Pasa ambas manos por su rostro intentando quitar el cansancio; esta sensación no era desconocida, cuando solía tener una noche de tragos o pasaba más horas de lo normal en el gimnasio solía despertar con dolor muscular o de cabeza, pero la noche anterior no había hecho ninguna de esas cosas.
Fue a recoger su automóvil, cenó con su familia y se metió en la cama a las tempranas horas de las 10:00 p.m.
A pesar de que no había hecho gran cosa, se sentía cansado, sus pies dolían a causa de no estar acostumbrados a usar zapatos todos los días y la pesadez en sus hombros era una sensación agotadora. Alcanza uno de sus hombros y le da un ligero masaje.
Que inútil era.
Busca su celular en la mesita de noche.
10:30 a.m.
Tarde, muy tarde.
Deja el móvil y va darse una ducha para intentar levantar sus ánimos.
Luego de una ducha caliente, se mira en el espejo acomodando algunos de sus cabellos. Se pone unos jeans y una sudadera para mantenerse cómodo.
Cuando baja a desayunar, encuentra la casa aparentemente vacía. Va a la cocina y Ana está sentada hablando con Mariana.
—No tenía pensado decirle eso, pero simplemente ocurrió... —nota su presencia y se detiene —Por fin despertaste.
—Buenos días hermanita —dice sarcásticamente —Buenos días —saluda a Mariana.
—Buenos días muchacho —responde, poniendo un plato con frutas sobre la mesa.
—¿Cómo puedes dormir hasta tan tarde? —pregunta Ana, sentándose frente a él.
—Cuando tengas mi edad ....
—Si no eres tan viejo...
—Soy el mayor.
—Max es menor dos años y a esta hora debe estar en el gimnasio, nadando o jugando golf.
—¿Que quieres oir? — replica un poco molesto —que soy un holgazán? Pues tal vez ...
Ana rie.
—Al menos mis desgracias divierten a alguien —y toma un sorbo de jugo.
—Que dramático...
Sonríe mientras se lleva un trozo de fruta a la boca. Discutir con su hermanita era tiempo perdido, todavía quedaban algunos años para saber si ella seguiría sus pasos o los de Max. Y muy en el fondo deseaba que siguiera los de Max.
—¿Mamá y papá? —pregunta.
—Fueron a una reunión, no entendí muy bien de que ...
—¿Y no quisiste ir con ellos?
—Que aburrido ... vi la cara de papá y adivine de que sería ....
—¿Y que haras el resto del día?
— Tengo mucha tarea, y aún tengo la lista de series pendientes, estaba pensando en cambiar el color de mi cabello.
Asiente, pensando en que debe llamar a Jhon y reunirse con él.
—¿Y tú?
—Tengo algunas cosas que hablar con Jhon.
—Date prisa, si yo estoy preguntando imagínate mamá...
—Cierto —se apresura en terminar, da las gracias, sube a su habitación por las llaves del auto, su móvil y su billetera.
Dentro del auto, pone el manos libres en su oído y marca el número de Jhon.
—Hola? —responde Jhon
—¿Dónde estás?
—En mi casa.
—Reunamonos.
—Por fin, me tenías muy abandonado
—Que tal el café que está cerca de tu casa —propone.
—Perfecto, nos vemos —responde Jhon.
En cuanto llega, estaciona, y ve por las ventanas a Jhon esperándolo.
—Jhon —saluda.
—Ryan ...cuánto tiempo... —dice en tono dramático.
Ambos toman asiento.
—Qué tal la vida de un asalariado —pregunta Jhon.
—Horrible.
Jhon rie.
—Tal vez mañana las cosas cambien, quien sabe..... tu madre puede considerar que es castigo suficiente.
—No lo creo —una mesera se acerca, ambos piden café sencillo.
—Mamá es muy terca —continua —Además tengo otro problema. Alex . Ha perdido el juicio, quiere que formalicemos "nuestra relación"—dice enfatizando las últimas palabras.
—Relación? Nunca mencionaste una relación.
—Le dije lo mismo, cree que formalizando mi madre desistirá de este plan ridículo.
—Eso no tiene sentido.
—Exacto! No se que rayos tiene en la cabeza.
—Creí que habías intentado convencerla....
—Si, por eso dejé mi auto en su estacionamiento, no escucha, esta loca de resentimiento, de ira, de despecho o algo asi.
—No significaría un gran problema si no fuera la mano derecha de tu madre.
—Si, lo que sea que dure esta cosa, va a arruinarlo, y no se como calmarla. Fue un muy mal momento.
—Lo único que puedo sugerirte es que continues.
Estuvo de acuerdo.
—Seguramente algo se te ocurrirá —termina Max —o se me ocurrirá, o a Alex.
Lo mira con una cara de no poder creer lo que dice.
De camino a casa, no piensa más en el asunto, dejará las cosas tomar su rumbo.
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En un café no muy lejos de la oficina de la señora Collins, pero distante de la mansión del mismo nombre, estaban Max y Verónica hablando amistosamente.
—¿Se mostró muy amistoso? —pregunta Max.
—Si, fue un poco sorprendente, en la oficina tiene la reputación de ser muy superficial, pero bebió y habló como si todos los que estuvieron presentes fueran sus amigos—responde Verónica.
"Extraño" pensó Max.
—Algo pasa entre él y la asistente de la señora Collins, es un secreto a voces—comenta Verónica
"Alex?"
—¿Ella estaba con ustedes?
—No es muy...
—Muy extraña, cierto—termina por ella.
—No lo llamaría de esa manera, es muy dedicada a su trabajo, creo que yo también lo sería si mi jefa fuese la Señora Collins.
"Si, pero Alex siempre le pareció muy aburrida"
—¿Qué opinión tiene el personal de mi madre?
—Eso no se lo puedo decir...
—¿No soy tu amigo?
—No lo se, si no fuera por el costoso auto que conduce creería que es un colegial recién graduado del colegio.
—Y eso que tiene de malo?
—Es muy joven, creí que los jóvenes millonarios no se preocupaban por estas cosas.
—Soy la excepción —suelta una risa —pero hablando en serio, es muy común que la familia se preocupe por las inversiones.
—Tal vez esa fue la razón por la que Ryan se mostró tan amistoso.