero fui detenido por cuatro chicas que me bofetearon.
Subí a mi auto lo puse en marcha y salí a alta velocidad, no me importaba nada más que hablar con ella, en el trayecto a su casa lágrimas derramaba no quería perderla más bien no podía perderla, me paso uno que otro alto.
Aparco mal afuera de su casa y bajo corriendo me importaba muy poco si estaban sus padres o no a estas alturas qué más podía salir peor. Una, dos, tres, cuatro, cinco veces llevo tocando timbre no obtengo respuesta hasta que empecé a golpear la puerta pero tampoco.
Busco la llave de emergencia, que en su momento Mel me dijo, empecé a buscar por todo el porche hasta que ¡Bingo! la encontré, quité llave lo más rápido que pude y subí corriendo a su habitación, pero, al intentar abrir la puerta estaba con pestillo, recordé que me había dado una copia de su llave y la andaba cargando con mis llaves.
Al entrar la veo con cortadas en sus brazos parecía desmayada, saqué mi móvil como pude marque el número de Jess al contestar le dije que viniera rápido a casa de Amelia y que llamara a Alfred también, sin protestar dijo que vendría en unos minutos con él.
Con mucho cuidado le quite la cartonera, la cargo entre mis brazos para llevarla al baño así poderle lavar las cortadas, busco un botiquín al encontrarlo se las desinfecto, al terminar la llevo a su cama la recuesto y sobre sus heridas coloco algodón con alcohol.
Escucho que mis amigos vienen subiendo, mi amiga al verla ahoga un grito tapándose la boca, mi amigo se acerca a la cama. Les explico lo que sucedió y cómo es que logré ingresar. Alfred dice que hay que darle a oler alcohol para que reaccione.
—Díganle que me perdone por ser un completo imbécil— Camino hacia la entrada de la habitación todo esto es mi culpa, doy el último vistazo y salgo de ahí.




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