Mi Perdida De Tiempo

POR MAIK:

El camino a su casa fue tranquilo, Ben me puso al día de todo lo sucedido en el pueblo, sé que se está comportando de una manera extraña, conociéndolo quiere distraerme para que no siga pensando en todo lo sucedido y se lo agradezco de verdad.

Megg se duerme en mi regazo antes de llegar a la casa, viéndola así de tranquila junto a mí me llenaba de una increíble paz. Trate de no prestar atención al espejo retrovisor donde Mia me observaba disimuladamente pero mis ojos me traicionaron y pude ver como su rostro se ilumino con una bella sonrisa que me dejo deslumbrado, quizás fue algo que ven estaba diciendo, o algo que recordó pero se vio tan hermosa y natural que quise por un momento ser el causante de tan bello gesto.

Caminé con mi pequeña detrás de Mia hacia la habitación que le habían designado para que pudiera descansar, no pude evitar mirar de más el cuerpo sensual de aquella mujer que me parecía una extraña, no podía creer que estuviese teniendo esta clase de pensamientos por justamente ella, la persona más prohibida del universo entero. Algo definitivamente andaba mal en mí, pero no podía darme el lujo de comerme con la mirada a esta belleza cada vez que tuviere oportunidad.

Recosté a Megg y la arrope para que descansara cómodamente, mientras Mia hablaba de lo cansada que estaba mi niña, al girarme mi cuerpo quedo en una mala posición muy cerca del de ella, pude sentir como su dulce aroma inundaba mi mente y nublo mi juicio

-Si nos ha cansado a todos, voy a ayudar a Ben con el equipaje y luego si no es molestia quisiera darme una ducha.

Trate de que las palabras salieran fluidas, estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no sobrepasar los límites, no sabía si ella había entendido mis palabras por lo bajo que las había pronunciado, por su expresión no sabía que estaba cruzando por su mente, demoro lo que sentí una eternidad en contestar.

Salí hacia el que iba a ser mi cuarto, Ben estaba dejando mis maletas en ese momento.

-Amigo, espero que no tengan problemas para adaptarse, sé que Mia pareció algo reacia con la idea, ella por lo general no es así, no sé qué le habrá pasado pero está actuando algo extraño, quizá algún chico la tiene en ese estado tan bipolar, voy a ir a hablar con ella en cuanto tenga oportunidad, solo deja que se adapte también.

Dijo con una sonrisa.

-Tranquilo hermano, solo no quiero que se sienta incomoda con nuestra presencia por aquí.

-No te preocupes ella no suele pasar mucho tiempo en la casa, siempre está trabajando, para un jefe tirano y explotador, (dijo a modo de burla), y cuando tiene un tiempo libre, o se lo pasa con Jeremy, o sale a disfrutar de su juventud, se ha convertido en una chica liberal sin ataduras ni compromiso.

Su rostro mostro molestia al reconocer ese hecho.

A la mención de su trabajo recordé que debía ponerme al día con muchas cosas en la empresa, esa pequeña iba a ser un dolor de cabeza, lo podía presentir, pobre hombre el que quedara enamorado de ella creyendo que es un pequeño ángel, cuando se diera cuenta que su verdadera naturaleza era la de un demonio.

-Te recuerdo que no soy el que le está dando tanto trabajo, pero las cosas empeoraran con mi llegada, no creo que tenga tiempo de tanto libertinaje, prometo dejarla exhausta sin ganas de nada.

Al pronunciar esas palabras mi cerebro se descompuso totalmente, el lado primitivo de mi mente reprodujo imágenes de todo lo que se me podía ocurrir para llevar a cabo esa afirmación, y todas eran escenas comprometedoras entre ella y yo.

Gracias al cielo Ben no vió el doble sentido oculto sin querer en mis palabras, rio y palmeo mi hombro.

-Te lo agradecería bastante, no me gusta controlarla en exceso pero un poco de supervisión no le vendría mal.

Me sentí mal por el rumbo de mis pensamientos, fui a tomar una ducha para lograr relajarme un poco.

Al salir me guio el sonido de una bella risa y el exquisito olor de la comida,  la imagen que tenía delante me tenía deleitado, Mia se movía de aquí para halla en la cocina y el comedor, tenía una hermosa pollera que dejaba al descubierto una gran porción de piel de sus muslos, la blusa blanca era casi transparente, roge a todos los dioses que no tuviese pensado salir con esas pintas, me preocupaba de verdad, esta mujer sacaba mi lado más protector.

Me acerque para ayudarla a colocar la mesa, y al quitarle la copa de su mano nuestra piel se rozó enviando corrientes eléctricas a todo mi cuerpo, trate de restarle importancia, se me daba bien el hacer como si nada pasara.

Quería hacerle muchas preguntas sobre su actitud hacia mí, sobre su vida en todos estos años, me interesaba conocer un poco más de ella, pero solo esa absurda afirmación salió de mis labios, me sentía un gran tonto por la carencia de sentido en mis palabras.

El almuerzo fue una maravilla, extrañaba en secreto las comidas de Mia, no podía confesarle nunca que siempre iba a la hora del almuerzo o a la cena a su casa para poder comer lo que ella preparaba, pero en aquellos tiempos no era ni la mitad de buena de lo que era ahora.

Habíamos terminado de comer cuando Mia recibió una llamada, sus ojos brillaron de alegría al retirarse para contestar, no se había alejado mucho así que pudimos escuchas todos como saludo a lo que parecía un chico




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