Mi pequeño sortilegio (ezarel x Erika)(eldarya)

15:Encuentro

Al entrar en la penumbra de su habitación, Leiftan distinguió una figura conocida, sonrió y encendió las luces tomando asiento cerca de una mesita de centro, en la que pronto fue lanzada una libreta de forro oscuro con una insignia alada de Valquiria.

—casi te descubren—Leiftan tomó la libreta examinándola de manera superficial.

—fue una suerte que el elfo se sintiera culpable y se fuera a ver a la chica tonta—Ashkore se sentaba en otra silla que estaba justo enfrente.

—no te permito ese lenguaje hacia ella

—¡ok! ¡ok! ya no te enojes—una risita se escuchó dentro de la máscara al ver brillar de ira los ojos de su compañero —¿y qué? ¿ahora la chantajeamos?

—ya veremos, quiero ver de lo que es capaz esa bruja por su protegido—botó el diario en la mesa como poca cosa.

—¿no lo vas a leer?

—será después, también tengo que ocuparme de que ese elfo no se siga aprovechando y esté pegado todo el tiempo a Erika.

—ayer se quedó mucho tiempo dentro de su habitación, no es así.

—demasiado para mi gusto, justo por ello iba a interrumpirlos—la cara de Leiftan estaba totalmente descompuesta y todo él emanaba una aura muy oscura.

—pero gracias a eso me dio tiempo de hacer una réplica que ni el elfo supo reconocer—Ashkore se levantó y fue hacia la ventana de la habitación del rubio—nos vemos.

Enseguida desapareció, así como llegó. Leiftan se quedó un buen rato en su sitio, tal vez pensando o ideando el siguiente paso, hasta que el llamado a su puerta lo hizo moverse. Al abrir encontró a Kero con aspecto preocupado, le dijo que Miko había convocado una junta en la sala de cristal, así que el daemon confirmó su asistencia.

Entró de nuevo a su habitación y tomó la libreta para guardarla en su abrigo y rápidamente fue en dirección a donde le habían solicitado.

Llegando se dio cuenta que estaban presentes solo los involucrados en el caso de Ezarel, riendo a sus adentros y tachando de imbécil al alquimista en sus pensamientos, pues este había vuelto a caer en el hechizo de la bruja, contrastando con su falsa reacción de asombro y preocupación por su supuesto camarada.

Miko se acercó a explicarle lo sucedido, marcando que su transformación no era lo delicado esta vez, si no que el diario que habían conseguido en el pueblo de las valquirias había sido robado por el sujeto enmascarado, el cual está vez había dejado por firma el nombre de Ashkore.

—oh, ese sujeto—hizo una mueca—me siento responsable por no poder detenerlo aún.

—no es tu culpa Leiftan, en dado caso se ha burlado de todos.

La charla siguió y Miko mandó a hacer una revisión por todo el cuartel para ver si había algún indicio del hombre de la máscara, pero Eweleïn se disculpó del caso, alegando tener muchos pendientes en la enfermería. Esto sorprendió a muchos de los presentes, pues el día anterior está chica había dejado en claro el total apoyo hacia Ezarel.

Este distanciamiento entre ellos hirió al pequeño duende, a pesar de que ya se esperaba que las cosas serían así. Con esto se dio cuenta que el perder a una amiga querida era muy doloroso, así que cierta humana le removió los cabellos de manera afectuosa para alentarlo.

—ahora es difícil, pero Ewe es fuerte, lo superará y todo volverá a ser como antes —el pequeño solo asintió deseando que las palabras de la faelinne fueran ciertas.

Todos salieron y empezaron la búsqueda de alguna huella o del mismo sujeto en cuestión, Leiftan se acercó a Erika con la intención de pedirle ser su pareja, escuchando de ella misma que acompañaría a Ezarel. Esto no le agradó, así que enmascaró su enojo con un semblante sereno y se alejó saliendo del lugar. Al llegar a la puerta del cuartel el falso lorialet notó que algo no estaba bien, pues no había nadie alrededor cuando era la hora más concurrida. Siguió caminando hasta llegar al refugio donde se detuvo de repente.

—eres rápida—volteó levemente por sobre su hombro derecho.

Detrás estaba la figura de una mujer, el vestido largo y harapiento junto con la larga cabellera revuelta eran la carta de identificación de la famosa hechicera. Como el daemon la esperaba, sacó la libreta de su abrigo y la mostró para que su acompañante pudiera verla.

—¿quieres esto verdad? —mostró una sonrisa algo burlona que borró al instante cuando ella negó en silencio, intrigado volvió a preguntar—¿entonces?

—llegaste tarde—respondió la bruja haciendo que un Leiftan confuso girara a ella por completo, agregando a su oración —él ya no necesita la libreta.

—que estupideces dices—apretó el diario con enojo.

Pero la mujer de rara vestimenta pareció no importarle y arremetió con otra interrogante.

—¿qué es lo que quieres? ¿Porque intervienes?

—así que vienes a investigar entonces—la mujer asintió y el chico sonrió—te quiero a ti.



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En el texto hay: bruja, elfos, eldarya

Editado: 13.10.2019

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