"Charles"
Dos amigas. Daniela y Melody. Melody tuvo un hijo al cual llamó Charles. Y unos años más tarde Daniela tuvo una hija a la cual llamó Ela. Desde pequeños se criaron juntos. Pero Melody no era buena con los niños y casi nunca sabía cómo cuidar a su hijo. Así que solía pagarle a Daniela para que lo cuidara.
—Melody, ¿no crees que deberías pasar más tiempo con tu hijo? Charles está creciendo sin ti.
—Ay amiga, sabes que no soy buena con los niños Charles tenía un hermano y se lo llevó el papá. Además... Tú eres buena con ellos y como no estás trabajando, pues yo te pago y tú los cuidas. Míralo, está allá jugando con Ela.
—Melody...
Melody, sin hacer caso, miró su reloj y hizo una cara de preocupación.
—Ay amiga, tengo que irme.
Le dio un beso en la mejilla a Daniela y luego se dirigió hacia la puerta mientras Daniela regresaba al lado de Charles.
—Tu mamá solo sirvió para abrir las piernas y salir embarazada, pero para cuidarte, nada.
Cargó al pequeño Charles en sus brazos arrullándolo, mientras Ela observaba con curiosidad.
"A medida que pasaba el tiempo, Melody seguía dejando a su hijo en casa de Daniela. ¿Y se preguntarán qué hacía? Se iba de fiestas o incluso a verse con un chico diferente cada semana. Y la figura materna de Charles terminó siendo prácticamente Daniela, Melody nunca podía cuidarlo."
Los niños crecían y crecían. Charles fue criado bien por Daniela, la cual le enseñó a ir al baño, comer bien sin desastres e incluso le enseñó lo más importante: las mujeres se respetan.
Charles no fue un niño malo al empujar a Ela o hacerle maldades. Siempre la cuidaba y se quedaba con ella hasta que se dormía, y la besaba en las mejillas tiernamente. Él decía que ella era su hermanita.
—Charles, pequeño, ya Ela se va a dormir.
Charles dejó tirado el juguete que tenía en la mano y se acercó con una sonrisa inocente a la pequeña cama de Ela.
—Ela.
—Sí, mi amor. Ela tiene sueño. ¿Le darás su besito?
Charles le dio un besito a la bebé en la mejilla, la cual movió ligeramente las manitas y sonrió soñolienta. El pequeño acercó su mano al cabello de Ela, acarició por debajo de este.
—Bebé.
Daniela sonrió ante la ternura que irradiaba el hijo de su amiga y lo cargó para llevarlo a dormir también.
—Ven, corazón... Vamos a dormirte. Cuando venga tu mamá a buscarte, despiertas.
Daniela se sentó en la mecedora con el niño, acariciando su espalda y amándolo como a su propio hijo.
Eso fue solo el inicio... Hasta que Charles cumplió 17 y Ela 15.
Charles había encontrado su propio estilo. A veces vestía casual y la mayoría de las veces usaba una chaqueta de cuero con botas de decoraciones de cadenas pequeñas colgando. Y había desarrollado un gran gusto por las motos.
—¡Apúrate, vamos a llegar tarde!
Gritó Charles, mientras que Ela bajaba las escaleras con un pantalón pegado al cuerpo, apretadito porque ella era rellenita. Charles sonrió y la miró de arriba abajo.
—Hola, preciosa... ¿Vas a ir a la secu con tu mejor amigo o vas a conquistar corazones?
Ela se sonrojó y le dio un ligero golpe, mientras Daniela les daba las loncheras.
—Coman, niños...
—Ay, señora Daniela, no es necesario que me prepare la comida. Ya soy casi un hombre y vivo solo.
—No pasé mi vida cambiándote los pañales y desvelándome viendo videos de Plim Plim contigo para que tú vengas a decirme señora. Llámame por mi nombre. Tampoco voy a exigirte que me digas mamá, porque después de todo, tu madre sigue siendo Melody.
Charles se rió y le dio un beso a Daniela en la frente.
—Lo siento, Dani. No te diré más señora y bueno, me comeré la comida, está bien, no te la voy a rechazar. Por cierto, voy a ir en moto, voy a llevar a Ela...
—Por favor, no manejes tan rápido, no quiero tener que quedarme preocupada pensando que eres un loco en moto.
—Bueno, cuando voy solo puede que sí vaya rápido, pero ahora que voy con Ela, pues puedo bajarle dos.
—Te lo digo en serio, Charles. Aunque estuvieras solo, deberías tener más cuidado.
Charles tomó a Ela de la mano y salieron de la casa sonriendo, y Daniela sacudió la cabeza.
—Estos niños...
Charles:
—¡Vamos, no seas cobarde, súbete!
—¿Pero y si me dejas caer?
—Mira, te protegía desde pequeña, desde que yo tenía ocho y tú tenías seis. Desde que yo tenía 10 y tú tenías 8... No te voy a dejar caer.
—Solamente son dos años, no intentes verte muy grande.
Dijo Ela, conocía levantada, haciendo que Charles soltara una risa arrogante.
—Yo no intento verme muy grande. Literalmente soy más grande que tú. ¿Cuánto era que me decías, ¿1.20?
—¡Es 1.47, tonto!
Charles estalló en una carcajada mientras prendía la moto.
—Yo creo que los Minions son más grandes... ¿No has intentado buscar por internet cuánto miden?
Ella se subió en la moto molesta, cruzándose de brazos. Charles le dedicó una sonrisa. Pero esta vez no era una sonrisa de burla, sino más bien de ternura, le puso el casco . En la cabeza, el cual le quedaba gigante y tomó las manitos de ella.
—Agárrame de la cintura... Si eso te hace sentir más segura, lamento lo de tu estatura es que me parece tan tierna. Le dio un beso en la cabeza a su amiga.
—¿Ya no estás molesta sí? Sabes que te quiero mucho y no lo digo para lastimarte.
—Lo sé... Dijo ella poniendo su mejilla contra la espalda de Charles y aferrándose a su cintura. Cuando él se aseguró de que estaba segura, arrancó la moto hacia la secundaria.