POV Eddie
Me siento frustrado, con mi trabajo, la enfermedad de mi esposa y el cuidado de mi pequeño campeón Andrew, estoy agotado, espero que Rosa pueda encontrar a alguien pronto para cuidar de mi familia y yo pueda respirar un poco. Mi teléfono suena mostrando una llamada, respondo al ver de quien se trata.
-Amigo mío, ¿cómo estás?— escucho su voz animada, lo que yo no puedo estar.
-Frustrado Ricardo, estoy agotado, acabo de salir de una reunión, me iré a casa dentro de un rato y la verdad no creo que llegue a descansar, lo sabes bien— suspiro de cansancio.
-Eddie, te entiendo amigo, haría cualquier cosa para tratar de ayudarte, lo sabes hermano, ayer le di la dirección de tu casa a una buena amiga mía y de mi prometida, ella está buscando empleo, espero que logre ser contratada.
-Gracias amigo, espero que Rosa haya podido contratarla, de verdad necesitamos urgente a alguien, nos vemos— me despido.
-Te espero el próximo mes para la consulta de Andrew, saludos y besos a mi ahijado.
-Con gusto.
Cuelgo la llamada y recojo mis cosas para irme a casa, espero poder descansar. Me despido de mi secretaria y subo en el ascensor, saludo a mis empleados y camino hacia la salida de mi empresa; me costó mucho llegar a tenerla, pero con el apoyo de mi madre, esposa y amigos aquí estoy siendo dueño de mi propio negocio.
Al llegar a casa me recibe una Rosa más relajada, adoro a esta señora, ha cuidado de mi hogar y no se queja cuando trabaja horas extras, dice que prefiere quedarse ayudándonos que irse a descansar preocupada.
-Bienvenido señor, ¿Cómo estuvo su día?.
-Agotador Rosa, gracias por preguntar.
-Quiero comunicarle que ya hemos contratado a alguien para cuidar de la señora y al pequeño Andrew.
-¿De verdad?-- asiente feliz-- me alegra, ¿sabes si está capacitada?
-Claro que sí señor, la joven atendió a su esposa y al niño a la vez, hubiese visto, Andrew la acepto de inmediato, tiene 4 meses pero se nota que va a ser un niño muy inteligente.
-Te agradezco, voy a darme un baño e iré a verlo.
Subo las escaleras y me dirijo a mi cuarto, mi esposa está dormida, camino con cuidado al baño tratando de no hacer ningún ruido, me doy una ducha de agua tibia para relajarme, me coloco una toalla y salgo a la habitación.
-Hola cariño— me saluda mi esposa.
-Hola amor— me acerco a ella y le doy un beso en sus labios.
-¿Sabes? hoy contratamos a alguien para cuidar de nuestro pequeño y de mí, está en la habitación de Andrew, le dije que se quedara con el que yo dormiría un rato, me hacía mucha falta.
-Sí, que bueno amor, se nota que estabas muy cansada, espero que sea de gran ayuda, la verdad hacía falta— me coloco mi pijama y ella se acerca a abrazarme.
-A ti también te hace falta descansar, iré a ver que esté lista la cena para que comas y te recuestes a dormir, ¿te parece?— asiento y la agarro de la cintura, la beso con pasión, me hace falta una dosis de amor.
-Cariño, no podemos, nos van a escuchar, termínate de vestir y luego sales— así sin más se aleja de mí dejándome una tremenda erección, tenemos un año que no estamos juntos y me hace falta, la amo tanto que esperaría todo lo que ella quisiera.
Me termino de arreglar y salgo, me acerco a la habitación de mi hijo y me detengo en la puerta al escuchar una voz familiar.
-Eres un niño muy travieso, sí que lo eres, ¿cómo me vas a orinar pequeño?, no te rías, no te burles de mí, ¿quién podría enojarse contigo? eres un bebe hermoso— la veo de espalda arreglar a mi hijo hablándole de forma suave y tierna, sonrío al escucharlo reírse, carraspeo para que ella se dé cuenta de mi presencia.
-Buenas noches, vengo a ver a mi campeón— ella voltea sonriente con mi hijo en sus brazos y yo me sorprendo al ver su rostro— Flor— susurro.
-Umm, ¿Que dijo?— levanta la mirada con una sonrisa la cual se borra al mirarme— Ed— susurra y sé que es ella, la dueña de mis sueños, mi amor de juventud.
-¿Qué haces aquí?— me acerco y le quito a mi campeón de sus brazos, le doy un beso en la frente y lo abrazo.