Mi Pequeño Angel

Capítulo 13

Habían transcurrido dos semanas desde que mamá y papá llegaron de su viaje, dos semanas desde que parecía que mi relación con Aaron estaba en la mejor parte, dos semana sin saber nada de Kale, lo cual me entristecía, no lo había vuelto a ver e incluso pensé que era fabrica de mi imaginación, quizá nunca existió.

–Maddy.

Parpadeo y veo a mi mamá que está sentada en el sofá.

– ¿Qué? –pregunte.

–Vamos a ir a cenar con tu padre y unos compañeros de su trabajo.

– ¿Hoy? –fruncí el ceño.

–Sí, hoy.

–Bueno –me encogí de hombros.

Vi a mamá acercarse a mí, tomo mis manos que estaban sobre el cojín que tenía en mi regazo y me miro a los ojos.

–Algo te sucede, ¿Quieres decirme que es?

–No es nada mamá –dije y le mostré una media sonrisa, la verdad era que me había decepcionado al no ver a Kale, pensar que había sido mi imaginación... pero inmediatamente descarte esa idea, cuando me tocaba podía sentirlo y lo que provocaba en mi no era mi imaginación, era real.

– ¿Está todo bien con tu novio?

–Nuestra relación nunca había estado mejor –le dije.

– ¿Entonces qué es? –preguntó acariciando mis manos con sus pulgares.

–No es nada mamá. Me duele el estomago es todo –y era verdad.

Asintió pero no muy convencida de mis palabras.

–Entonces cariño, ve a ponerte hermosa.

–Está bien... –me levante de nuevo y subir los escalones dejando a mamá en el sofá, cuando entre a la habitación me entraron unas ganas horribles de vomitar, tenía la bilis en la garganta, negué no podía enfermarme, no hoy.

Tenía mucho tiempo sin salir con mis papas. Sin poder aguantarme corrí al baño y levante la tapa del inodoro y metí mi cabeza dejando que mi estomago se vaciara, mis lágrimas salieron. ¡Oh dios esto era horrible!

– ¿Maddy?

Era la voz de mi madre, sabía que estaba en la habitación pero no podía verla, no podía dejar de vomitar.

–Oh cariño, tranquila –sentí su mano en mi espalda acariciándola, cuando termine me senté en el suelo y seguí llorando, mamá me envolvió con sus brazos y beso mi cabello.

Mamá y yo escuchamos la puerta, ella me besó la frente y se levantó.

–Ahora vuelvo –dijo ella.

–No –dije, no quería quedarme sola.

–Voy abajo cariño un segundo, cariño ahora regreso –y la vi salir por la puerta del baño, seguí llorando, me dolía el estomago y entonces de nuevos volvió el asco y me apresure a meter la cabeza en el inodoro.

"Tranquila, es solo un dolor estomacal, pasara durante la noche" me dije.

Me puse de pie, estire la cadena para que todo lo que había desechado se fuera, camine hacia el lavamanos y lave mis dientes luego me enjuague la cara con agua helada, cuando secaba mi cara con una toalla escuche pasos por mi habitación.

–Vamos, toma tus cosas que iremos a ver al doctor ahora mismo

–Estoy bien papá –mire por el espejo y era Aaron el que estaba en la puerta del baño. – ¿Qué haces aquí?

Realmente pensé que era papá, ya era la hora de que llegara y que Aaron estuviera en mi habitación no iba a hacer nada bueno cuando él lo viera.

– ¿Importa?

–Pues la verdad si y mucho –dije dándome la vuelta y recargando mis manos en el lavamanos.

–Bien, vine a verte para invitarte al cine, hace mucho que no vemos una película y pensé que podríamos ir pero cuando llego me encuentro con tu madre diciéndome que no dejabas de vomitar.

– ¿Donde está ella?

–Abajo, hablando con tu padre.

– ¿Papá ya llegó?

–Bueno, venía detrás de mí...

– ¿Maddy estas bien? –preguntó papá entrando al baño, frunció el ceño hacia Aaron pero camino hasta mi tomando mi cara en sus manos. –Estas muy pálida, vamos al hospital.

–Estoy bien –aleje sus manos. –Supongo que me cayó mal la comida, pero estoy bien, ya dejen de preocuparse los dos, no necesito un doctor.

–No vamos a ir a la reunión, así que nos quedaremos contigo y te llevaremos al hospital. –demando él.

–No, ve. Estaré bien, iré al cine con Aaron no te preocupes.

– ¿Como piensas que voy a dejarte sola en este estado?

– ¿Qué estado papá? ¿Acaso no me ves bien?

Me aleje de él y camine hacia la habitación con mi padre y Aaron detrás, me senté en la cama.

–Ya paso –dije –si te hace sentir más seguro me quedare aquí en casa y veremos una película.

Papá fulminó con la mirada a Aaron.

–No voy a dejarte sola con él.

–Señor Williams, si le hace sentir mejor nos iremos al cine, donde hay personas para que no crea que vaya abusar de su hija.

Oh, oh.

–Todo es posible jovencito, yo a tu edad estaba con la hormona muy acelerada.

–Ya dejen de hablar de hormonas. –los interrumpo, es demasiado vergonzoso. –papá no vamos a hacer nada de nada, no te preocupes si me duele de nuevo el estomago te llamare.

– ¿Lo prometes?

–Lo prometo, ahora ve a ponerte guapo para tu reunión y para mamá.

Se acercó y beso mi frente no sin antes murmurarme un te quiero y salir por la puerta.

–Tu padre sí que es muy desconfiado. –dijo Aaron sentándose a mi lado.

– ¿Sabes que hay muchas chicas, menores de edad embarazadas? A papá eso es lo que le asusta.

–No tiene por qué preocuparse, no hemos tenido relaciones sexuales. –se encoge de hombros. –así que tú serás virgen hasta el matrimonio.

Me reí y bese su mejilla y apunte la puerta con el pulgar levantado.

–Ahora, tú, afuera que tengo que arreglarme.

Asintió y se levantó de la cama para luego salir de la habitación, cerró la puerta detrás de sí. Camine de nuevo al baño y me deshice de mi ropa, tarde cinco minutos en bañarme así que cuando termine me envolví en una toalla para secar mi cuerpo, tome mi pantalón, una blusa ajustada en color amarillo y mi chaqueta negra, busque bajo la cama hasta encontrar mis tenis del mismo color, me cepille el cabello y tome mi teléfono para ponerlo en el bolsillo trasero de mi pantalón, salí de la habitación y baje las escaleras hasta encontrarme con Aaron sentado en el sofá que se levanta al verme.




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