DIEGO
Voy camina a la preparatoria donde estudia Dalia, estoy muy nervioso no sé ni que le voy a decir, solo sé que quiero abrazarla y decirle que la eche de menos, que si es necesario es parare una eternidad si ella me lo pidiera para que me acepte de nuevo en su vida, que me deje formar parte de ella, eran patetico escucharme en mi interior, era un hombre casado ahora las cosas habían cambiando como podía olvidarme de eso como era posible pensar en alguien mas si tenía una esposa esperando por mi regreso en Morelia, una de esposa a la que no amaba, una esposa que ni siquiera sabía porque seguía con ella de verdad que soy un imbécil.
Laura.- Amiga ahí que darte una manita de gato, es más quítate ese suéter que te hace parecer que vienes en pijama,.-
Dalia.- Oye este suéter es muy calientito y cómodo, pero si me lo quitare, puedes llevártelo y mañana me lo traes de favor.-
Laura.- Si amiga claro, solo por favor mantén la mente fría y no vayas a fallarle a Javier, él es un buen chico.-.
Dalia.- No tienes ni que decirlo Lau, eso es obvio.-
Nos apresuramos a maquillarme, ya que no me había dado tiempo de arreglarme me puse rímel, delineador de ojos, brillo labial me solté el cabello me puse perfume y en menos de 15 minutos ya estaba lista.
Laura.- Amiga te vez muy linda, vez deberías hacerlo más seguido.-
Dalia.- Gracias amiga, ahora esperemos a que llegue aquel individuo.- Soltamos una carcajada por mi comentario, 22 minutos después de aquella primer llamada de Diego, suena mi teléfono.
-Bueno.-
Diego.- Hola hermosa ya estoy afuera.-
Dalia.- Ok voy para allá.-
Diego.- Aquí te espero amor.-
Dalia
Me dijo amor, en verdad no entiendo a este sujeto, me puse tan nerviosa que colgué sin decirle nada.
Laura.- Bien amiga pues ve sal tu primero, mañana me platicas que paso.-
Dalia.- Pero no vas a acompañarme, al menos para que te lo presente.-
Laura.- No amiga ya habrá más tiempo para presentaciones estoy segura, suerte tqm.-
Dalia.- Gracias amiga y yo a ti, hasta mañana.-
Voy caminando, al cruzar la puerta puedo ver aquel hombre con chamarra de piel negra pantalones de mezclilla, zapatos estilo botín, y lentes oscuros recargado en una moto, al verme solo me sigue con la mirada hasta que por fin quedo frente a él.
Una mezcla de emociones me recorre de pies a cabeza.
Tenerlo frente a mi hace que recuerde lo bien que me hacia escuchar sus consejos, sus a brazos y sus palabras de aliento entrando en mi la duda en que momento había comenzado a sentir todo esto, que había echo mal para que se alejara y después regresara como si nada.