Autora: M. Esparza
libro 1 Trilogia curvas Impredecibles
***POV CONNOR***
Cada segundo se volvía más tormentoso que el anterior, hace más de una semana en la que no logro conciliar el sueño, donde no puedo dormir sin sentir la necesidad de gritar, me duele tanto verla de esta manera, sus heridas poco a poco han ido cerrándose, mi hijo va creciendo lentamente, todos están contentos con su llegada, por las tardes me dedico solo a él, abrazarlo, decirle cuanto lo amo, pero por las noches me dedico a estar con ella, velar ese sueño profundo que me lastima. Me he cansado de rogar su regreso, estoy cansado en el alma, pero no me he cansado de cuidarla.
¿Alguna vez han sentido como si la vida no tuviera sentido? Pues exactamente así me siento, cada maldito segundo y minuto es como si pasara un infierno, Zack no sabe cuánto tiempo llevara de esta forma, todos tienen la esperanza de que despierte, pero dudaron al momento de ver sus heridas, todo su cuerpo había sido torturado, aun no comprendo cómo es que hay ese tipo de personas tan crueles, ella siendo una inocente mujer aun niña ante la ley y embarazada haya sido tratada de esta manera. Álvaro me ha llamado para que vea al culpable o al único que quedo vivo, está siendo custodiado en la prisión mientras lo interrogan para llevar su caso hacia la corte y me hubiera dado más gusto haberlo matado.
-Por favor, amor – más lagrimas terminaban por surcar mis ojos, mierda, me siento totalmente desprotegido – Annie, pequeña tienes que despertar … nuestro hijo nos necesita – acaricie su pálido rostro, el cual apenas empezaba a tomar color.
Atrás de mí se escuchó como abrían la puerta, sé que es su madre, ella cada noche viene a verla y hablarle, todos vienen a verla cada hora diferente del día, pero yo jamás dejo su habitación a menos de que vaya a ver a mi hijo a la incubadora.
-Hijo – me llamo cuando una de sus manos delicadas me toco el hombro – necesitas ir a descansar un poco, tevés cansado – me gire a verla y la verdad es que en sus ojos estaba grabada la tristeza.
-Descuide, yo estoy bien – negué con la cabeza girándome a mi pequeña – las dejo para que estén a solas – me pare de la silla mientras salía de la habitación escuchando un “gracias” por parte de ella.
Salí de aquella habitación, la cual solo me embargaba mucha tristeza y dolor, me siento tan solo aun habiendo un mar de gente en todos lados, habiendo doctores que pueden salvar vidas pero que curioso es que no puedan salvarte de un dolor que no es físico para ellos, simplemente lo emocional no puede ser curado con medicamento prescrito y muchos menos pueden decirte cuando es que ella despertara, por su parte ellos han hecho todo lo posible por que este viva pero ella es la que debe de decidir cuándo abrirá sus hermosos ojos, camino a través de los pasillos sintiendo sus miradas de pena, pena por un hombre el cual no fue capaz de proteger a su mujer, a su pequeña, a la madre del más hermoso hijo que pudo haberle dado, un hombre que fue un jodido idiota por lastimarla de la manera más vil que puede hacerlo. Lastimé su corazón y rompí su confianza, ¿Todo por qué? Porque es realmente ridículo que aun en el siglo XXI siga habiendo discriminación a gente que no es estéticamente como una modelo, delgada y de dinero, jamás he pensado que ella fuera lo contrario a hermosa y perfecta pero me deje llevar por la opinión de terceros y fue así como la perdí por primera vez, esos largos 6 meses fueron los peores de mi vida, es cuando te das cuenta de que todo está hecho en vano, que sin ella no puedo ser yo, que necesito de ella para que me vea y me haga sentir que está orgullosa de mí, la mujer jamás debe sentirse débil cuando tiene al indicado a su lado, pero joder, yo lo arruine, yo la hice sentir más que débil, la hice sentir sola, y eso jamás se me va a olvidar.
La encontré y la recuperé, pero ¿Para qué? Para de nuevo dudar de ella y que por mi culpa ella este en este maldito lugar herida y sin despertar, aun después de haber dado a luz a nuestro pequeño. Sinceramente no la merezco, no merezco a una mujer de su calidad, una mujer valiente e independiente capaz de vencer todo, no necesita un hombre que la viva jodiendo por todos lados haciendo que cada vez logren lastimarla, no necesita a un jodido hombre que tenga miedo de perderla cuando ella siempre le ha demostrado que jamás se ira de su lado. No puedo merecer lo que ella me da, todo lo que me ha dado, menos su corazón del cual no soy ni capaz de reparar.
*Un mes después*
Esto cada vez se vuelve un infierno, una pesadilla de la cual quiero despertar y desear jamás haberla soñado, ha pasado precisamente un mes y dos semanas, ¿Cómo esta ella? Ese es el dilema, ella aún sigue en ese maldito estado, las enfermeras todos los días viene a revisarla, así como asear su cuerpo, he estado presente al momento en cuanto lo hacen, aunque siempre me advertían que no se debe de hacer, pero no quería estar lejos de ella, sus heridas han sanado pero la que ha tardado en cerrar es la herida de bala, esa maldita bala que debió ser para mí.
- ¿Cómo va el caso? – le pregunto a Álvaro mientras me dirijo a hospital ya que había ido a casa por ropa y un baño.
-Estuve hablando con los médicos que lo atendieron – comento mientras giraba para entrar al estacionamiento – presenta un trauma psicológico y episodios de esquizofrenia – que me haya dicho eso solo hizo que mi rabia por ellos creciera, por culpa de ellos mi Annie esta así.
- ¿Cuándo será su juicio? – entre más pronto fuera mucho mejor, así olvidaría muy pronto este mal presagio, pero dudo que algún día vaya olvidar esta situación.
-Aún no lo sabemos, pero esto seguro que le darán muchos años por lo que ha hecho, sin embargo, por los demás no se pudo hacer nada, pero los años de cárcel que les tocaban se le sumaran al joven – no quisiera decir que me alegro de su situación, pero es lo que ha merecido.