15. ¿Por qué no?

-¿Cómo ha dicho eso? ¡es fascinante!-Cuestionó él desde el baño mientras se cepillaba los dientes, sonreí levantando a Oliver y después bajándolo, como haciendo pesas, pero él era la pesa, y esa pesa sí que estaba gordita

-No lo sé, quizá se lo repetí tanto cada que despertaba y se le grabó -Imaginé suspirando -Bien, necesito que digas: buenos días, mamá, para poder morir en paz-Le guiñe el ojo divertida. Él intentó imitarme, pero más bien pareció un parpadeo muy actuado, reí bajándolo a la cama para que se sentara

-¿De qué se ríen? -Cuestionó Víctor saliendo, después se tiró en la cama haciéndonos rebotar a ambos. Yo le puse mala cara, pero el pequeño en cambio gritó emocionado y dio pequeños saltos sosteniendo sus pies, dándole a entender que le había gustado-¿Otra vez?-Cuestionó él sabiendo la respuesta, se levantó y volvió a caer a la cama de golpe, ambos rieron, rodé los ojos levantándome

-Bueno, ustedes se entienden-Fingí fastidio, pero sonreí con ternura cuando me volteé -Necesito un cepillo de dientes... Y no me digas que me darás el de tu amiga porque es rosado, va conmigo y bla bla bla

-Abre el espejo arriba del lavamanos, ahí hay algunos cepillos de dientes extras-Señaló ignorando mi sarcasmo y referencia a anoche

Lo obedecí y encontré lo que buscaba, cepille mis dientes, arreglé el desastre que tenía de cabello, hice mis necesidades y después salí, la escena, Dios, esa escena eran tan... Perfecta

-¿Dónde está bebé? -Víctor cubría su rostro por completo con sus manos, Oliver lo miraba con la boca abierta y expectante -¡Aquí está! -Dijo de pronto, el pequeño soltó una carcajada y el impulso lo hizo caer hacia atrás, ambos nos alertamos, pero él seguía riendo

Me acerqué y saqué mi celular, eran las ocho treinta de la mañana, les saqué una foto disimuladamente y la guardé sonriendo

-Ustedes dos son un lindo espectáculo -Me senté y cargué a Oliver, un olor peculiar llegó a mí, hice una mueca-Uy... Del dos-Suspiré y mordí mi labio inferior-¿De casualidad tienes pañales?-Cuestioné intentando sonar natural, él sonrió

-Claro-Él soltó una risa nasal y caminó fuera de la habitación, poco después volvió con un paquete y me lo extendió, lo observé curiosa -¿Qué? La primera vez que vino me hizo comprar uno, y bueno, quedan estos-Se encogió de hombros, yo sonreí maliciosa

-¿Te interesa aprender a cambiar un pañal?-Cuestioné con normalidad extendiéndole a Oliver, él me miró con horror

-No gracias, adiós!-Practicamente salió huyendo de la habitación mientras yo reía a carcajadas

-Ey, ya sabemos como ahuyentarlo-Le guiñe el ojo al bebé y después empecé mi tarea algo... Fea y traumática todavía

Terminé unos minutos más tarde dejando a un Oliver bañado y desnudo andar por ahí mientras arreglaba la cama y a mí misma, después cuando se puso intenso con que quería ver a su adorado papá -sabiendo que estaba en su casa y que estaba ahí- me vi obligada a bajar un poco apenada por mi vestimenta. Digo, en casa me sentiría cómoda, pero aquí...

-¡Buenos días! -Aquella flamante pelirroja que se encontraba pinchando sus frutas con el tenedor me dirigió la mirada con una sonrisa, yo suspiré incómoda, ella rió -Y vaya que son muy buenos, eh?-Cuestionó guiñándome el ojo después de verme de arriba a abajo, me sonroje hasta las orejas

-¡No, no es lo que piensas!-Aclaré ante todo tragando saliva, ella se acercó a mí y alzó una ceja divertida

-¿Ah, no?-Cuestionó cruzando los brazos -¿Entonces qué es?

Oh bueno ¿Cual excusa era mejor?

Me estoy acostando con tu hermano, olvidé una muda de ropa en casa y me prestó su chaqueta. Opción 1

Me emborraché para despejarme, me olvidé de todo y después llegué como loca con una lluvia torrencial, no me quiso dejar ir así y me quedé durmiendo aquí. Opción 2

Ante mi silencio ella rió bajito, noté como Oliver la veía con la boca abierta, sí, yo también la vería así

-Ay, hola hermoso bebé -Le saludó acariciando su cabello con delicadeza, él extendió sus brazos emocionado, me vi incluso celosa de su interés en ella-¿Puedo cargarlo?-Pidió extendiéndome sus manos, me vi dudosa, pero tampoco quise ser descortés, es decir ¿por qué no debería dárselo? Se lo entregué y ella sonrió satisfecha besando su suave y regordeta mejilla

-Se llama...-Me vi interrumpida, Víctor entró y nos miró como si fuéramos extraterrestres, lo miré confundida, ella con diversión, suspiré y devolví mi atención a esos dos-Se llama Oliver-Culminé dándole una pequeña sonrisa, el pequeño se entretuvo jugando con los mechones rojos de la chica en su cara y ella se apartó hasta la desayunadora con él en sus brazo

-¿Te ha dicho algo?-Cuestionó

-¿Algo cómo qué?

-Bueno, no te ha dicho nada, vamos, el desayuno está listo-Me tomó de la mano y me guió hasta el comedor donde estaba la comida ya servida, cada plato eran un manjar delicioso que olía como perfume de los dioses, literalmente

Me senté agradeciéndole y permanecí observando la comida frente a mí, era todo tan meticuloso que incluso me daba vergüenza ser yo quien comiera eso

Él se sentó, se escuchó otra silla, miré al frente y la famosa amiga se encontraba con Oliver aún jugueteando, Víctor le dio una mirada calculadora y ella le guiñó el ojo. Me sentí algo incómoda, pero al menos pude fijar mi atención en otra cosa cuando dos hombres trajeron una silla para bebés y la dejaron en el otro extremo de la mesa, Amanda llegó y se sentó a su lado para alimentarlo, por lo poco que pude ver era una sopa que... Oh, wow, se veía fenomenal a decir verdad

Oliver, como todo bebé, abrió su apetito por completo y empezó a comer con entusiasmo, riendo por los juegos de la amable señora y dejando que su boca y mejillas se embarraran de la comida

-Entonces, Amelie-Devolví mi atención a la mesa, ni siquiera me había dado cuenta de que esos dos habían empezado a comer y yo ni había elegido entre tostadas o waffles, había hablado ella, le sonreí un poco para que continuara -¿Cómo es ser madre a tan corta edad?