Mi Pequeño Angel

Capítulo 8

Cuando llegue a casa, después de una pelea con nadie exactamente me di cuenta que ya era de noche, no recordaba haber pasado tanto tiempo en la camioneta y frente al árbol, trote por la llovizna y entre a casa, moví mi cabello rubio para que las pequeñas gotas cayeran y tome el teléfono, no habían mensajes en la contestadora por lo que deduje que no le habían llamado a mis padres, subí a mi habitación y busque mi teléfono que estaba encima de la cama, tenía muchos mensajes y llamadas perdidas de Aaron y Clara.

"Estoy bien y en casa"

Escribí y se lo envíe a ambos, luego lo volví a dejar en la cama, suspirando y dejándome caer en esta para mirar el techo. Todo esto era mucho para mí, necesitaba saber que no estaba loca, hablaba con alguien a quien no veía pero si me cuidaba, era muy jodido todo esto, cerré los ojos y deje que mi mente hiciera lo que quisiera para poder dormirme.

Al paso de los días llegó el viernes, como de costumbre fui por Clara para ambas llegar al colegio y hablamos con los chicos antes de entrar a clases, ninguno me había preguntado qué era lo que había pasado hace días en el baño, él porque me había desmayado y agradecí por eso. Aaron se molesto conmigo por irme sola, así que no le dije que estaba a punto de tener un accidente ese día, empeoraría todo. Clara también se había molestado pero al recibir mi mensaje se le olvido todo y ahora estaba de camino a la cafetería después de mis clases, me senté junto a mis amigos y mi (no sabía si todavía) novio, hoy era viernes de tacos así que todo el mundo tenía de estos en sus platos, Liam hablaba con Scott y se reían de algo, Clara se acerco a mí y me sonrió, luego comenzó a comer y Aaron estaba hablando con James, sentía un dolor en el pecho al verlo tan distante conmigo, no me hablaba pero tampoco me evitaba, estaba a dos asientos de mi.

– ¿Aun sigue molesto? –preguntó Clara a mi lado, me gire y la mire.

–Eso parece.

–Oh oh –dijo ella mirando a mi espalda, me di la vuelta y vi a la chica morena de nuevo con su corto uniforme estar de pie frente a Aaron, él no la miro pero escuche que dijo:

–Ahora no es un buen momento

–Pero es importante, es sobre la fiesta de esta noche –dijo ella

La fiesta, la había olvidado completo, de todas maneras no es como que pensara ir, Aaron no me hablaba así que no le veía el caso.

–Después del entrenamiento –le dijo James.

–Oye... y ya tienes pareja para la fiesta, digo, porque tú y ella han terminado ¿no?

Suspire y mire a Clara que me toco el hombro.

– ¿Que te hace pensar que terminamos? –preguntó Aaron.

–No sé, él hecho de que no están juntos desde ya unos días, además se rumora por ahí que...

– ¡Ya! no pienso escuchar tus estupideces –le dije yo saltando de mi asiento y acercándome a ella –lo que suceda entre nosotros no es de tu incumbencia.

– ¿Ahora hablas? –dijo ella levantando su ceja.

–No me tientes zorra –le dije con voz amenazante.

–Mad, déjala –dijo Aaron a mi espalda, sentí su mano en mi cintura y quería echarme a llorar porque después de días me había tocado y dirigido la palabra.

Hizo una mueca al ver la mano de Aaron en mi cintura, yo puse mi mano sobre la de él.

–Es mejor que te vayas, Vanessa.

Ella le mando un beso y se fue caminando por donde había venido, hice una mueca y suspire para después sentarme de nuevo en mi lugar junto Clara, la mesa estaba en silencio, nadie dijo nada pero era evidente que habían visto mi furia repentina.

Al cabo de una hora, el almuerzo había acabado así que me dirigí de nuevo a mi siguiente clase, no había comido más que un par de tacos, me dolía el estomago y sentía un dolor punzante en el pecho, entre al salón y suspire cuando me sentí segura de nuevo en mi silla, esa sensación me relajaba pero me daba miedo, significaba que ese algo estaba cerca y me aterraba la idea.

–Buenos días clase, por favor saquen su cuaderno y anoten lo que aparecerá en la pizarra cuando active el proyector.

Me recargue en la paleta del asiento y cerré los ojos, imagine a un fantasma detrás de mí, observándome y acercándose cuando se percato de que lo había visto, era un hombre de unos cincuenta años, viejo y feo.

"No me tengas miedo"

Abrí los ojos de golpe y me di cuenta que la clase aun seguía, mire ambos lados y no vi a nadie más. Saque mi cuaderno para anotar lo mismo que mis compañeros, al cabo de una hora ya había terminado y fui a mis dos siguientes clases, el días paso más rápido de lo que puedo decir, ahora me encontraba de camino a la camioneta, estaba a unos pasos de llegar cuando sentí que me tomaron del brazo, me di la vuelta.

– ¿Podemos hablar? –preguntó Aaron.

– ¿Ahora si quieres hablarme? –me aleje de su agarre y camine a la camioneta.

–Mad...

No dije nada y camine hacia la puerta de copiloto y la abrí para dejar la mochila en el asiento, sentí sus manos en mi cadera y luego me dio la vuelta poniéndose frente a mí y acercándose peligrosamente.

–Nena, deja de estar cabreada conmigo.

– ¿Yo? Pero si eres tu él que no me dirigía la palabra.

–Me comporte como un maldito cabrón y lo siento es solo que...te fuiste en ese estado, pudo haberte ocurrido algo, un accidente. Solo me preocupo por ti.

–Y lo agradezco pero puedo cuidarme sola, nunca me sucede nada así que no te preocupes.

Junto sus cejas.

–Tú no puedes saberlo Mad.

–Lo sé, por eso lo digo, nunca me ha pasado nada y no sé si sea Dios quien lo hace pero nunca me ha sucedido algo y no me sucederá

Negó.

–Nunca he sentido dolor físico, no sé que es una raspadura, un corte y algo por el estilo.

– ¿Como que no sabes? ¿Acaso nunca te caíste de niña?

Negué.

–Nop, nunca.

–Mad...eso no es posible.

–Claro que lo es, te lo estoy diciendo.

– ¡Hey! Veo que ya arreglaron las cosas, ¿Lista para irnos, Mad?

Mire detrás de Aaron, Clara estaba sonriendo.




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