Autora: M. Esparza
libro 1 Trilogia curvas Impredecibles
***POV CONNOR***
Un olor a tocino frito y una voz cantando me despertó de aquel sueño reparador que jamas había tenido hasta ahorita ,abrí mis ojos con pereza y una sonrisa marcada en mi cara,aun recordaba cada mínimo detalle de lo ocurrido anoche,cada caricia,beso,ese calor consumiéndonos en lo mas profundo que alguien pudiera tocar en mi ser,fue tan impresionante ya que una mujer, una niña como ella estando con un hombre como yo lo hace llevar a la locura.
Annie no se encontraba en la cama, su lado estaba impregnado con su exquisito aroma, me volvía loco esa chiquilla, salí fuera de la cama y busque en el armario unos deportivos, cuando me los puse salí en busca de mi mujer, si, MI MUJER,recorrí el pasillo mientras que en el fondo se escuchaba música y con ella a Annie cantar, y lo que me encontré fue lo mas hermoso y tierno que pudiera haber visto.
Annie cocinando,mientras cantaba con una pala de madera en su mano, mientras se movía con una agilidad por la cocina, su rostro marcaba una alegría inmensa que infestaba todo el lugar,me quede parado en la entrada de la cocina, ella aun no se daba cuenta de que estaba ahí mirándola, mover sensualmente sus caderas,su hermosa voz taladrando mi corazon, su cuerpo era mi delirio, ya que solo usaba la camisa que use anoche,se veía jodidamente como una diosa.
Pego un grito cuando me vio ahí observándola como posiblemente un depredador observando a su mas deliciosa presa,sus mejillas se tornaros de un rojo intenso,sus cabellos revueltos le daban ese aspecto salvaje que hacia que tu garganta se secara,en ese maldito instante.
- Y-yo.... mm hola - estaba avergonzada,no lo entendía, ella era hermosa siendo quien es,de cualquiera de sus facetas la hace ser única en su especie.
-Buenos días - dije acercándome hasta llegar a estar a solo unos milímetros de sus labios, no pude contenerme por un segundo mas y la bese con tanta necesidad, mi cuerpo la reclamaba y me gustaba saber que ella sentía lo mismo.
Mis manos bajaron a su cadera para acariciarla suavemente ,recorriendo cada parte que su cuerpo me permitiera, pero como todo lo bueno tiene su fin, terminamos el beso jadeando en busca de aire.
-Me gustas mas así, cariño - dije refiriéndome en su aspecto, lo cual ella abrió sus ojos como platos por mi comentario.
-Oye!!! - dijo cubriendo sus ojos, pero luego abrió la palma de su mano dejando ver sus ojos entre los dedos, eso la hacia ver mas tierna.
- ¿Como amaneciste Amor? - pregunte sonriendo le,amaba a esta mujer con cada célula de mi cuerpo.
- Bien, supongo - dijo mientras baja las manos de su cara y caminaba hacia el desayuno que había preparado - Ven siéntate - dijo mientras lo dejaba frente a los asientos.
-Annie - dije en advertencia ya que estaba evadiendo mi pregunta, pero de igual forma me senté en mi lugar,sin despegar mi vista de cada uno de sus movimientos.
- Esta bien .... en realidad me duele TODO, pero estoy bien nada de que preocuparse - dijo con rubor en sus mejillas mientras dejaba un café frente a mi y un jugo de naranja al momento de sentarse a lado de mi para hacer una mueca de dolor.
Me sentía un poco enfadado conmigo mismo por ser tan brusco anoche, osea no quería que ella pensara que solo fue Sexo y que no tome este asunto con delicadeza,no me di cuenta cuando ella había puesto su pequeña mano sobre la mía, acariciando con su pulgar mis nudillos ya blancos.
-Tranquilo, sabia que iba a ser normal, por favor no te sientas culpable mi amor - dijo ella con su sonrisa que transmitía paz ¿como lo hacia? .
-Lo se pero, debí ser mas delicado tal vez no dolería tanto - dije con seriedad,a lo que ella rió.
-JA JA JA,¿estas loco?, mira se que me avergonzare por decir esto pero ....- tomo un largo respiro para decir lo que jamas me habían dicho - me gusto la manera en que hicimos el amor, dejaste ver quien realmente eres, me satisfaciste demasiado, diría yo, pero el punto es que era una decisión que debía tomar yo, y nadie mas - sus ojos transmitían nada mas que sinceridad, sonreí como un niño en navidad al escuchar cada una de sus palabras.
- eso es algo que jamas me han dicho - y era mas que cierto ninguna de las mujeres con la que haya estado antes me dijo eso , bueno no es como si me hubiera comportado de esa manera con ellas, pero con Annie pierdo el control - Pero me alegra ser yo quien te haya hecho sentir de esa manera, aunque tampoco permitiría que otro te tocara - de solo imaginarlo me hervía la sangre.
- Mejor comer, señor Posesivo - dijo riendo, me encantaba la manera en que ella pareciera estar tranquila con mi carácter de mierda, es como si de alguna forma no le disgustara en lo absoluto.
Comimos tranquilos, claro sin dejar de reír por cualquier ocurrencia suya,lo cual hacia que mi pecho se inundara de orgullo por tenerla solo para mi, tal vez suene egoísta pero ella no tiene problema con eso .... por ahora,aunque tampoco hicieron falta los besos delicados y otros profundos, las caricias y mi descaro por repetirle lo hermosa que se veía gimiendo mi nombre,el como su cuerpo me ponía a mil.
Todo iba marchando perfectamente, estaba en una relación mas que hermosa y estable, lo que verdaderamente me preocupa es que algo llegue a destruirlo, pero no hay que ser tan negativos ¿verdad?, cada vez que la veo es como si supiera que ella es la indicada es que solo miralá!, ella tiene algo que en verdad me hacia falta, que cada vez la necesito mas por que jamas pensé que dependería de alguien, y de un día para otro llega ella a derribar esa posibilidad .
A destruir todo tipo de control que tenia para querer un control sobre ella, querer saber que es lo que piensa todo el tiempo, mantener su salud estable, su seguridad, su futuro, pero se que ella no me dejara hacerlo, lo cual lo hace interesante, ya que después de una pequeña discusión y besos llegamos a un acuerdo mutuo. Cualquiera que me haya conocido antes y me viera ahora vería como la llegada de esta pequeña de cristal me ha cambiado la vida, en cada aspecto visto.