Mi pequeña grinch

Capítulo 2

Natalie 

Desperté cansada y adolorida, al parecer me quedé dormida en el sofá luego de comer al menos un litro de helado. 

Estas fechas siempre me deprimen.

Justo en este mes hace 25 años me aventaron tras esa puerta, no les importo el inclemente frío, ni que era una bebe de apenas un par de horas de nacida, todo lo que les importo fue deshacerse de mi. Limpio mis lágrimas con frustración tantos malditos años y aun no puedo superarlo. 

Supongo que la bruja que me parió se fue a disfrutar de lo lindo las fiestas decembrinas sin recordar siquiera que me dejo tirada como si fuese basura.  Limpio otra lágrima rebelde y me decido a sacar eso de mi mente aunque sea por unas cuantas horas. 

Regreso a la empresa decidida a enfrentar al idiota que pensó era buena idea decorar mi oficina. Son apenas las dos de la tarde, estoy segura que en tres horas termino mis pendientes.

 

Entro en la oficina del señor Miller sin tocar y ¡oh sorpresa! el único que se encuentra es su hijo quien me ve atónito por entrar sin tocar, pero toda mi atención se va a la pequeña tirada sobre la alfombra. La pequeña rubia de ojos claros se levanta de inmediato y se acerca a saludarme.

 

-Hola. -Saluda con su tierna vocecita.

 

-Hola pequeña. -regreso el saludo con una sonrisa.

 

-¿Señorita Smith puedo saber que hace aquí? creo haberle dicho que se tomara el día. -Reprende el dios griego frente a mi. Nunca en la vida vi un hombre tan guapo. 

 

No sabia que es casado, el señor Miller padre es un hombre muy reservado, poco o nada sabemos de su vida personal, lo único que comento un día fue que su retoño vivía fuera del país.

 

-Tengo muchos pendientes señor por lo que no puedo darme el lujo de tomarme todo el día.

 

-Tiene razón, el trabajo no se detiene por niñerías, adelante puede retirarse. -estoy apunto de salir cuando la voz de la pequeña me detiene. 

 

-¿Puedo acompañarte? -Quisiera decirle que no, pero resulta y resalta que es la hija de mi ahora jefe así que aunque lo desee no puedo negarme.

 

-Carolina la señorita estará ocupada

 

-Prometo no hacer ruido papi. -Su carita de inocencia me dio un poco de ternura.

 

Aunque lo último que hizo fue estar en silencio, gracias al universo que soy capaz de hacer dos cosas al mismo tiempo si no jamás hubiese terminado mis pendientes.

 

-¿Por que tu oficina no tiene arbolito de navidad? -Pregunta curiosa. -Puedo decirle a mi papi que te compre uno.

 

-¡No! -La mire encogerse en su lugar y fue entonses que me percate de mi manera de hablar tan brusca. -Los adornos me desconcentran. 

 

-Puedo regalarte este -Muestra un pequeño santa que trae en sus manos.

 

-No es necesario.

 

-Claro que si, es para que no olvide traerte felicidad este año. -Sin esperar mi afirmación lo coloca sobre mi escritorio sonrie satisfecha una vez lo tiene acomodado.

 

-Por que no lo llevas tu, para que tengas toda la felicidad del mundo. -Pido como último intento de que saque su muñeco de mi escritorio.

 

-Tu también nececitas ser feliz, le pediré a mi mami que te ayude un poco.

 

-¿Como podría ayudarme tu mamá? -Cuestiono curiosa, siendo sincera su compañía me agrada.

 

-Puede pedírselo a dios. -sonrie con tristeza. 

 

-¿A dios?

 

-Mi mama murió hace un año -Sus ojitos se llenan de lágrimas. -pero amaba la navidad. 

 

-¿Es por eso que a ti te gusta tanto? 

 

-No, ya no me gusta igual por que me recuerda el día que se fue mi mami. 

 

Me quedé muda, ¿que podría decirle alguien como yo? no entiendo su dolor por que aunque ambas somos huérfanas ella si conoció el amor de su madre y yo, yo no puedo extrañar lo que nunca tuve.

 

-Carolina hora de irnos. -por fortuna su padre apareció en el mejor momento.

 

la pequeña sale feliz no sin antes despedirse educadamente de mi.

 

-Gracias por permitir que caro estuviera contigo, después de la muerte de su madre las cosas han sido algo duras para ella.

 

-Lo siento. 

 

-Yo tambien lo siento. -Dice con un dejo de tristeza. -Sabes hice todo esto por ella, por mi carolina, caroline su madre amaba estas fechas incluso el baño terminaba lleno de adornos y luces. -Ríe ante el recuerdo. -Yo no puedo permitir que mi hija deje de amar lo que tanto adoraba su madre. 

 

-Entiendo. 

-Se que no lo haces pequeña grinch -guarda silencio un momento. -Discúlpame Por lo de tu oficina. - Dice apenado 

 

-Esta bien olvidémonos de eso. -No tienes caso empezar una guerra con el, quiera o no es ahora mi jefe



#1535 en Otros
#344 en Relatos cortos
#3963 en Novela romántica

En el texto hay: romace, navidad y familia

Editado: 30.12.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.