Nuestro aliento se mezcló y ambas respiraciones iban en caminos contrarios. La de él, era calmada, precisa y relajada. La mía en cambio, era todo un desastre descontrolado que permanecía en grandes crisis
—Yo...—Susurré apenas pude recuperar un poco de aliento, sin embargo no me sirvió de mucho, ya que él volvió a quitarmelo cuando me tomó de la cintura para apegarme a su cuerpo. Bien, definitivamente moriría de un paro cardíaco
Me congele en ese instante a la vez que me presté para que aquel hombre hiciera conmigo lo que quisiera. Noté la decisión en sus ojos, me va a besar, mierda, ¡nos vamos a besar!
—¡Papá!—La voz de Oliver nos rompió la burbuja, empuje su pecho alertada para alejarlo de mí y observé en la dirección del pequeño —¡Mamá!—Él exclamaba feliz, pero nosotros dos estábamos fríos
—¿Q-Qué haces despierto bebé? —Cuestioné sin comprender acercándome hasta su cuna para sacarlo y cargarlo, él bostezo y se recostó en mi pecho—¿Quieres ñam ñam?—Mimé acariciando su espalda, alcé la mirada, Víctor estaba en modo pausa mirando a la nada, aunque al sentir mi mirada sobre él rascó su nuca y se acercó para ayudarme con Oliver
—¿Qué es ñam ñam?—Cuestionó haciendo lo mismo que yo hacía con el bebé un minuto antes
—Comida, no es obvio?—Bromeé y él rodó los ojos—Sólo que le puse ese apodo ya que no es algo en específico, sólo es comida—Me encogí de hombros y abrí el refrigerador en busca de algo comestible para el pequeño —Perfecto, tengo compota de manzana—Saqué el pequeño envase, lo abrí y tomé una cuchara para dale—Ven, vamos al sillón—Le pedí a Víctor y este asintió siguiéndome
Sentó al pequeño rubio en sus piernas y así poco a poco fue comiendo hasta que se terminó todo. Nos encargamos de limpiarlo, cambiarlo y volver a acostarlo
Cuando Víctor estaba apunto de marcharse, sentí esa pequeña tensión entre nosotros que para nada me agradaba
—Escucha, no quiero que todo se vuelva raro entre ambos, sólo nos dejamos llevar y...—Mordí mi labio inferior con la vista en el suelo—No sé, si prefieres que lo olvidemos —Murmuré insegura y apenada
Él tomó mi mentón y me hizo levantar la mirada, tenía esa pequeña sonrisa tierna que me embobaba cada vez más
—Deja de preocuparte tanto por mí o por los demás, por primera vez centrate en lo que sientes y quieres tú —Pidió pasando un mechón de cabello detrás de mi oreja, había quedado sin aliento otra vez—Yo no quiero lastimarte ni arruinarlo, entonces siento la necesidad de retroceder aunque ya nada sea igual...—Explicó inseguro, noté el gran peso que sentía en sus ojos
—Lamento que te sientas responsable por todo esto—Me vi obligada a decir mientas me relamia los labios—Pero al menos quiero intentar y no sentirme idiota porque nunca hice esto
En contra de la razón que me gritaba que me detuviera y el sentimiento de miedo que empezaba a ahogarme; me coloqué de puntillas para llegar a su altura, lo tomé de la nuca y lo jale hacia mi cuerpo para finalmente sellar nuestros labios en un beso
Y me desperté
No mentira, esto si es de verdad. ES REAL
Sentí la cara sorpresa de Víctor por la forma abrupta en la que su cuerpo reaccionó, sin embargo, cuando pensé en alejarme y esconderme en mi departamento para arrepentirme por toda mi triste vida, él me empujó contra la pared para intensificar el movimiento lento de nuestros labios y privarme de cualquier pensamiento de escapar, aunque yo ya no quería eso
Nuestros labios se movían sincronizados, dejando escapar apenas los pequeños sonidos del choque continúo entre ellos, sostenía mi cintura con una fuerza moderada, pero torturadora para mí, ya que su tacto siempre me ponía nerviosa
Pasaron unos largos segundos entre beso y beso hasta que se nos acabó el oxígeno y ambos coincidimos en separarnos
—Yo...—Apenas consideré explicarme, él me detuvo colocando una mano sobre mi hombro, calle observándolo
—No hace falta que expliques nada—Susurró dándome una sonrisa pasiva, sonreí como idiota—Te veo mañana —Luego de guiñarme el ojo para hacerme temblar, se marchó a paso lento por el pasillo, lo seguí con la mirada hasta que se fue por completo y después entré al departamento
—No puede ser—Susurré acariciando mis labios con la yema de mis dedos, apenas y podía creermelo —¡No puede ser, no puede ser, nos hemos besado!—Celebraba en susurros eufóricos para no despertar a Oli, pero para desahogarme un poco
Entré a mi habitación, encendí mi laptop y me decidí en marcarle a aquella rubia que empezaba a echar de menos. Luego de unos cuatro tonos, contestó
—Am... Son como las once de la noche, no deberías estar durmiendo para trabajar mañana?—Cuestionó ella con la voz ronca, de seguro ya estaba dormida hace rato
—Enciende la puta cámara! —Exigí ansiosa jugando con mis manos, gruñó, escuché que presionó unas teclas y luego su cámara de activó. Efectivamente estaba en su cama, despeinada y con su pijama de los osos cariñosos; seguía siendo un poquito infantil, pero lucía bien
—Por Dios, estas como un tomate! —Reprendió sorprendida dando un salto, cubrí mis mejillas apenada ¿Víctor lo habrá notado? —¿Qué pasa? ¿has visto porno por primera vez?—Cuestionó en un susurro entre nosotras, solté una carcajada, pero me vi obligada a ahogarla en una almohada
—¡No!—Recalqué riendo aún—N-Nos hemos besado —Mordí mi labio inferior —Víctor y yo nos hemos...—El grito ensordecedor de la rubia no me dejó continuar, pude ver como saltaba emocionada en la cama y aplaudía—Nicole!
—¡Mierda, tenga siete hijos, veinte perros y una enorme casa, sí! —Pedía con clara emoción retenida—Ami, esto es lo mejor, que hermoso
—Sólo ha sido un beso —Rodé los ojos
—Así se empieza cariño, así se empieza —Me guiñó el ojo
Así continuamos charlando hasta que se hicieron las doce, luego la dejé en paz para dormir, cosa que también hice... Sólo que un poquito más tarde, luego de tomar a mi pequeño compañero y pasarlo a la cama conmigo, a veces echaba de menos su calor y sus patadas contra mi cuerpo cuando soñaba