Diego.
Después de hacer las compras, para el desayun y la comida ya que el plan es pasar el día con Dalia en el departamento y así podamos platicar, ponernos al corriente y con un poco más de suerte esta vez acepta ser mi novia, es curioso, esta vez siento a Dalia más tranquila y parecemos todo una pareja todo el tiempo estuvimos de la mano en el súper mercado, llegamos al departamento abro la puerta y entremos.
Dalia.- Me muero de hambre te parece si cortas la fruta en lo que yo preparo unos chilaquiles.-
Diego me observa, y tan solo de sentir su mirada me pone de nervios, se acerca a mí y me besa, esta vez el beso es tan lleno de pasión, deseo siento como aprieta su cuerpo contra el mío, y empieza a bajar sus manos por mis caderas, su boca va bajando hasta mi cuello, el beso cada vez se torna más excitante, no puedo evitar sentirme tan atraída a él, pero aparto a Diego antes que las cosas se salgan de control.
.- Creo que esto no está bien.-
Diego.- Dalia perdón, me gustas mucho, provocas tantas cosas en mí que perdí el control.-
Dalia.- A mí me pasa lo mismo, pero será mejor que nos apuremos a hacer el desayuno.- Le sonrió a Diego para calmar las cosas un poco, pero pues es obvio él es un hombre mayor y está acostumbrado que sus relaciones sean así,
Diego.- No quiero que pienses que solo te quiero llevar a la cama Dalia te quiero y te esperaré el tiempo que sea necesario para que estés lista para este paso.-
Dalia.- Gracias, pero aun así creo que debemos hablar no lo crees, aún tenemos muchas cosas que aclarar.-
Diego.- Si, tienes toda la razón, que te parece si desayunamos y después platicamos todo lo que desees.- Dalia ha vuelto a poner una barrera entre nosotros, y no es para menos perdí el control y me deja llevar por el momento.
Dalia.- Me parece muy bien.- Me acerco a Diego y le doy un pequeño beso es los labios, había sido muy grosera con él y creo que no era para tanto ambos nos sentimos muy atraídos y si no fuera porque tengo hambre y porque aún no tenemos algo formal me hubiera dejado llevar, me sonroje tan solo de imaginar a Diego recorrer mi piel, basándome.