Autora: M. Esparza
Libro 1 Trilogia Curvas Impredecibles
El camino hacia su departamento era demasiado tranquilo, la lluvia estaba por acabarse y el sol comenzaba hacer su aparición en el borde del horizonte verdaderamente increíble la puesta del sol me daba una paz para reflexionar sobre mi vida y cada cosa que conlleva en ella.
Nadie articulaba palabra alguna pero no es que fuera un silencio incomodo sino todo lo contrario, pero aun así sus palabras quedaron grabadas en mi mente, ¿Qué fue lo que en verdad quiso decir con eso? no lo entiendo tal vez porque me negaba a aceptar que tal vez quisiera una vida o algo más allá de lo que sentimos justo en este momento.
Tal vez me niego a ser lastimada, es la primera vez que siento que hago algo bien, pero siempre habrá algo que no me deje sentirme del todo bien, o al menos segura de mi misma, pero siempre habrá alguien o eso que te haga sentir fuera de este mundo con las probabilidades de que todo cambiara e ira mejor de lo que uno esperaba.
Tal vez porque uno busca y no encuentra lo que desea, pero si algo más de lo que esperaba.
Una vez mi madre me dijo:
- Hija ... cuando encuentres la persona que dará todo por ti, tal vez distinta de ti, esa será La cual no dejara que te marches de su lado, porque él tiene lo que tú necesitas y tú quieres de él lo que en verdad necesitas, tal vez no te diga cada cosa que el considere mala para ti, pero, una cosa es cierta ... el dejara que lo descubras, porque lo más hermoso que puedas hacer es conocerlo cada día de tu vida y que no te arrepientas de la persona que quiere pasar el resto de sus días a tu lado ...
Un toque cálido en mi mano me despertó de mis propios pensamientos, miro nuestras manos juntas, no digo nada solo lo dejo estar a pesar de que siento miedo, no lo sé, a veces no soporto el tacto de una persona, y eso se debe al miedo que fue provocado en mi de tal manera que he perdido la confianza en mí misma.
- ¿Annie? ¿Estás bien pequeña? - preguntó mientras estacionaba el auto, subí la mirada para ver que estábamos en el estacionamiento del hotel.
- S-si lo estoy - dije en apenas un susurro, no sé qué es lo que me pasa, pero estos recuerdos del pasado me invaden y me dan mucho ... mucho miedo.
- No, no lo estas, estas muy callada desde que salimos del hospital y sobre todo estas temblando - ni siquiera podría mentir, no soy capaz de decir lo que en verdad me pasa.
Se escuchó como habría la perta de su auto y la volvía a cerrar, pensé que me dejaría en este lugar sola y confundida, pero siento como abren la puerta de mi lado y me sacan del asiento, por instinto había cerrado los ojos, pero tenía que ver afrontar los miedos que me carcomían por dentro.
Sus fuertes brazos me cargaron, mi miedo porque él me sintiera imperfecta solo hizo que de mis ojos solo salieran lágrimas, había votado toda posibilidad de mirar eso ojos tan suyos, sus ojos hazel ... los cuales me hechizaban de manera tan potencial que no sabría cómo salir de aquel lugar que su alma me prometía. Camino conmigo hasta el interior del hotel, subimos al ascensor y nadie decía nada solo me apretaba más contra él, yo me aferraba a él como si mi alma dependiera de sus brazos.
Mis ojos pesaban cada vez más ... me costaba mantenerlos abiertos, es como si algo me dijera que dejara de estar consciente, mi cuerpo cada vez pesaba más, pero quería hablar decirle que todo estará bien.
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El fuerte ruido de la lluvia golpeando la ventana, me despertó del sueño, no sabía en qué momento me había quedado dormida todo estaba muy oscuro lo único que se veía era la luna a través de las grandes gotas de lluvia.
Camine con mis pies descalzos tocaban el frio suelo de madera en la habitación, me acerque hasta llegar al borde del balcón.
La lluvia dejaba pequeñas y delicadas gotas sobre el vidrio de la ventana ... no sé qué es lo que me está pasando o porque siento como si estuviera mintiendo, pero es que no puedo soportar estar viviendo con los recuerdos del pasado o con un constante miedo a que todo esto que estoy viviendo sea una total mentira o siquiera producto de mi imaginación.
Unos pasos en la habitación me pusieron alerta, sabia de quien se trataba pero solo se quedó en la puerta, no se acercaba a mi ... me daba mi espacio, pero creo que el no permitirle saber qué es lo que pasa por mi cabeza era cierta parte egoísta, pero es que el miedo y la inseguridad no me lo permitían, así que lo único inteligente que podría hacer era intentarlo.
- Hay cosas que ... - hable a penas en un susurro - no se pueden olvidar, que nunca se irán pero que formaran parte de un recuerdo viejo que nunca de ira - camine hasta el final del balcón y me senté sobre este.
- No es necesario que hables de esto - dijo con un tono más ronco del que me hubiera preocupado antes.
- Es necesario.... creo que es tiempo de que lo sepas, no quiero que haya malos entendidos o algo de lo cual no te agrade de mi - dije apoyando la barbilla en mis rodillas - escúchame ... por favor - dije en un lastimoso susurro, necesitaba hacerlo y estoy segura de que no quiero ocultarle sobre el pasado que me atormenta.