Mi Pequeño Angel

Capítulo 14

– ¿Piensas ir al colegio?

Abrí los ojos y mamá estaba sentada en la cama, mi primer impulso fue mirar a mi lado izquierdo, Kale no estaba así que suspire de alivio.

– ¿Te sientes mejor? –preguntó acariciando mi cabello.

–Sí, gracias –dije.

–Tu padre esta esperándote abajo.

Asentí. Me levante de la cama con la misma ropa de ayer y vi a mi madre salir de mi habitación, la cerré con seguro.

–Kale –susurré esperando que no hubiera decido no aparecer otra vez.

– ¿Si? –dijo él detrás de mí, salte y me di la vuelta.

– ¡Jesús! Me asustaste. –me lleve una mano al pecho.

Él sonrió, tenía un perfecta sonrisa y verlo así me provoco que mi corazón se acelerara, nunca lo había visto sonreír. Esta vez no mostraba sus alas.

–Es gracioso.

Sonreí.

–Tengo que ir al colegio... –él asintió. –Tú... ¿te quedas aquí? ¿O como funciona esto? –pregunte mientras me quitaba la chaqueta, la verdad era que tenia curiosidad.

–Siempre estoy cuidándote Maddy –dijo y acarició mi mejilla, sentí mi corazón acelerarse –Eso significa que también voy a tu colegio.

–Nadie podrá verte, ¿verdad?

Asintió.

–Ni siquiera yo –dije esto un poco decepcionada.

–Tampoco tú podrás pero estaré contigo, te daré pruebas para que sepas que estoy allí –dijo él. –Comienza a arreglarte que tu madre está subiendo.

Y tan pronto como lo dijo mamá abrió la puerta y Kale desapareció.

– ¿Aun no te cambias? –preguntó ella.

–Eh... no, ya voy.

Ella esperó hasta que entrara al baño y me quite la ropa, me paso por la mente si Kale también me veía mientras me bañaba, lo dudaba, me bañe en menos de seis minutos ya había terminado, salida del baño y busque en mi armario, tome unos jeans, una blusa y mi suéter blanco sin cierre, tome mi ropa interior y un par de calcetas, me coloque todo y cepille mis dientes y mi cabello, tome mis tenis y me vestí, tome la mochila y mi celular, luego baje las escaleras y salude a mis padres dando les un beso en la mejilla.

– ¡Alguien amaneció de muy buen humor! –dijo papá.

Sonreí y me siente junto a él para servirme mi licuado.

– ¿Se la pasaron bien anoche? Ya no les pude preguntar.

–Excelente –dijo mamá. –los compañeros de tu padre son muy amables.

–La empresa cumplirá cincuenta años y nuestro jefe quiere hacer una fiesta para celebrarlo así que no hagas planes para esta semana.

– ¿Enserio? –pregunto algo decepcionada, pues Clara y yo pensábamos ir de compras este fin de hecho.

–Puedes invitar a alguien si quieres, para que no te a burras en una cena de... mmm... ¿Adultos?

Asentí.

–Bueno Maddy, despídete de tu madre que tenemos que irnos. –dijo papá.

Camine hacia mamá y le di un fuerte abrazo y le bese la mejilla, luego seguí a papá hacia la camioneta, cuando me puse el cinturón y la mochila en mi regazo mire por el espejo retrovisor pensando que Kale estaría atrás.

– ¿Por qué sonríes tanto el día de hoy?

–No lo sé, a veces la vida es maravillosa –dije y mire por la ventana mientras avanzábamos.

Después de pasar por Clara y de un largo camino de platicar sobre si me había enfermado anoche, finalmente estábamos en el estacionamiento del colegio, despedí a mi papá con la mano y Clara y yo caminamos hacia la entrada, sabía que seguía sonriendo como tonta, pero no podía evitarlo al pensar en Kale.

–No me digas que esa sonrisa que tienes es porque fuiste a ver una película de terror anoche, no te creeré. –dice ella sabiendo obviamente sobre mi salida de anoche.

–No, no lo es.

– ¿Es por ese chico de nombre raro?

–Él tiene algo que ver –dije y abrace a mi mejor amiga por el cuello mientras caminábamos.

– ¿Y Aaron?

Entonces, la sonrisa se borro de mi rostro, lo había olvidado.

–Si piensas salir con ese chico o tener algo serio, termina con Aaron, él no se merece que lo engañes.

–No lo estoy engañando –dije y aleje los brazos de mi mejor amiga para verla a los ojos.

–Esa sonrisa de boba no es más que por felicidad y que Aaron no sea el motivo es algo... –se encogió de hombros.

–Hablare con él –dije y entramos al colegio.

– ¿Cuando?

–Pronto, lo haré lo prometo

Ella asintió.

–Haz lo correcto Mad, él te quiere mucho y sabes que no es un mal chico contigo, que suceda todo esto...la verdad no sé como vaya a reaccionar.

Ni yo tampoco lo sabía, mis piernas temblaban así que seguí caminando.

–En otras noticias, quiero saber quién es él que te trae así, ¿me lo presentaras verdad?

–No lo se... te veo luego Clara –le bese la mejilla y camine hacia los baños, tenía la sensación de que Kale me seguía, cuando entre me asegure que no hubiera nadie y deje la mochila en el suelo y me subí al lavamanos dejando que mis pies colgaran, en un segundo Kale estaba frente a mí, de nuevo sin sus alas a la vista.

– ¿Lo escuchaste? –pregunte.

– ¿El qué? ¿Sobre tu novio?

Asentí. Él solo me miraba fijamente y se acercó a mí, poniendo una mano a cada lado de mis piernas, tenerlo tan cerca me dio escalofríos, era algo que Aaron no me provocaba, algo que solo Kale hacia en mi. Levanto la ceja como diciendo"¿Que vas a hacer?"

–Cuando estoy con él, no me provoca nada de lo que tú haces.

– ¿Lo amas? –preguntó.

Negué.

–Jamás le he dicho algo que no siento.

Kale me miro a los ojos, como tratando de descifrar en que era lo que pensaba.

–Si tu no sientes lo mismo que yo siento por ti... deberías estar con él, lo aceptare, no importa el dolor, me importa más tu felicidad que la mía.

Sonreí, él realmente era asombroso y esto lo probaba, me quería y yo también lo quería incluso antes de darme cuenta.

–Voy a hacer lo correcto.

–Espero que eso me incluya a mí –dijo y toco mis manos.

Luego las entrelazo con las suyas y ambos miramos nuestras manos unidas, era la primera vez que teníamos las manos de esa manera y sentí un cosquilleo en mi estómago.




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