Mi perdición, Mi salvación y Mi locura

Capitulo 20

Autora: M. Esparza

Libro 1 Trilogia Curvas Impredecibles

POV ANNIE

Después haber compartido ese beso con Connor y unos pocos más por parte de él, me di cuenta de lo mucho que necesitaba comer, no había comido en la escuela y no quería hacerlo frente a mi pues bueno ... novio todavía es un poco raro decir que somos novios cuando antes no había tenido novio alguno, pero bueno en la vida hay que arriesgar todo para ganar cosas maravillosas si no de que sirve esta vida si no se vive al máximo.

Justo cuando me sentía una poeta frustrada mi estómago hizo su ruidosa presencia yo solo me agache para que no se oyera o Connor lo oyera, pero era evidente que es algo tonto cuando me escucho desde la primera.

- Tienes hambre, de nada sirve que digas que no - dijo en tono de reproche, adoraba que hiciera eso me sentía como una niña literal junto a él.

- Pero no tengo hambre - dije excusándome con una sonrisa que mostraba mis dientes como cuando era una niña pequeña - en verdad - agregué para después esconderme debajo de las sabanas.

- Annie ... hermosa no sabes mentir y eso amo de ti - dijo haciendo cosquillas en mi cuerpo que estaba debajo de las sabanas.

- Y- ya pa-para ... ya está bien - dije riendo, no me gustaban las cosquillas por que en cualquier momento podría patearte.

- Yo siempre gano hermosa - dijo con triunfo, lo mire con mala cara haciendo morritos, a lo que él se rio y beso mi puchero.

- ¡Eh! eso no se vale eres un tramposo - dije alegando por su hermoso arrebato, saqué mi lengua como niña pequeña.

- Te morderé la lengua si la vuelves a sacar - dijo con una sonrisa pícara, a lo que me sonrojé y no volví a hacerlo - ¿Te comió la lengua el ratón? pequeña - dijo con una sonrisa triunfal.

- Ja, ja, ja chistoso - dije volteando mi cara, él puso sus dedos debajo de mi mentón, pero yo aleje la cara, me iba a besar lo sabía, pero no quería que pensara que soy una debilucha cuando se trataba de jugar.

Volvió hacer la misma acción y yo me negué luego no sentí más sus dedos y pensé que se había ido así que decidí voltear mi cara y mis labios se estrellaron con los suyos y el aprovecho para hacer el beso más profundo, me había tendido una trampa y eso era verdaderamente injusto pero hermoso, mordisqueo mi labio inferior justo cuando iba a abrir mi boca se alejó y sonrió como el solo sabe hacerlo con su pinta de chico malo e irresistible lo cual es ilógico decir eso ya que si lo es.

Maldita sea había caído en su seductor juego, al fin de cuentas sabía que siempre termino perdiendo él se acercó a mí y beso mi frente para guiñarme un ojo y salir por la puerta, es realmente increíble que tenga novio el cual es mayormente más grande que yo.

Tal vez mis padres no lo acepten o ¿Si? no lo sé solo no quiero separarme de él nunca, me acomode en la cama y mire la habitación era muy grande para mi gusto por la calidad de las cosas en ella se veía que era un hospital de prestigio.

Unos pasos en la puerta se escucharon haciendo que desvié la mirada hacia la puerta y por ella una mujer joven pero más grande que yo tal vez unos veinte y algo, no lo sé, vestía un uniforme blanco y usaba un gorrito que usan las enfermeras que no sé cómo se llama en un recogido delicado pero hermoso y sencillo, camino hasta estar frente a mi cama con una carpeta en sus manos.

- Me alegra que haya despertado - dijo sin subir la cabeza mientras anotaba algo en la en su carpeta.

Camino hasta un costado mío y reviso la bolsa donde había suero, después vio algo que marcaba la pantalla que checaba el ritmo cardíaco.

-Hola - dije llamando su atención, ella volteo y sonrió, era bonita tenía unos ojos hazel hermosos y su cabello era castaño rojizo.

- Hola, Annie - dijo sonriendo, le sonreí y ella fue hacia la ventana de la habitación para abrir las persianas.

- ¿Cuál es tu nombre? - pregunté, ella sabía mi nombre, pero estaba claro que yo el suyo no, así que me atreví a preguntar.

- Oh disculpa, mi nombre es Emily y yo seré tu enfermera - dijo con una sonrisa que llegaba a sus ojos, y la luz en sus ojos al sonreír era peculiar.

- Eres linda, gracias por preocuparte - dije señalando lo que un momento atrás estaba haciendo.

- Gracias, tú también eres hermosa, es mi trabajo no tienes nada que agradecer - dijo para tomar su carpeta y pararse a la altura de mi cama de nuevo.

- ¿Cómo es la vida o bueno el trabajo en un hospital? - pregunte mientras me acomodaba en la cama y palmeaba un lado de la cama, ella miro dudosa pero después de una decisión mental acepto tímida.

- Es agotadora pero cuando haces lo que te apasiona como cuidar de un enfermo o saber que ya están bien es realmente gratificante, pero la mayoría del tiempo no tienes tiempo para relacionarte con alguien fuera o dentro del trabajo, es difícil, pero me gusta estar aquí - dijo en un suspiro, su expresión daba a notar lo cansado que podía ser, pero a pesar de eso sigue aquí porque le apasiona lo que hace.

- Te entiendo, pero dime ¿Tienes novio o algún pretendiente? - dije curiosa pero no quería sonar algo entrometida.



#100 en Joven Adulto
#2102 en Novela romántica

En el texto hay: boxeo, pasion, gordita

Editado: 26.05.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.