Mi perdición, Mi salvación y Mi locura

Cap. 24

Autora: M. Esparza

libro 1 Trilogia curvas Impredecibles

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*** POV ANNIE***

Con un nudo en la garganta y una tormenta en el estómago es como entro a la corte, Connor me había dicho sobre el juicio de Jeremy y aunque me dijo que no quería que fuera, aquí estoy, es algo que tengo que enfrentar, el merece pagar algo de lo que me hizo, aunque ya ha pagado suficiente con la muerte de Kate y su hijo, me duele saber que ella no está. La quise demasiado, me duele su partida, duele saber incluso que la vida de un ser vivo y tan pequeño fue privado de su existir, por lo tanto, Jeremy necesita perdonarse a sí mismo para ver que nada bueno le ha pasado en su vida, no lo juzgo por lo que me hizo, me daño físicamente, pero él está más dañado emocionalmente y eso es peor que la agresión física. María decidió venir con nosotros para cuidar de Mikael.

- ¿Estás segura de esto? – Connor me pregunto antes de entrar por las puertas a ese juzgado y aunque desearía con el corazón decir lo contrario la verdad es que no.

-Tengo que hacerlo – con un amargo suspiro entramos tomados de las manos, sabía que no me dejaría sola en esto.

Al entrar el juzgado estaba lleno, mis amigos estaban dentro, los padres de Katherine. Los testigos, los abogados, la policía y el juez. Caminamos hasta estar en mesa donde mi abogado estaba revisando el informe y todas las pruebas. Tome asiento aun lado de él, gire para ver a Connor sentarse en la hilera detrás de mi junto a María cargando a mi hijo y mi familia detrás de ellos. Los nervios me carcomían, jamás había estado en esta situación y lamento mucho que Jeremy tenga que pasar por esto, si por mi fuera jamás pediría que lo sentenciaran a años en la cárcel solo pediría que no me molestara más a mí y a mi familia. Pero sé que esto es lo correcto legalmente.

-De pie por favor – dijo un guardia de seguridad – El juez Roger Willwood llevara a cabo el juicio de Jeremy Douglas por secuestro y agresión física hacia la señorita Annie Honey – todos nos pusimos de pie a la espera del juez que no haría más que decidir la vida de este pobre chico.

-Pueden tomar asiento – comento mientras comenzaba a tomar el informe que se le había otorgado con todos los hechos.

Admito que no me sienta nada bien esto de los juicios, mi papá era abogado, pero no le era permitido llevar un caso que implique cualquier relación con el acusado o la víctima. El sonido de unas puertas siendo abiertas llamaron mi atención por estas aparecieron dos oficiales cada uno sujetando cada brazo de un Jeremy lleno de unas profundas ojeras con postura de derrota y cadenas en sus muñecas y tobillos, admito que mi corazón se afligió por tal imagen, los oficiales lo dejaron en una silla. Un oficial se quedó junto a él.

-Señorita Honey, pase al estrado por favor – el juez me llamo, con paso lento me dirigí hacia la silla del lado contrario a Jeremy y un oficial se posó frente a mí con un libro el cual pude leer que decía, ley del estado de Georgia.

-Repita después de mí, por favor – comento antes de decir unas palabras – Yo Annie Cloe Honey juro decir la verdad y nada más que la verdad y todo hecho omitido será puesto en mi contra – sabía que todo lo que tenía que decir, ninguna mentira y mi corazón se afligía por lo que mi verdad y dolor le haría a un devastado Jeremy.

-Yo Annie Cloe Honey juro decir la verdad y nada más que la verdad y todo hecho omitido será puesto en mi contra – repetí después de sus palabras tras ver como asentía en aprobación.

Me coloque en mi silla mirando a todo el público, mi familia que me daba confort mediante sus miradas, los testigos con intriga a ver qué historia desalmada o estúpida seria contada para que ellos calificaran con apta a una sentencia menor o incluso de mayor seriedad.

-Señorita Honey, ¿Podría contarme un poco como es que conoció a su agresor? – las palabras del juez hicieron un camino lleno de eufemismo.

-Por supuesto, señor – respire muy profundo –Tal vez esta parte de la historia no le llegue a importar demasiado como a mí pero lamentablemente es así como las cosas empezaron o más bien fue de ese modo como conocí a Jeremy Douglas – volví mi vista al juez esperando a una afirmativa de su parte y así fue con un asentimiento de cabeza – Todo parecía ir normal bueno o al menos normal en mis días de estudiante, en cuarto grado, lunes por la mañana se anunciaba que un nuevo niño llegaría  al principio pensaba “Es nuevo tal vez podamos ser amigos, y tal vez él es diferente, ya no habrá más niños que me empujen del columpio, ya no me lastimaría las rodillas o mancharía mis vestidos con lodo porque me tumbaban” era una niña que a pesar de que los padres no se dan cuenta, yo era parte de ese 35% de la población femenina que sufría bullying escolar por su peso algo que sigue pasando a pleno siglo XXI – suspire sin mirar al público o siquiera a mi familia, solo veía la madera de las paredes – Como dije, era una niña que desgraciadamente le gustaba leer un buen libro que jugar con las muñecas, una niña que prefería la tenue brisa de una lluvia que ir a la playa en pleno verano y creía que tal vez ese niño sería diferente pero no fue así, él fue mucho peor que los otros niños, me veía como si esperara algo de mí, cuando tiraba de mis coletas en 4° grado veía como disfrutaba hacerlo, los años pasaban y aunque haya encontrado buenos amigos, Megan no era más que una chica que tuvo la desgracia de haber caído en su poder, no sabía que ella también era víctima de él que solo proyectaba lo que le pasaba a su alrededor cuando también me lastimaba, me lo conto, me conto sobre el problema de el – levante la vista hacia el juez el cual solo hacia una línea recta en sus labios pero sus ojos eran titubeantes, no quería lastima en su mirada.

- ¿Si sufrió de acoso escolar porque no comento a sus padres? – una pregunta que yo misma jamás he sabido responder.



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En el texto hay: boxeo, pasion, gordita

Editado: 26.05.2021

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