Mi Perdida De Tiempo

POR JEREMY:

¿Alguna vez han sentido como si su vida fuese una gran mentira? Pues así me sentía yo en estos momentos, un total y completo engaño.

Me encuentro en España en una fiesta de gala, de una gran compañía que ha trabajado con nosotros desde hace ya muchos años, es a la última que asistiré, ya se los dejé claro a mis padres, no se lo han tomado del todo bien pero se resignaron a mi decisión, me tienen aquí hace casi un mes y no voy a permanecer más tiempo prestándome para esta gran estupidez.

Me siento como si me exhibiesen en una vitrina de una de las tiendas más populares del lugar, no me malentiendan amo llamar la atención de las mujeres, es algo que se me da natural, pero esto es algo totalmente absurdo, me ven como un cazador a su presa, y de vez en cuando se siente bien estar de este lado de la situación, pero hay algo que estas personas no entienden, uno no puede esconder su naturaleza y fingir todo el tiempo algo que no es, aunque pensándolo bien ellos viven en este engaño y están felices con ello, pero yo no, nunca me resignaría a ser algo que no soy, siempre seré el cazador, esa es mi naturaleza y esencia.

Veo como se acerca Adrien con una copa en sus manos, ha estado tomando desde que llegó al lugar, no sé cómo puede permanecer caminado en una línea recta a estas alturas.

-Hermano, ¿por qué esa cara de amargado? no me vengas con que no te sientes cómodo, si es lo que más disfrutas, ser siempre el centro de atención.

Dijo con desdén.

Mi hermano pequeño se había convertido en una persona tosca y hostil conmigo, recuerdo que hubo un tiempo en donde nos llevábamos excelente, éramos muy unidos, pero con los años se convirtió en una relación de constantes peleas y discusiones.

Él era quien quería hacerse cargo de las empresas familiares, en cambio yo no quería tener nada que ver con ninguna de ellas, había estudiado y me había convertido en un excelente abogado tenía un bufet muy respetado y renombrado en París junto con mi socio y mejor amigo Ben, mis padres lo tomaron como un acto de rebeldía adolecente, pensaban que mis ideas se aclararían con el paso del tiempo, pero para su pesar fue todo lo contrario, era feliz con lo que hacía, no quería ser dueño de un imperio que yo no construí, no me interesaba en lo más mínimo.

Lo había hablado más de una vez con mis padres, pero eran tercos y creían que me daría por vencido tarde o temprano y acabaría aceptando sus condiciones.

Trataba de que ellos no se sintieran tan decepcionados, después de todo eran mis padres y no me agradaba ser siempre quien le llevara la contraria y le diera continuos disgustos, era como quien dice la oveja negra de la familia, nunca hice algo para que mis progenitores se sintieran orgullosos de mí, en parte ese era el motivo por el que acepté seguirlos en este viaje tan absurdo en busca de la mujer de mis sueños, con la cual querían que sentara cabeza.

Ellos estaban convencidos de que la iba a encontrar en algún lugar, lo que no sabían era que mi corazón ya le pertenecía a una mujer, solo ella pudo ser capaz de colarse en lo más profundo de mi ser, derribando mis defensas, sin darme cuenta, se había convertido en mi mayor anhelo, la única a la cual podía ver con otros ojos, por la única que dejaría de ser el hombre que soy hoy para convertirme en el hombre que ella necesita a su lado sin ningun problema.

Pero esto se había convertido en el mayor problema entre Adrien y yo, alargando la distancia que nos separaba, si, nos habíamos enamorado perdidamente de la misma mujer.

De los dos, él siempre había sido el más valiente, no había dudado en confesarle sus sentimientos a mi princesa en cuanto tuvo oportunidad, pero corría con una gran desventaja, él no la conocía ni la décima parte de lo que yo conocía a esa pequeña, si lo hubiese hecho nunca se hubiese arriesgado a confesarle su amor, sabiendo que sería claramente rechazado, pero si algo habíamos heredado de nuestros padres era su terquedad, mi hermano no se quería dar por vencido y insistía en que le diera una oportunidad, hasta que no soporte más y tuve que pedirle que se mantuviera alejado , quien hubiese visto la situación desde un punto objetivo podría pensar que lo hice queriendo cuidarla como un hermano mayor, que en cierto modo era lo que siempre hacia, pero Adrien pudo ver detrás de esa simple acción, dándose cuenta de mis sentimientos hacia mi pequeña princesa.

Lo que nos llevó a esta situación, donde él no soporta respirar el mismo aire que el que yo respiro, se ha convencido que quiero quedarme con todo lo que él desea, aunque es todo lo contrario, mis sentimientos por ella habían crecido desde mucho antes de lo que podía recordar, aunque ellos tenían la misma edad, ella estaba pegada a mí la mayor parte del tiempo, lo que nos hacía inseparables, no culpaba a mi hermano por enamorarse de ella, era algo inevitable pero no iba a permitir que él la alejara de mi lado, podía quedarse con todas las empresas de la familia, no me interesaba, pero nunca dejaría que se quedara con ella.

-Adrien, ¿no te cansas de ser siempre tan infantil?




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