Autora: M. Esparza
Libro 1 Trilogia Curvas Impredecibles
Mis manos sudaban por el nerviosismo que se acumulaba en mi interior, mi estomago era un caos, sabia lo que estaba apunto de suceder pero es que no creía aun de donde había sacado la valentía para hacer todo esto, lo miro a el, sus ojos estaban fijos en la carretera la velocidad a la que íbamos no estaba dentro de lo normal, y eso me ponía mas que nerviosa.
La oscuridad de la noche hacia que este suceso fuera mas .... mas , ¡rayos! no se como decirle, esta seria la primera vez que alguien me vería, tan vulnerable tan diminuta.
Los edificios eran conocidos por mi se asomaban conforme conducía, y entre ellos el edificio donde se hospedaba el, estaba nerviosa, es decir no se como actuar o que hacer , se que la vez anterior nos tocamos o mas bien el a mi pero esto , esto era diferente a lo de aquella vez.
- Cariño - su voz, oh por dios, me derretía a tal nivel que el no lo sabia, ni siquiera me había dado cuenta en que momento aparcamos y cuando bajo de su auto.
Salimos del estacionamiento, el edificio estaba como lo recordaba pasamos por el lovi y seguimos hasta el ascensor, su mano entrelazada a la mía me hacia sentir segura de todo, el camino se me hizo verdaderamente corto, solo podía escucharse nuestras respiraciones aceleradas, nadie decía nada eso me incomodaba solo un poco, al salir entramos a su departamento, todo estaba oscuro ,reluciente, tan... tan vació ,tenia mucho tiempo que no había vuelto a este lugar.
- ¿Quieres algo de tomar? - pregunto mientras caminaba hasta la cocina y quitaba su saco, dejando a la vista su gloriosa camisa blanca apretada a esos fuertes y exquisitos brazos.
- Yo ... agua, por favor - rayos! ni siquiera podía hablar sin que mi voz se escuchara nerviosa.
- Aquí tienes - me dio el vaso de agua y el tenia en su mano una pequeña copa de lo que parecía ser Whiskey, me aleje de el y mire todo a mi alrededor.
Por el gran ventanal se podía apreciar los demás edificios, la ciudad de Georgia, todo parecía ir en su curso lo único que era diferente es esta noche, camine en la sala bajo la atenta mirada de Connor, tocando y apreciando cada objeto en este departamento, mire una pequeña fotografía... no la había visto.
Es decir, no había visto cuando me la había tomado, estaba sentada en el parque con Boky aun lado y yo sonreía, otra fotografía capto mi atención, estaba en su habitación dormida.
- ¿Sabias que eres muy despistada? - su voz hizo que mi piel se erizara, sus manos tocaron delicadamente mis brazos.
- Sabia que lo era pero no tanto - apenas podía decir palabra sin sentir que el corazon se me fuera a salir del pecho - Se siente diferente regresar a ... aquí - dije ya que sus labios estaban en mi cuello.
- Es por que tu no estas aquí, a mi lado Annie - dijo con voz ronca, era diferente a lo que es su voz, era una carga de deseo.
- En realidad quiero estar, pero ... pero - sus labios besaban y daban pequeñas mordidas en el - Mis padres, aun soy .... soy menor d-e edad - mi respiración golpeaba violentamente contra mi pecho.
- No sabes cuanto te amo, eres mi maldita droga - sus besos subían y bajaban enviando a mis ojos cerrarse, subió a mi mandíbula, tocando ligeramente mis labios, jugando con ellos - eres lo que necesito para calmar a la bestia que se encuentra en mi interior - sus labios me engañaban , me obligue abrir los ojos.
Lo mire, su mirada esta oscura, cargada de tanto deseo y realmente quería saber que es lo que esta pensando en este momento, pero mis ganas por besarle no desistían, no dejaba de torturarme, tome su rostro en mis manos mis pulgares acariciaron la barba que tenia el cual le daba un aspecto demasiado varonil y dejaba ver cuan atractivo era, amaba a este hombre se que en un momento se convertirá en mi delirio, es el único capaz de destruirme como enviarme al mismo cielo.
- Besame, amor - sus palabras bastaron para que mis impulsos me llevaran a besarlo con cada partícula de mi ser, al principio era brusco y arrebatado, pero bajo la intensidad para ser mas adictivo,profundo e intenso.
Sus manos bajaron a mi cintura, llevándome con el hasta lo que seria su habitación,estaba tan lucida de este beso,sentía que dejaba todo mi sentir en el pero dejamos de besarnos por falta de oxigeno, sus ojos me examinaban de la cabeza a los pies, su mirada hacia que temblara, no decía nada y eso me mataba.
- Hermosa - tomo mi mejilla en su mano y con su pulgar bajo hasta mis labios, lo cual hizo que mis ojos se cerraran automáticamente - Te amo Annie - sus palabras cada vez hacia que temblara en mi lugar.
Abrí mis ojos, el me guió hasta estar en al final de la cama, aquella la cual era adornada con una sabanas Azules,con el balcón dejando a la vista las calles de Georgia, no sabia que decir o hacer.
- ¿Confías en mi preciosa? - su pregunta me saco de mis pensamientos, y sin dudar asentí a su pregunta.
De pronto sus manos fueron a mis hombros bajando los tirantes del vestido, sus labios fueron a estos y los beso con delicadeza, dejo caer mi vestido para dejarme solo en ropa interior, no podía mirar su rostro ya que le daba la espalda.
- Mírame, nena - su voz me incito a obedecer su petición, frente a mi estaba el, sus ojos me miraban como si fuera la cosa mas fascinante que haya visto en su vida - Eres perfecta, deja atrás toda tu inseguridad, yo jamas voy a juzgarte por que eres lo mas preciado que he visto en la tierra - sus palabras marcaban cada fibra de mi ser,incrustándose en lo mas profundo de mi corazón.
Con miedo me acerque lo suficiente para poder estar a centímetros de su cuerpo, mis manos torpemente fueron hasta llegar a su camisa,lo mire a los ojos y con esa mirada pedí permiso para poder continuar cosa que el solo asintió y mis dedos lentamente desabrochaban los botones de su camisa blanca, uno por uno, me sentía ansiosa pero de la manera que no sabia que hacer.