Mi pequeña grinch

Capítulo 3

James 

 

-Buenos días pequeña grinch. -saludo a la hermosa mujer que al igual que yo va entrando al ascensor. Su jodida belleza me tiene embrujado, aunque su carácter, ese ya es otra cosa.

 

-Buenos días señor Miller. -Responde con su acostumbrada seriedad. En el par de semanas que tenemos trabajando jamás la he visto sonriendo con alguien que no sea mi secretaria o Carolina.

 

No se como acercarme a ella, no quiero espantarla pero es que tampoco me deja avanzar en mis intentos por conquistarla, la he invitado un par de veces a cenar pero siempre encuentra una excusa para no salir conmigo. Con caroline fue todo tan facil y distinto, aunque el carácter de mi difunta esposa era bastante dulce y sumiso fue eso lo que me conquisto de ella, cuando nuestra relación no dio para mas formamos una hermosa amistad que sobrevivió hasta su último dia.

 

Faltan solo dos semanas para navidad y me encantaría pasarla con ella y mi hija pero esa mujer es un hueso duro de roer. Mi niña está fascinada con la pequeña grinch, todo el día habla de ella, de lo buena que es dibujando y coloreando, lo que me lleva a creer que dentro de ese caparazon duro hay un ser noble y bondadoso.

 

-¿Cuando aceptaras salir conmigo?

 

-No creo que sea lo más correcto, Soy su empleada, ¿se imagina que van a decir? olvidelo. 

 

-¿No creí que fuera de las que les importa el que dirán?

 

Por desgracia el ascensor se detiene y ella se libra de darme una respuesta. Seguiré insistiendo el tiempo que sea necesario, estoy seguro que Natalie vale realmente la pena.

 

-¡¡Papiii!! -sonrió al escuchar el grito de Carolina se suponía que hoy no vendrían a la empresa puesto que mi hermana se ofreció a cuidarla.

 

-Hola mis mujeres hermosas ¿que las trae por aquí? 

 

-Esta pequeña damita insistió en venir. -Dice con una sonrisa, me entrega las cosas de mi hija y se despide. Jazmín no soporta dejar a sus hijos mucho tiempo a solas con su esposo siempre terminan haciendo épicas travesuras. 

 

-¿Papi puedo ir a ver a Naty? -Pregunta entusiasmada. ya sabía yo que tanto afán por venir a la empresa no se debía a mi.

 

-Claro, vamos. -camino con ella en brazos preguntándome cual será el motivo por el que mi hija quiere tanto a esa pequeña gruñona. 

 

 

Natalie

 

Los pequeños toques en la puerta me sacan una sonrisa, conozco muy bien a la persona que se encuentra tras ella. Carolina me visita todos los días. Algo tiene que me encanta, es como un aire fresco para mi vida tan sofocada.

 

-¿Hola cariño como estas?

 

-Hola naty, ¿puedo quedarme contigo? -pregunta despacio ¿como si pudiera decirle que no a esa carita? Asiento con una sonrisa mientras su padre no deja de verme con facinacion.

 

-Sonriendo eres tan bonita. -Murmura por lo bajo y yo enrojezco ante su cumplido no estoy acostumbrada a recibir ese tipo de alagos de nadie, nunca permito que un hombre se hacerque tanto a mi.

 

-Puede irse tranquilo, le prometo cuidar bien de Carolina. 

 

-Eso ya lo sé, no necesitas decírmelo. -Sonrie coqueto, disfrutando de ponerme en evidencia. 

 

Una vez a solas la pequeña Caro empieza a contarme todo lo que ha echo en el día, me cuenta como ayudo a su tía con las decoraciones navideñas, al parecer todos se han propuesto  evitar que deje de amar la navidad. 

 

-Al parecer tu tía también ama la navidad. -digo sonriendo. Con ella me sale tan natural ese gesto.

 

-Si, mi papi también la ama -suelta con alegría. -Dice que los adornos le recuerdan a alguien de su infancia.

 

-Que bonito -contesto con una pequeña sonrisa. que casualidad yo la aborrezco por lo mismo.

 

-¿Ya hiciste tu carta? -pregunta entusiasmada.

 

-No, aun no he podido hacerla. -Aplaude con alegría como si le hubiese dado la mejor respuesta del mundo. 

 

-¿Podemos hacerla juntas? -pide juntando sus dos pequeña manitas frente a su pecho. -por favor, por favor. 

 

Asiento en respuesta, acepto que soy una grinch como su papá me llama pero sería incapaz de romper la ilusión de una niña que acaba de perder a su mama.

 

En cuestión de minutos aparece con todo lo necesario para escribir las dichosas cartas, no se cuanto tiempo paso frente al papel en blanco, solo una vez hice algo como esto y obviamente mi regalo nunca llego.  

 

Al ver a la pequeña Carolina tan entusiasmada decido empezar a escribir dejo que mis palabras fluyan y lleno dos hojas con un millón de quejas para ese ser inexistente al que todos los niños esperan con devoción.

 

-¿Mi princesa como estas? -¿Que tiene ese hombre que solo de verlo me pone mal?

 

-¡¡Papiii!! -Grita Carolina alargando la i por unos segundos, -Naty y yo hicimos la carta para santa. -Sus enormes ojos azules me observan con sorpresa y algo de burla diría yo.

 

-¿Y que le a pedido?-Murmura por lo bajo -un hombre tan guapo como yo. 

 

-Por su puesto señor Miller, solo que lo he pedido menos arrogante.

 

Su gran sonrisa desaparece cambiando su semblante a uno de total preocupación.

 

-¿Papi podemos ir al centro comercial? -Pide la pequeña como si nada. Pero extrañaremente los ojos del padre se llenan de lágrimas.

 

-Carolina ¿estas segura?

 

Si papi -interrumpe con una sonrisa. -Naty irá conmigo.

 

-¿Que? No creo que...

 

-Claro amor es perfecto. -me interrumpe -¿puedes ir por tus cosas a mi oficina? -pide con ternura.

 

-Señor ¿no cree que esta abusando?

 

-Carolina no quiso volver al centro comercial después de la muerte de su madre, -dice con pesar. - por favor acompáñanos, te subiré el sueldo.



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En el texto hay: romace, navidad y familia

Editado: 30.12.2023

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