Mi Pequeño Angel

Capítulo 19

Destrozada, me sentía muerta en vida, como un zombi. Sentía un dolor en el pecho cada vez que pensaba en él y siempre le seguían lágrimas al recordarlo. ¿Porque el amor duele tanto? ¿Porque tuve que enamorarme de mi ángel guardián? ¿Porque la vida era tan injusta a veces? Quería gritar, sacar el fuego que sentía en la garganta al recordar lo que le había dicho, pero su vida estaba antes que la mía. Siempre lo estaría.

–Entonces... ¿terminaron?

Asentí, enseguida los brazos de mi mejor amiga me envolvieron para reconfortarme.

–Todo estará bien cariño, tranquila, llora.

Mis lágrimas cayeron y escondí mi rostro en su cabello rubio, no me importaba si me estaban viendo las demás personas que pasaban por la cafetería, me dolía y tenía que dejarlo salir.

– ¿Está bien? –escuche a mi espalda.

–No, pero lo estará, siempre lo está –dijo Clara y besó mi frente, solloce en sus brazos y sentí otro abrazo, luego se unieron mas, mis lagrimas no dejaron de salir.

Sabía que eran mis amigos y agradecí porque estuvieran conmigo en este instante, no dejándome consumir por el dolor en el pecho.

Cuando el día había finalizado los chicos me acompañaron a casa y los invite a ver algunas películas, mamá aceptó encantada, papá aun no llegaba del trabajo y dude que le molestara que mis amigos estuvieran aquí, por la mañana antes de irme al colegio mamá se dio cuenta que algo estaba mal conmigo, me lo preguntó al menos unas diez veces antes de irme y le dije que estaba bien pero le había mentido, y papá me preguntó lo mismo de camino al colegio, le dije lo mismo, la única que le fui sincera fue a Clara y a los chicos, ellos sabían la verdad (que había terminado con Kale).

–Buenas tarde –saludaron los chicos, James, Scott y Liam.

–Hola, adelante pasen, pasen –dijo mamá.

Beso a todos en la mejilla pero abrazo a Clara y Kendall.

–Mamá veremos una películas, ¿está bien?

Asintió.

–Les preparare palomitas –dijo ella. – ¿Puedes acompañarme Maddy?

Asentí y mire a Clara, le apunte hacia la caja de películas que teníamos bajo el televisor y ella asintió. Camine detrás de mi madre hasta que ambas estuvimos en la cocina, vi que saco una bolsa grande de granos de palomitas, las vació en un tazón enorme y lo puso dentro del microondas y el tiempo necesario y se giró para mirarme.

– ¿Vas a decirme que pasa?

– ¿Que pasa de qué? –fruncí el ceño

–Sabes a lo que me refiero. ¿Estás bien? ¿Tuviste problemas con tu novio?

Trague saliva y asentí sin mirarla a los ojos, me distraje con el salero y lo tome en mis manos dándole vueltas.

– ¿Que paso?

–Terminamos –parpadee para alejar las lagrimas– Pero creo que estoy bien, estoy sobrellevando esto sabes, ellos me ayudan mucho –dije refiriéndome a mis amigos que reían desde los sofás.

Mamá se acercó y me abrazó fuertemente, por fuera debía de parecer fuerte pero por dentro me desmoronaba, como la arena movediza, entre mas trataba de estar bien mas me hundía. Me beso la cabeza.

–Todo estará bien, encontraras a alguien mejor cariño, quizá él no era para ti, eres muy joven para sentir que el mundo se te viene encima.

Padres, ellos nunca entendían el sufrimiento de sus hijos.

–No hay nadie mejor mamá... pero no podemos estar juntos –dije mientras limpiaba una lagrima que se había escapado.

– ¿Por qué no? ¿Está casado? ¿Tiene hijos?

–No, no nada de eso, es... –bufé –es complicado, olvídalo, todo está bien ahora.

Vi por el rabillo del ojo que abrió la boca para responderme pero el microondas emitió un sonido avisando que las palomitas estaban listas, se acercó a esta y tomó el tazón con un guante de cocina, tocó mi hombro mientras caminaba hacia la sala para llevar las palomitas, limpie mis lagrimas y deje el salero frente a mí, esto era estúpido, no debería de sufrir, debería de estar feliz porque él estaría bien. A salvo.

Mis ojos no dejaban de mirar el salero, sentí mi cuerpo tenso y vi como se movió hacia mi izquierda, levante un poco mis hombros y cerré los ojos. ¡No, no vete de aquí! Volví a abrirlos y vi que estaba frente a mí de nuevo, por alguna razón no podía soltar el aire que tenía en el pecho, mire alrededor y no había nadie en la cocina. Estaba sola.

–Vete –susurre.

Kale estaba aquí, podía sentirlo, pero agradecí que no se mostrara en persona, no sabría cómo podía lidiar con esto.

– ¡Maddy!

Parpadee y dejo salir el aire de mis pulmones.

– ¡Voy! –respondí mientras caminaba hacia mis amigos.

Camine hacia ellos, James, Clara y Liam estaban en un sofá mientras que en el otro, Scott y Kendall, mamá ya no estaba y Clara me hizo una señal diciendo que ella estaba arriba, asentí y me senté en el suelo.

–Que genial idea –dijo Liam mientras se alejaba de James y Clara y se sentó junto a mí, la película de terror, mamá había apagado las luces y cerrado las cortinas antes de irse y hice una mueca, no me gustaban tanto las películas de miedo pero me arme de valor para mantener los ojos abiertos, cuando estaba casi en la parte final, sentí... el brazo de Liam pasar por encima de mis hombros, como si hubiera bostezado y ahí cayó, lo mire y él me sonrió, le devolví la sonrisa y seguí mirando la película.

–Vaya película... –dijo Scott mientras todos veíamos los créditos finales, pensé que los chicos estarían besándose con su novias pero respetaron el hecho de que yo había terminado con el amor de mi vida hace unas horas.

–Si... –dijo James.

Mire por encima de mi hombro, Clara se había quedado dormida en el hombro de James y Kendall estaba bostezando, Liam por su parte se rascaba la nuca y miro el suelo.

–Creo que es hora de irnos–dijo James mientras despertaba suavemente a su novia. Ella sonrió al ver a James pero luego su sonrisa se borro al ver el lugar y darse cuenta que no estaba sola.

–Gracias por invitarnos, Mad.

–No, al contrario gracias por venir y no dejar que la pasara tan horrible.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.