Mi Pequeña Luna

Capitulo VII

Hace dos años al pensar en el día en el tendría la obligación de oficializar su forzoso compromiso lo veía gris, oscuro y triste. Tanto para mi manada como para mi.

El día en el que tendría que formalizarse mi "Unión" con Amanda para que mi manada tuviera a su Luna, ese día había llegado finalmente.

Tengo que aceptar que pensar en ello era deprimente.

Anteriormente cuando pensaba en este día miles de emociones negativas pasaban por mi sistema, volviéndome un ser agresivo, pero ahora, en el presente, estaba más que ansioso por que llegase el momento de la dichosa cena y así tener el poder de comunicarles que el compromiso con la familia Gerber queda totalmente anulado.

Al despertar Willow murmura adormilada — ¿Noah? — se remueve a mi lado. Se sienta sobre la cama y me mira o eso intenta mientras se frota los ojos con ambas manos.

La detengo — No hagas eso, irritaras tus ojos — ella asiente y sonreí sin poder evitarlo — Ven amor, hay que bañarnos — cuando sus ojitos somnolientos logran enfocarme, asiente levemente y extiende sus brazos hacia mi.

La tomo en brazos y camino hacia el cuarto de baño. Al estar ya dentro la dejo de pie sobre el mesón del lavamanos y le quito la ropa dejándola sólo con la ropa interior.

Iba a preparar la tina con agua tibia cuando mis ojos vieron más allá de su rostro y se enfocaron en el cristal a su espalda, en el se reflejaban lo que parecían manchas que se extendían desde su nuca hasta la parte baja de su espalda. Había visto un poco de ellas anteriormente sobre su camisón pero ahora que las veía con detenimiento no eran manchas o lunares eran más como tatuaje de todas las facetas de la luna que estaban situadas en toda la espina dorsal en su cuerpo.

La curiosidad me había ganado — ¿Como te haz hecho esto? — ella me mira y toca la parte superior del tatuaje y al hacerlo este emitió un tenue luz.

— Han sido tantos años que ahora recuerdo poco, pero creo que he nacido con el — me sentía desconcertado, quería saber más sobre ella ¿Cómo que tantos años? ¿Quizás y en su planeta el tiempo recurría de manera lenta? No tenía como saberlo. Había tanto misterio e incertidumbre a su alrededor que a veces terminaba abrumandome demasiado pero no había tiempo para eso ahora mismo asi que olvidándome brevemente de todo eso... La dejo de vuelta en el suelo y dejé la tina llenándose mientras me quitaba cada prenda de vestir quedando en sólo boxer.

Hoy era uno de esos días dónde me levantaba con más energía de lo habitual. Me sentía pleno, feliz, eufórico, capaz de comerme el mundo de un solo bocado; Y ¿Por qué no empezar rompiendo una de las absurdas reglas de mi madre?

Willow camina hacia la bañera, sierra la llave y se sumerge en ella lentamente, cuando sale a la superficie con todo su cabello cubriendo su rostro y señalando el espacio vacío a su lado me hizo recordar una singular película de terror.

— Noah, ven, entra — me invita.

— ¡Oh, vaya! — Willow retirar todo el cabello de su rostro y me mira — ¿Se supone que a partir de ahora solo tengo Siete días de vida?

— ¿De que hablas? ¿Siete días de vida? ¿Por qué? ¿Estas bien? — pregunta y retira su cabello de su rostro.

— Si, solo pensé por un momento en tu gran parecido con la niña del aro — Willow parpadea y ladea la cabeza hacia un lado sin entender — nada de que preocuparse.

A veces llegaba a olvidar que ella no pertenece a este mundo, que había muchas cosas que desconocía como: el arte, música, películas, las distintas culturas, estilo de vidas. Todo era nuevo para ella. Cómo lo era para cada integrante de esta casa, tener a una personita de otro planeta viviendo con nosotros.

Entrecerrando sus ojos pregunta — ¿Quien es la niña del aro? — se inclina sobre el borde de la bañera — ¿A la niña del aro la quieres más que a mi? — sus ojos empiezan a cambiar — ¿Acaso ella también te a besado? Si es así quiero conocerla ¡Ahora!

Aprieto mis labios para evitar una carcajada y que termine enojando la aun más. ¡Vaya que siempre lograba sorprenderme cada vez más!

— No, no mi vida — camino hacia la bañera y me meto tras ella — te quiero mucho más a ti y pero si la quieres conocer yo no me pondré a eso.

Parecerá estúpido lo que diré pero, ¿Es posible que ella conozca lo que es el temor? Tenía una gran duda sobre ello. ¿Era posible que ellos también sintieran los que es el miedo?

— La pondré en su lugar como lo hice con Amanda — asegura. Se voltea y me mira — Nadie, absolutamente nadie tiene el derecho de pretender robarme tu amor — mis labios sin poder evitarlos se curvan hacia arriba en una sonrisa socarrona.

Amaba que fuera posesiva conmigo, eso me demostraba que de verdad me quería. Ella no tenía que poner en su lugar a nadie y nadie podía robar algo que ya estaba dado.

Willow cierra sus ojos y apoya su cabeza en mi pecho mientras yo le daba suaves masajes en sus brazos. La verdad se siente tan bien estar así con ella, tanto, que quería detener el tiempo en este instante y vivirlo un poco mas. Es que había tanta paz dentro de estas cuatro paredes con su suave respirar, su esencia flotando en el aire, el sonido de nuestros corazones danzando al ritmo del otro y el sonido constante del goteo del grifo... Se sentía tan pacífico.

Era la primera vez en siglos que disfrutaba tanto de una ducha en tanta tranquilidad y el echo de que mi mate estuviera en el mismo baño que yo, sumergida en las mismas aguas que yo y descansando sobre mi pecho... Lo hacía aún más mágico y placentero.

Pero a pesar de querer perdurar en ente momento... No todo es como uno quiere.

Después de estar metidos en la bañera por más de una hora, salimos. Cuando voy por las toallas escucho la risa de Willow.

— ¿De que ries? — me envuelvo una toalla en la cadera y con la otra la cubro a ella — eh pequeña.




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