Autora: M. Esparza
Libro 1 Trilogia Curvas Impredecibles
POV CONNOR
Horas atrás
Desde que habíamos salido del hospital Annie se encontraba muy rara, no hablo en todo el resto del camino hasta mi departamento, la miraba de reojo mientras conducía su cuerpo estaba tenso pero su respiración era pesada y tranquila ala ves, toque su mano estaba fría parecía sin vida, sus ojos miraron nuestras manos unidas, no dice nada solo lo deja así, pero su tacto se sentía tan diferente con ... Miedo como si me tuviera miedo, y una mierda eso es lo que me jodía.
- ¿Annie? ¿Estás bien pequeña? - pregunte mientras paraba el auto, ella subió la mirada ver que estábamos justo en el estacionamiento del hotel.
- S-si lo estoy - su voz para mi apenas era audible, pero logre entender lo que quiso decir. Su vano intento de engañarme no le funciono.
- NO, no lo estas ... estas muy callada desde que salimos del hospital y sobre todo estas temblando - su rostro dejo el poco color rosado que tenían sus mejillas.
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Aun en mi mente seguía lo que había pasado antes de que sus lágrimas comenzaran a salir de sus ojos incontroladamente, no entendía que era lo que pasaba por su cabeza, de pronto su cuerpo se fue relajando más hasta que oí su respiración lenta y profunda había estado llorando hasta que se quedó dormida, llegue hasta mi habitación, no había nadie en el departamento así que deje a MI pequeña en la cama, se miraba tan inofensiva, tan pequeña que me jodía verla en ese estado.
Salí de mi habitación para llamar a Jessie y decirle que todo estaba bien, que ya habíamos regresado del hospital, me senté en la sala mientras pensaba en todo lo que estaba haciendo, cuando la lluvia hizo su aparición, trueno y rayos la acompañaban.
Sentirme de esta manera con impotencia jamás la había sentido en mi vida, sentirme vulnerable jamás estuvo en mis planes, pero tan solo estar cercas de Annie hacia que mi mundo se pusiera cabeza abajo, al igual que sentirme limitado por no decir al jodido mundo cuanto la amo y que ella es MÍA desde que la vi por primera vez, esa mirada de tranquilidad y paz que transmiten sus ojos me vuelven loco por que joder yo no tengo paz en mi vida.
Tal vez lo que me capturo de ella es que fuera tan diferente a las demás chicas no es como las demás, ella esconde algo que quiero y deseo saber con desesperación, estos pocos días que hemos estado juntos me sorprende cada día más, pero eso es lo que me motiva cada día a saber cada cosa de ella.
Tiene algo que me hace querer dejar todo lo que tengo para solo poder mirarla a los ojos todo el maldito día, pero ¿Por qué? porque me he enamorado de alguien tan perfecto, una pequeña muñeca de cristal que me da miedo romper con mis propias manos, palabras y acciones. Porque estar con ella es como si no vivieras en la realidad como si todo de pronto se fuera esfumar, joder necesito verla.
Camine hasta mi habitación, al entrar no la veo en la cama y mis ojos la buscan como loco para verla frente al balcón, en silencio abrazándose a sí misma, me quedo en la puerta, pero sé que ella sintió mi presencia por que hizo un movimiento con su cabeza como si quisiera voltear, pero no lo hizo. solo comenzó a hablar.
- Hay cosas que ... - su voz era delicada en un susurro - no se pueden olvidar, que nunca se irán pero que formaran parte de un recuerdo viejo que nunca se ira - camino hasta el balcón y se sentó sobre él.
- No es necesario que hables de esto - dije con un tono ronco pues no sabía que es de lo que me estaba hablando, pero eso no le importo.
- Es necesario .... Creo que es tiempo de que lo sepas, no quiero que haya malos entendidos o algo de lo cual no te agrade de mi - dijo mientras recostaba su cara en sus rodillas - escúchame ... por favor - su voz era dolorosa, esto no me daba buena pinta, pero por más que quiero que no me diga lo que tiene guardado creo que es necesario para que ella este más tranquila.
- Siempre te voy a escuchar, aunque tú no lo quieras - camine hasta ella y me senté frente a ellas, toque sus manos pequeñas, miro nuestras manos, pero en ningún momento me miro a los ojos, eso se sentía peor que ser golpeado hasta la saciedad.
- De acuerdo ... todo empezó desde que estaba en 4º grado, yo sabía desde muy pequeña que no era igual a las otras niñas, no jugaba con muñecas ,no era social o si quiera las niñas jugaban conmigo ni siquiera los niños me hablaban, yo era diferente solo porque desde muy pequeña aprendí a leer y escribir más rápido que los demás niños de mi edad, me gusta leer, amaba y amo la naturaleza el aire libre, no soy muy social .... tal vez no era muy bonita y mi peso no es el adecuado, un día las niñas de mi salón se acercaron a mi empezaron a decir cosas como " eres fea" "Annie la ballena" " rara" "rata de biblioteca" cosas como esas y me jalaban las coletas tan hermosas que me hacia mi madre poco a poco empezaron a tal grado que me empujaban ellas y los niños haciendo que me cortara las rodillas y raspones también ...
Al regresar a casa mi mama me preguntaba que me había pasado pero siempre le decía que me caí jugando, jamás dije nada con los años se volvió lo mismo solo que a cómo iba creciendo los golpes eran cada vez más fuertes, estaba por entrar a 8º grado y llegaron tres estudiantes nuevo al instituto, dos de ellos mujeres y un hombre... no les tome importancia al principio en la hora del descanso como siempre solía hacer me fui al patio ... en el lugar que estaba cercas de un pequeño bosque que hay ahí, me senté con un libro y un jugo pensé que al igual que todos los días iba a estar sola pero una voz me distrajo ... era una chica con cabellos Rubios, no vestía igual que las demás chicas pero tenía un estilo propio a la moda pero dejaba en claro que no era igual que las demás ... me pregunto que por qué estaba sola, al principio me fue difícil hablar con ella porque por lo general no hablaba con nadie, todos los días intentaba hablar conmigo pero yo no decía mucho ...