Mi Pequeña Desventura

Capítulo 9

—Creí importante informarles a ustedes primero —dice su abuela, terminando el pequeño discurso que había iniciado minutos antes.

Su padre, Max y él miraron a Claudia esperando que dijera lo que todos pensaban.

—Mamá, es una pésima idea —se pone de pie —No entiendo por qué ...

—No me gusta tu tono Claudia —regaña su abuela.

—Perderiamos el control de la compañía.

—Tal vez tienes gastos extras? —deja caer Ryan, por los antecedentes de adicción al juego de su abuela.

—Mamá estás nuevamente metida en líos de apuestas? —pregunta Claudia.

—No, y creo que en lo que gaste o deje de gastar es problema mió no? Será mejor que no digas nada Ronald .. —amenaza poniendo la palma de la mano como un alto.

—Pero si no iba a decir nada ..

—Tiene razón, además no venderá todas las acciones, conocer nuevos accionistas puede ser beneficioso  —dice Max.

—Gracias, y ese era el tema principal de mi visita, tengo algunas ofertas externas y estoy considerandolas.

—¿Quienes son? Mamá no podemos permitir intromisiones en el manejo, siempre hemos tenido el control, que diría papá?

—Él no está aquí, querida, olvídalo.

Un silencio tenso se apodera de la sala. Inmediatamente su abuela, se pone de pie.

—Como supuse mi visita no fue del agrado de mi familia, así que me retiraré ..

—No, espera mamá —dice Claudia —puedes quedarte en casa, todos estamos muy felices por tu llegada.

—Si por favor.

—Claro.

—Eres bienvenida.

Todos replicaron en tono amable.

—Gracias —su abuela da una sonrisa cínica— un hogar acogedor es mucho mejor que un hotel.

Después de su ida, todos se quedan planeando su siguiente movimiento.

—Tienes alguna idea de quien puede ser el comprador o compradores? —pregunta Max

—No, esta noticia me toma totalmente desprevenida.

—Creí que estabas de acuerdo ? —pregunta Ryan.

—La abuela necesita creer que alguno de nosotros está de su lado, si todos nos ponemos en su contra no dirá nada.

—Es cierto, bien hecho Max. —felicita Claudia.

"Si, definitivamente Max era muy astuto" piensa.

—Cariño, no cres que tu madre? —Ronald hace un gesto de que tal vez se volvió loca

Su madre pone un rostro furioso.

—No lo descartes del todo mamá ...—comenta él.

—Por ahora necesito trabajar, nos vemos en la cena.

Todos se levantan.

Alex ingresa trayendo consigo varias carpetas, su padre se acerca para comentar algo con mamá, y Ryan intenta leer dichas carpetas

Se acerca sigilosamente y habla  cerca del oído de Alex.

—Podemos conversar?

Siente la tensión de su cuerpo.

—No hay nada de lo debamos hablar —dice con tono frío y desinteresado.

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Esa noche la cena se siente diferente.

Su abuela engullía los alimentos con su típico rostro que demostraba que evaluaba el sabor y lo bien cocidos que estaban.

—Y dime Ana, algún deporte nuevo en el que te has interesado últimamente?

Parecía que buscaba algún tema de conversación.

—Bueno —el rostro de Ana dibuja una sonrisa —me gusta el tenis ..

—Mantenerse en forma en bastante sano. Y tu Max?

—También, y me gusta nadar ..

Lo mira esperando una respuesta. Intenta pensar en un deporte que lo haga sonar como una persona activa, pero Max habla antes.

—De hecho hay algo muy interesante acerca de Ryan.

—Si?

—Mamá le impuso un castigo muy especial.

Ahí estaba la venganza de Max por lo de su celular.

—No es tan extraño.. —intenta minimizar la situación.

—Por tiempo indefinido Ryan deberá ayudar al personal que realiza la limpieza.

Su abuela muestra una verdadera expresión de sorpresa.

—Pero que hiciste para ganar un castigo de esa magnitud?

—Nada, mamá exageró ..

—Llegó tarde a casa —explica Max

—No me ayudes .. —dice con los dientes apretados.

—Buenas noches —saluda su madre —lamento llegar tarde ..

—Buenas noches, mis nietos me contaban cosas realmente extrañas ..

—Claudia ha estado muy estresada con el trabajo —comenta su padre, quien se había mantenido en silencio.

—Mhhmmm —asiente su abuela mientras ve a mamá tomar asiento —Max me comenta que has castigado a Ryan de una manera muy particular.

—Ah.. si —su madre, parece incómoda.

Extrañamente se siente defendido, hasta parecía que su abuela quería dejar a Max como chismoso.

Terminan de cenar y todos se retiran a dormir.

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Cassie mira a Emma Lewis, la madre de la señora Collins; darle indicaciones del cuidado que debe tener con su ropa.

Tenía puesto un vestido negro, que lucía su bien cuidada figura, su cabello largo y lacio brillaba.

—.. y estas no deben ser exprimidas ..

—Si, señora —responde, poniendo las prendas que le indicaba en la lavandería.

Ve por la puerta entreabierta a Ryan acercándose, da la vuelta instintivamente hacía la lavandería.

—Ryan .. —escucha que dice la señora Lewis —No puedo quedarme a conversar, tengo algunos pendientes por cumplir, nos vemos.

No levanta la mirada mientras deja que el agua caiga del grifo. Cree que escuchará los pasos de Ryan alejándose, no escucha lo deseado y da la vuelta dispuesta a seguir trabajando.

—Buenos días —saluda educadamente, mientras toma una canasta y se encamina hacía el segundo piso.

—Si, buenos días. Olvide preguntar pero ¿Dónde está el celular de Max?

— Lo necesita? Lo deje en mi casa.

—No, de hecho es mejor .., Max no debe volver a verlo.

Al subir las escaleras, debate a cual habitación ingresar.

"Es mejor la de Ryan, tiene puesta su pijama. Si ingreso por la ropa sucia, tal vez él permanezca ahí para cambiarse, de esa manera estaría libre por unos minutos". Ejecuta su idea.

Desgraciadamente ve la cama destendída, y algunas prendas en el suelo. Procede a tender la cama, en tanto Ryan sube a uno de los sillones, extiende las piernas y apoya los antebrazos en sus muslos.



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En el texto hay: humor, contemporanea, romance drama

Editado: 10.09.2023

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