Mi pequeño sortilegio (ezarel x Erika)(eldarya)

4: Ventaja

Tomando dirección al mercado Erika y Ezarel se dispusieron a buscar los ingredientes para repetir la poción. Purroy era el que los atendía y como todo purreko no dudó en aprovecharse de la situación del elfo. Los bolsillos del último se verían vacíos después de esta transacción con el felino, pero no tenía otra alternativa.

—maldito estafador—murmuró por lo bajo el pequeño

—deberías de hacerle ojitos... que tal y se apiada de ti

—todavía no caigo tan bajo.

Sin más que reclamar y resignado el elfo pagó dejando al gato con una amplia sonrisa y signo de manas en los ojos.

Erika reía a sus adentros, tal vez era castigo divino que había caído sobre aquel duende de tan burlona personalidad, aun así, deseaba que pronto regresara a la normalidad por su propio bien y así ver de nuevo al Ezarel de siempre.

Seguido se dirigieron a otro local para conseguir la arena fina. A diferencia de los demás negocios este se hallaba escondido entre el bosque y el trato era con un vendedor clandestino. 

—no me imaginé que entre tus contactos hubiera traficantes, debí imaginármelo dada tu naturaleza—ella lo miraba dudosa

—no estoy muy orgulloso de ello, pero hay veces que es necesario mancharse un poco la imagen... y ¿a qué viene eso de "dada mi naturaleza"?

Erika río mientras el menor se veía harto, atrás el extraño vendedor ahogaba una risa por la nueva apariencia del elfo. Evidentemente Ezarel se molestó. Jalando bruscamente a Erika de sus ropas emprendieron el regreso.

De camino la castaña miraba los ingredientes que traía en los brazos, Ezarel le había ordenado llevarlos sin nada de delicadeza haciéndola sentir utilizada como trasporte de carga. Por ir rumeando metida en sus quejas no se percató de una raíz que sobresalía del suelo, como consecuencia se tropezó desperdigando las cosas alrededor.

—por el oráculo tu no necesitas estudiar para tonta—dijo entre risa al verla tirada en el suelo.

Ella le dedicó una mirada sombría, pero al duende parecía importarle poco el enojo de su subordinada pues seguía riendo, sonrisa que se borró de repente mostrando un semblante preocupado.

—¡pero en que estoy pensando!

Ella sonrió levemente al pensar que el chico se había dado cuenta de su mala educación y ahora la ayudaría a levantarse, pero pasmada vio como pasó de ella apresurándose a recoger los ingredientes que había tirado.

—espero que no se hallan estropeado por tu culpa

—idiota! —le dijo molesta mientras se levantaba sacudiéndose la ropa.

—qué suerte tienes que no le haya pasado nada a la perla de energía y que la arena no se haya salido de su contenedor—dijo aliviado al recoger los ingredientes.

La joven se ofendió aún más tanto que dio un golpe al suelo con su pie. Seguido el elfo se giró a ella.

—debes de llevar más cuidado tonta—dijo serio, pero finalmente al verla toda empolvada y furiosa rió de nuevo.

Indignada caminó ignorándolo al pasar a su lado.

—¡Hey! los ingredientes—hizo alusión a que tenía que llevarlos de nuevo

—¡vete al diablo!

Ezarel sorprendido empezó a reír, sin querer la había hecho enojar más, pero esto le divertía. Como los ingredientes no eran pesados los llevo consigo.

Fueron directamente a la sala de alquimia, esta vez la castaña elaboraría todo siendo guiada por su jefe. Después de unas cuantas horas de regaños y miradas molestas por parte de la humana la poción quedó lista.

—¡SI! ¡me salió la receta a la primera! —estaba entusiasmada por su logro.

—ya deja de alardear aspirante de Nevra y dámela...además si no fuera por mis indicaciones no lo hubieses logrado—el pequeño alzo una ceja fastidiado.

Sintió un poco de dolor en su orgullo en que la humana consiguiera lo que él no pudo, pero lo dejó pasar. Enseguida ella le entregó el tubo de ensayo de mala manera.

—¡claro! ¡claro! lo que digas —se giró dando la espalda al menor

—gracias—dijo amable sin pensarlo.

Esta palabra inesperada la hizo voltear levemente y mirarlo contrariada. No se esperaba un agradecimiento de su parte ya que no se había tomado la molestia de ayudarla cuando cayó en el bosque, aun así, no pudo evitar sentirse feliz.

Por su parte Ez no le dio importancia a lo que había dicho y ya se estaba llevando a los labios la sustancia recién elaborada por lo que Erika lo observó atónita. Si todo funcionaba ya no vería esa adorable forma y la echaría de menos, pero sin preverlo el menor se detuvo.

—salgamos del laboratorio, no sé qué efecto valla a tener al ingerirla y no quiero ocasionar otro desastre como el anterior.

Ella asintió y siguió al chico. Primero regresaron a la habitación de Ez por ropa ya que era seguro que la necesitaría. Después fueron a la playa de nuevo, ya que ahí casi no iba nadie.

—por fin me desharé de este problema —dijo muy seguro de sí pero antes que pudiera tomárselo una mano le arrebató el tubo contenedor.



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En el texto hay: bruja, elfos, eldarya

Editado: 13.10.2019

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