Autora: M. Esparza
Libro 1 Trilogia Curvas Impredecibles
POV CONNOR
Esto no puede estar pasando, acabo de recibir una llamada de Jessie sobre Annie, tuvo un ataque de nuevo lo cual ya no es normal y la verdad esto me tiene muy preocupado porque ¿Quién no se preocupa por su chica? y mierda esto se siente muy mal, no dejo de pensar en ella, no puedo siento que mi Pequeña de cristal es demasiado frágil.
Salí de la oficina ya que había avisado que estaría fuera del trabajo por unos días en lo que Annie se ponía mejor, subí a mi auto y apreté el acelerador dejando atrás todos los señaladores de alto y las personas en la calle, lo único que me importaba era llegar a donde MI Annie se encontraba, al llegar divise el instituto y aparque rápido sin importarme que me haya estacionado mal solo baje del auto y corrí por los pasillos, tratando de encontrar a Jessie y a mi pequeña.
Mire cada salón los cuales ya estaban habitados por sus estudiantes, pase junto a cafetería y mire por dentro, ella se encontraba ahí, camine hasta llegar a ella con pasos decididos, estaba a menos de un metro de ella, la llame, pero ella no respondió, me acerque un poco más y ella temblaba, toque su brazo y ella se puso tensa.
Su cuerpo tembló su mirada se posó en mis ojos, sus hermosos ojos estaban rojo llenos de lagrima y su mirada perdida, me miraba, pero no estaba aquí y eso me preocupa su respiración era densa, sus ojos se cerraban por unos cortos segundos, no, no, no ... mierda esto no puede ser.
Me acerque más a ella y la pegue a mi pecho evitando su caída, Por más que le dijera que se quedara conmigo ella trataba de luchar contra sus impulsos, tratando de mantener sus ojos abiertos, pero no lo lograba su respiración solo se hacía más pesada.
- No me dejes - un susurro fue lo último que dijo para cerrar sus ojos. No joder no.
La cargue en mis brazos, no pesaba nada bueno al menos no para mí, mire a Jessie que miraba con preocupación la escena, le pedí que buscara las cosas de Annie y que las llevara a mi apartamento que avisara a su hermano que ella se quedaría conmigo hasta que salga de peligro, salí de aquel instituto y avance hasta llegar a mi auto la recosté en el asiento y puse su cinturón de seguridad cerré la puerta y corrí hasta mi puerta y subí para arrancar por la autopista.
Llame a Hugo para que me averiguara el hospital más cercano, miré a mi lado derecho y ella ahí estaba con sus hermosos ojos cerrados su piel perdía color al igual sus mejillas, ¡Mierda! golpee el volante, ni siquiera puedo cuidar bien de ella, sea cual fuera la situación para que ella se pusiera así no me importaba del todo, solo que ella estuviera en perfecto estado, mi móvil sonó y conteste.
- Señor, por Northside Dr NW el hospital es PIEDMONT WEST - me indico y después colgué, hundí más mi pie al acelerador, dejando atrás a todo mundo.
Llegue al hospital el cual no me detuve a mirar, baje y corrí hasta la puerta donde se hallaba mi Pequeña, la cargue en mis brazos y corrí por la entrada, la gente me miraba como si estuviera loco lo cual me importaba un carajo.
- ¡¿Que no piensan atenderme?! - grite fuerte con mi voz, la señora que estaba en la recepción pego un grito para venir corriendo a mí.
- Tranquilícese Señor, ¿Qué es lo que le ha pasado a la chica? - pregunto mientras llamaba desde un teléfono a alguien.
- Tuvo un ataque de ansiedad, lo había tenido hace 15 minutos antes de este y en los dos se ha desmayado ... por favor ayúdeme - suplique mirando a mi Annie.
- Muy bien, en unos minutos llega el Doctor Ferrero - dijo con una sonrisa, no le veo la gracia a esta situación eso hizo que me enojara mucho más - chicos súbanla a la camilla y llévenla a la habitación 535 en el tercer piso - dijo a unos hombres que estaban vestidos con batas blancas.
- No voy a dejarla sola, yo iré con ella - dije aferrándola más a mí, no la dejaría sola justo cuando más me necesita.
- Señor necesita llenar una hoja con todos sus datos y en cuanto termine podrá estar con su novia - en cuanto termino de decir aquello una sonrisa se asomó por mis labios, no pensaba que era tan obvio cuando se trataba de Annie.
La deposite en la camilla yo por que no dejaría que un hombre que no fuera yo la tocara, llene una hoja pidiendo todos los datos de Annie, conteste absolutamente todo, no había cosa que no supiera de ella, firme como su novio, después de eso tome un ascensor y presione el tercer piso.
El tiempo dentro del elevador no era para nada cómodo pensar que ella estaba en un hospital me ponía en un estado de hiperactividad y eso no es bueno para mí ya que no soy muy bueno con mi autocontrol puedo cambiar a un estado de enojo y rabia cosa que no quería que MI Annie viera, pero eso fue imposible, aunque lo vio en un estado de ebriedad.
Un sonido de que ya había llegado me despertó de mis pensamientos, salí y camine por el pasillo buscando la habitación ... 535 había muchos cuartos, así que me detuve a preguntar a una enfermera de edad avanzada por la habitación lo cual me indico que estaba a la izquierda en el último cuarto, le agradecí era una persona muy amable, seguí las indicaciones tal y como me había dicho la señora y llegue a la habitación la cual decoraba una puerta de madera con los números en metal dorado.