Me despierto con golpes en la puerta de mi habitación, no había luz entrando por la ventana, no se cuento tiempo dormí pero debió de ser mucho.
Vuelven a golpear la puerta y me sobresalto.
-¿Quien?
-Soy yo Mia, ¿puedo pasar?
Escucho como Ben asoma su cabeza abriendo la puerta.
-Si obvio pasa, no sé ni qué hora es.
Dije desorientada.
-Son las ocho de la noche, no quería despertarte antes parecías que no estabas muy bien.
-Si estaba algo cansada, pero ya me siento mejor.
Digo con una sonrisa. Mientras que Ben se sienta en la cama junto a mi apoyando su espalda en la cabecera de la misma, igual a como me encuentro sentada.
-Quería hablar contigo, hoy te note extraña, con todo lo que ha pasado no tuvimos tiempo de nada, pero quiero que confíes en mí y me digas si algo anda mal, sabes que podría quebrarle las extremidades al chico que te traiga tan estresada.
Dijo mirándome serio y sabía que lo decía medio en broma y medio en verdad.
-¡Sabes que confió en ti más que en nadie en este mundo! tienes que quedarte tranquilo y no sacar conclusiones, nunca me estresaría por nadie, sabes que no es mi estilo.
Dije riéndome mientras él me estrechaba fuertemente en su costado.
-Me alegra saber que no tendré que romper huesos aún, pero me entristece que no puedas encontrar a alguien que valga el tiempo perdido.
Me dío un beso sobre mi cabeza mientras las palabras se enterraban profundo en mi corazón.
-Sabes que el tiempo es efímero, no existe una persona con la que quiera perder mi tiempo Ben, de verdad no existe. Dije de forma segura, sin saber si quería conversarlo a él o a mí.
-Quizás cuando logres quitarte esa venda de tus ojos puedas encontrar a esa persona, solo quiero que seas feliz.
-Sabes que soy feliz, mi felicidad depende solo de mí, y así es como me gustan las cosas, deja de preocuparte de más, o voy a creer que quieres que encuentre a alguien para irme lejos y ya no tengas que soportarme.
Las palabras salieron en tono de amenaza y me separe mirándolo con cara de enojo mientras me aguantaba la risa.
-Estás loca si crees que dejaría que alguien te alejara de mí, eso sí que sería una pérdida de tiempo. Ni en tu más bonito sueño.
Dijo molesto levantándose de la cama.
-Nunca soñaría algo así, ¡sería una pesadilla no algo bonito tonto!
Le lancé un almohadón mientras el salía con paso rápido y una sonrisa en su rostro.
Me levanté y me coloqué un pantalón de algodón y una remera de mangas larga que se ajustaba a mi cuerpo.
Me dirigí a la sala, donde estaban todos reunidos, una melena de risos castaños llamo mi atención, se dio vuelta al percatarse de mi mirada en su ancha espalda y una sonrisa ilumino el bello rostro de Jeremy quien me abrió los brazos para recibirme, sin darme cuenta me encontraba corriendo para abrazarlo.
-¡Mi pequeña princesa! No sabes cuánto te extrañe.
Lleno mi cabeza y rostro de besos.
Me aparte golpeando su hombro mostrando mi enfado.
-Eres tonto, como se te ocurre irte por tanto tiempo, hace más de un mes que no hemos sabido nada de ti.
-Lo siento pequeña, sabes lo difícil que es decirle que no a mis padres, cuando se les mete una idea en la cabeza no paran, estuve deseando volver desde que pise España, me enloquecieron con fiestas y presentaciones, quieren que consiga una mujer para que sea mi esposa y siente cabeza, pero ya les dije que no me quieres dar el sí, así que seguiré siendo el soltero más codiciado hasta que quieras aceptarme.
Su sonrisa era contagiosa, a sus 32 años seguía siendo un niño pequeño, todo un ligón y conquistador, un hombre increíblemente bello pero nunca de una sola mujer.
-Sabes que nunca diré que sí, el matrimonio no es más que una sentencia de muerte lenta.
Dije riéndome sin parar junto con Jeremy, cuando me percaté de que las miradas de Ben, Maik y la pequeña Megg estaban sobre nosotros.
Se podía ver la incomodidad en el ambiente, Maik me veía con mucha molestia, ¿y ahora que bicho le picaba?
Jeremy me saca de mis pensamientos mientras me abraza y se dirige a los demás conmigo a su lado.
-Pequeña debe de haber sido difícil para ti estar soportando a estos dos viejos gruñones pero llegue para rescatarte. Dijo mientras veía a sus dos amigos con burla en sus ojos.
-Ha sido una experiencia extraña por así decirlo.
Dije para crear más cizaña.
-Aléjate de ella Jeremy, sabes que es inteligente nunca te daría ni media oportunidad.
Ben se acercó a Jeremy para apartarlo de mi lado, era evidente su tono de broma, pero al que no parecía agradarle mucho la situación fue a Maik, quien miraba la escena sin decir nada. Megg ajena a todo esto jugaba con sus muñecas en un mundo paralelo.
- Voy a pedir comida para poder cenar tranquilos y ponernos al día, Ben dijo que estabas algo cansada. La palabra que uso fue rara, sin ofender.
Término la frase Jeremy, hablándome al oído.
No pude contener la risa mientras Jeremy ponía cara de yo no fui y seguía hablando en voz alta.