estaba lloviendo, lo supe por el ruido que hacia el agua al chocar con el suelo o las ventanas de mi habitación, Clara aun estaba a mi lado dormida y me levante de la cama y me acerque a la ventana, era de noche así que cerré las cortinas para evitar poder ver los relámpagos, me quede de pie en la habitación, mirando la oscuridad, era extraño pero sentía que me estaban mirando, negué y baje las escaleras hasta estar en la cocina, toque el apagador hasta verla iluminada, saque unos sartenes y los coloque encima de la estufa, luego saque la pasta y los ingredientes para hacerla, mire el fuego salir de la estufa y un pensamiento irracional apareció en mi mente, coloque la mano sobre esta y se apago al instante, suspire y mire alrededor, había algo que me impedía hacerme daño y por alguna razón me sentía amenazada y asustada.
– ¿Qué es lo que quieres? –pregunte en voz baja.
Como siempre, no hubo respuesta ¿Me estaba volviendo loca?
Volví a intentarlo y encendí la estufa, cuando coloque mi mano sobre esta se apago nuevamente. Me rendí y volví a encenderla poniendo el sartén y esta vez no se apago. Hice la cena en una hora y tenía todo listo, la pasta y albóndigas. La lluvia no había empeorado y eso me dio un respiro de tranquilidad, camine hacia la habitación subiendo las escaleras y una vez que estuve ahí, moví a Clara con la mano.
–Despierta –susurré.
Ella abrió los ojos lentamente y me vio de pie, su rostro reflejaba confusión.
– ¿Qué haces en casa?
–Estas en mi casa –dije intentando no reírme por su expresión.
Clara se sentó en la cama y miro alrededor.
– ¿Qué hago aquí? –preguntó
–Vinimos después de lo que pasó en el colegio... –si no recordaba no quería dar más detalles.
Asintió y se puso de pie, después ambas bajamos y sonrió cuando olió la cena.
–Vaya... –dijo ella mirando la comida en los sartenes.
Se sentó en una silla y se acerco a la mesa, yo tome dos platos y serví pasta con las albóndigas en cada uno y luego lo puse frente a ella, me senté a su lado y coloque los cubiertos a ambos lados de los platos, ella comenzó a comer y a los pocos segundos suspiro pesadamente.
– ¿Estas mejor? –pregunte.
–Sí, gracias por preocuparte por mí, Maddy.
El resto de la cena fue en silencio, no le dije nada y le llamo a sus padres para que vinieran a recogerla, al cabo de unos minutos se fue y de nuevo me quede sola en casa. Subí a mi habitación y me deshice de la ropa para ponerme el pijama y meterme bajo las mantas, me estremecí con el frío, mis piernas temblaban, estaba asustada. No llore, no hubo porque lo hiciera, la lluvia no había empeorado así que pude dormir tranquila por primera vez.
Cuando me desperté, tome mi teléfono y apague la alarma para levantarme y darme un baño con agua caliente, luego me vestí y desayune tranquilamente, la idea de hacerme daño rodaba en mi cabeza ¿Porque nunca había sentido dolor? Es decir, ¿Algo estaba mal conmigo? Me deshice de mis pensamientos al escuchar el claxon fuera de casa, tome mi mochila y camine hacia la puerta cerrándola cuando estuve fuera y camine hacia la camioneta, donde Aaron me esperaba.
–Hola –dije cuando me subí y me puse el cinturón de seguridad y ponía la mochila en mi regazo, él se acerco y me beso en los labios, mi corazón se acelero con el toque de su mano en mi mejilla y una vez que se alejo me sonrió.
–Buenos días –murmuró.
–Wow –dije anonada por el beso que acababa de recibir.
Me dedicó una sonrisa coqueta y aceleró.
–Tenemos que ir por Clara –dije mirando la ventana y los pequeños rayos de sol que salían entre las nubes.
Asintió.
– ¿Qué le paso a nini ayer? –preguntó.
–Su abuelo falleció hace dos años y lamentablemente murió en un incendio, el simple hecho de ver fuego la aterra así que ayer cuando escuchó la alarma...
–Se asusto y lo recordó –asintió –lo entiendo.
–No le digas nada, ni le preguntes por favor.
Asintió de nuevo.
Cuando llegamos a la casa de Clara, Aaron hizo sonar el claxon y luego vimos a Clara salir de ahí con una sonrisa, hasta parecía que ayer no había llorado, abrió la puerta trasera y entro de un salto, se acercó y me beso la mejilla y a mi novio también.
–Hola chicos –dijo ella.
–Hey nini –dijo Aaron.
Le sonreí a Clara y ella me guiño un ojo, de camino al colegio hablaron sobre el partido de Fútbol Americano que jugaran el viernes por la noche, a ella le gustaba mucho y a mi...bueno, no le entendía tanto pero mi novio jugaba en esos partidos así que tenía que poner mi esfuerzo en entenderla un poco. Cuando llegamos al colegio, Aaron aparcó junto a su Ferrari donde Scott, Liam y James nos esperaban, los tres bajamos de la camioneta y Aaron se apresuró a tomarme por la cintura y caminar junto a mi hacia su auto, mientras lo hacíamos pude sentir la mano de él en el bolsillo trasero de mi pantalón ajustado dejando algo, lo mire frunciendo el ceño.
–Las llaves –dijo mirando hacia el frente.
Asentí y no pude evitar sonreír.
– ¿Cuidaste de él ayer? –preguntó Aaron refiriéndose a su auto.
–Como si fuera mío –dijo James.
–Mas te vale –dijo Aaron tendiendo la mano y esperando las llaves y que James se las diera, cuando lo hizo las guardo en su pantalón.
–Entonces ¿Donde será la fiesta? –preguntó Scott
– ¿Cual fiesta? –preguntó Clara.
–La que siempre hacen después de los partidos –le explique yo.
–Podría ser en mi casa –se ofreció Liam. –Mi papá no tiene ningún problema.
–Está bien, entonces solo hace falta que se enteren todos –dijo Scott.
–Es muy fácil, solo hay que decirle a las porristas y en menos de un día todo el colegio sabrá –dijo Liam
Cruce mis brazos observando a Aaron, él me veía mientras levantó ambas manos como diciendo A mí no me mire.
–Sabes que no me importa ninguna de ellas ¿verdad? –preguntó Aaron.
–Eso lo sé, pero eso no impide que estén detrás de ti como mosquitos –dije mirando a otro lado, luego sentí las manos de Aaron en mi cadera y me acercó a su pecho.