Ignorando lo de Erika, Ezarel se sentó en su cama para empezar la lectura del diario de Eir, Eweleïn también tomó lugar a su lado y escuchó atenta la narración del líder.
"Ha pasado más de un año desde que este hechizo cayó sobre mis hombros, pero no estoy triste.... Se que le dolerá a mi familia perder a Eir la valquiria, pero, un nuevo yo renacerá y seré lo que antes no pude ser por culpa de mis fallos, así que realmente estoy agradecida."
"En estas hojas dejaré plasmado el lamento de mi memoria que poco a poco se va extinguiendo, ahora sé que pronto no quedará nada pues ella ha muerto. Rista, mi hermana menor y la que una vez fue mi mejor amiga, ya no está en este mundo material y mi oportunidad de pedir perdón se ha ido junto con su alma. Pero esto que viví quedará como testimonio para la salvación de alguien más"
"Hola y bienvenido sea señor Ezarel, sé que está buscando respuestas en mis memorias perdidas, sinceramente no sé si le pueda ayudar, pero solo le diré que la respuesta usted ya la sabe"
Rápidamente Ezarel cerró el libro mientras Eweleïn lo miró con estupor, era algo que no se esperaban, pero a la vez le pareció lógico al elfo. Pasaron unos minutos en los que ambos se tranquilizaron después de discutir un poco sobre ello, siguieron de nuevo con la lectura, ahora estaban seguros que una pista estaba dentro.
"Imagino que ha de haber sido un shock para usted que yo sepa de su existencia, pero ELLA quiere ayudarle y por eso me habló de su persona, así que a partir de la siguiente página documentaré todo lo que he pasado para comprender por fin la verdad. De favor, le pido que no maldiga el sortilegio que ha caído sobre usted"
El líder ojeó la libreta, notando que tenía todas sus páginas llenas de memorias. Se dio cuenta que la lectura iba a ser muy larga y sabía que el día siguiente era apretado para ambos, entonces volteó hacia su compañera con semblante inexpresivo.
—será mejor seguir mañana, es tarde y tú tienes pendientes por el tiempo que estuviste ausente, además creo que necesito descansar para asimilar esto.
—entiendo—puso su mano en el hombro del chico en muestra de apoyo y enseguida salió tranquilamente
Ezarel se echó en su cama mirando el techo analizando lo poco pero muy revelador que había leído. Sintió marearse, tal vez era el cansancio acumulado así que se levantó y tomó las ropas que Erika le había llevado para cambiarse.
Vino a su mente la corta conversación que tuvo con aquella presencia en forma de Eir, sabía que era ELLA, o al menos así la llamaba la valquiria. No lograba entender porque había hablado sobre Erika y recuerdos de él al lado de la faelinne empezaron a emerger. Una risita salió de sus labios al pasar las imágenes de cuando este la hacía rabiar, pero sobre todo sonreír, llegando el pensamiento de "tiene una bonita sonrisa" a su mente. Sacudió su cabeza y de inmediato negó lo que sintió, pues fue como si una gran revelación se presentara ante él, pero era algo que no deseaba, entonces para quitarse esa emoción decidió dar una vuelta para despejarse.
Caminando hacia el quiosco notó una figura sentada en este, era la azabache que descansaba mirando el cielo nocturno. Quiso pasar desapercibido por la joven ya que no tenía ganas de entablar una conversación con ella, pero para su desgracia fue descubierto justo cuando iba a tomar otro camino.
—¿Ezarel? —Este se giró a ella con mala cara—¿dando un paseo nocturno?
El chico se limitó a asentir.
—ok, yo sé que no te agrado, tú por contrario me caes bien, sin embargo...perdona si soy entrometida, pero tengo algo que reclamarte—Heks le habló con tono neutral mirándolo fijamente— no me gusta que hagas llorar a las personas
—¿Qué? —frunció el ceño desconcertado
—hoy en la tarde encontré a Erika al borde del llanto fuera de tu puerta, en cuanto me vio se echó a llorar.
—¿de qué hablas? Yo no le hice nada —respondió cortante y se giró para alejarse. Heks solo suspiró.
De mal humor caminó de regreso a su cuarto, al llegar se quedó pensando unos segundos mirando hacia el pasillo. Sabía que más allá estaba la puerta de Erika, renegó de sentirse culpable por algo que no entendía tomando rumbo a la habitación de la humana. Al llegar tocó la puerta para que a los poco segundos la joven atendiera.
—Ezarel ¿pasa algo? —dijo sorprendida al abrir.
—déjame entrar— La empujó y sin permiso se introdujo en su alcoba.
Ella cerró y lo miró desconcertada.
—¿qué quieres?
—pasa que Heks me reclamó que te hice llorar, ¿a qué viene todo eso?
Ella palideció, no se esperaba que la azabache fuera a ir contra el elfo, nerviosamente caminó a su cama y se sentó tomando una taza de té que tenía en una mesita junto a ella.
—no entiendo porque te reclamó, yo no le dije que fuera tu culpa—contestó desviando la mirada.