Mi Pequeña Desventura

Capítulo 10

Ryan tira su mochila en la parte de atrás del automóvil.

—Sube —dice mientras se dirige al asiento del conductor.

Cassie ingresa y toma asiento en la parte de atrás.

—¿Dónde vives?

Acomoda un mechón de cabello incómoda, y le dice una dirección. Ryan asiente y comienza a conducir hacía ese lugar.

Pasan varios minutos en silencio, busca su celular y envia mensajes a su hermano para preguntar si estaba en casa.

Rogaba porque Ryan se retractará, algo tenía que pasar, su celular tenía que sonar, por Dios tenía que suceder. Nada de aquello ocurría y observaba con horror que se aproximaban a su hogar.

—¿Es por aquí? —pregunta Ryan

—Si.

"No hagas otra pregunta, no hagas otra pregunta" suplica.

Mientras se acercan a un barrio modesto, mira la pantalla de su celular esperando la respuesta de Arthur (su hermano)

—Detengase aquí por favor —dice.

Baja del auto y habla desde el seco pasto de su jardín.

—Ahora regreso.

—Date prisa.

Ryan tenía cara de asustado, afortunadamente no hace ningún comentario sobre el ambiente, y a fin de cuentas él se lo había ganado por meterla en líos que no la correspondían.

Busca las llaves en su mochila, abre la puerta principal y va directamente a su habitación, abre su closet, pone algo de ropa en una mochila más grande, jeans, sueters y una chaqueta de tela gruesa.

Si va a pasar la noche ahí va a necesitar alguna colcha o algo, busca y toma la que está sobre su cama.

Corre hacía la habitación de su hermano.

Toca la puerta, esperando que salga; recuerda que debe llevar algunos alimentos porque conociendo al inútil de Ryan no llevaría nada.

—Cassie? Tú tocaste mi puerta? —pregunta Arthur alcanzándola.

—Si, leíste mi mensaje?

—Creí que estabas bromeando.

—Me invitaron y no puedo negarme.

—Uffff.... de quien ese auto estacionado afuera.

—De mi jefe.., bueno del hijo de mis jefes...

—Vas a irte con él?

No responde dándose a entender.

—No puedo dejar que vayas con él, mamá me mataría.

—No le digas nada por favor —ruega.

—Si no le has dicho nada, ..cómo esperas que ..?

—La llamaré más tarde, solo necesito que respaldes mi historia.

—¿Y cuál va a ser esa?

—Llegue aquí y se me olvidó decirle que hace algunos días hablé con unos amigos del colegio, y organizamos un viaje, entonces llegué a casa, preparé mi maleta y en ese momento llamé a mamá para informarle.

—Debería ser ..  las 4 o 5 de la tarde.

—Exacto, de esa manera no sospechará.

—Eso no evitará que se moleste.

—Lo se, te explicaré cuando regrese, por favor Arthur, en serio prometo explicarte.

—Esta bien, pero no confíes en mis habilidades de mentiroso porque sabes que soy pésimo.

—Cuando intente hacerte demasiadas preguntas, divaga, como si no te interesara.

Lleva los alimentos a su mochila y va hacía a la puerta.

—Nos vemos Arthur.

—Si, cuidate.

Sale y ve como Ryan abre la puerta del auto para ella. Deja sus cosas en el interior y un nudo se instala en su estómago, lo que estaba haciendo no estaba bien, lamentaría haberse ido con este cretino.

—Sube adelante, me pone nervioso que estes atrás —dice Ryan.

Cierra la puerta y hace lo que le pidió. 
Ryan pone su celular en un soporte de plástico por donde va siguiendo las indicaciones del navegador.

Mira por la ventana para evitar observar el perfil de Ryan. Mientras su barrio se perdía con el avance del auto, avenidas largas aparecían. Sus ojos comienzan a cerrarse.

—¿Tu madre te dió permiso?

Eso la despabila.

—No, mamá no estaba en casa —explica.

—Y entonces ...?

—Mamá no estaba en casa pero mi hermano si.

—Oh...

Transcurren el resto del viaje en silencio.

Siente cuando el auto se detiene y eso la despierta, parpadea varias veces, y recuerda donde se encuentra, escucha el portazo del lado de Ryan y lo ve sacando su mochila, abre la puerta de su lado y hace lo mismo.

Ve una camioneta estacionada al lado.

—No deben estar lejos ..—escucha decir a Ryan.

Caminan detrás de él y ve las zapatillas y los pantalones cortos que decidió usar, seguramente para sentirse cómodo. Varios metros en medio de árboles y pasto, el cielo es gris y se puede escuchar algunos pájaros cantar. Entonces murmullos se hacen presente.

Ryan apresura sus pasos, siguiendo las voces. Luego encuentran un grupo de cuatro personas, armando sus tiendas de campaña.

—Max ..—dice Ryan.

—Pudiste llegar ...—y las tres personas se acercan —Ellos son Verónica,  Ximena y Henry.

Todos se presentan.

—Ella es Cassie —dice Ryan, poniendo una mano en su espalda baja y empujándola suavemente.

—Hola ..—logra decir.

Todos corresponden su saludo.

Era cerca el medio día, todos armaban sus tiendas, donde pasarían la noche, y con un poco de torpeza Ryan también intentaba armar su propia tienda; finge ayudarlo pasándole algunos objetos, u observándolo en silencio.

Ella no tenía una tienda, así que suponía que dormiría en el auto de Ryan y si él se molestaba, bueno ...no había muchas opciones.

Más tarde todos se reunieron y comieron, luego Henry mostró un balón de fútbol Americano, animándolos a jugar. Los dividieron en dos equipos, y comenzaron.

Henry explicó las reglas pero no las entendió perfectamente. En su equipo se encontraban: Ryan y Ximena.

Ryan era quien se ponía delante y recibía el balón, lo pasaba a alguien más, corría y esperaba el pase para anotar.

La primera vez, pasa el balón a Ximena, quien se encuentra frente a Henry, este no la taclea solo la sigue mientras corre y le pasa el balón a Ryan.

Mientras juegan, nota que Max y Henry tienen cuidado de lastimar a alguna de ellas.  Pero no tenían tanto cuidado entre ellos. En un momento Ryan corre para anotar y Max lo detiene con una fuerte tacleada, luego Max le ofrece su brazo y lo ayuda a levantarse.



#855 en Otros
#262 en Humor
#2150 en Novela romántica

En el texto hay: humor, contemporanea, romance drama

Editado: 10.09.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.