Jeremy les dio la mejor noticia del universo a sus padres, aceptaría casarse con Samanta, era algo que había estado meditando y su decisión fue la alegría de todos. Luego de hablar con la muchacha en cuestión, comenzaron a conocerse, para así dar el gran paso al matrimonio siendo una pareja en toda regla. Era un matrimonio arreglado, pero los dos compartían buena química, y quizás, solo quizás, no todo sería tan malo.
Mia había estado intentando contactarse con Jeremy, este no había contestado ninguna de sus llamadas o mensajes, se sentía horriblemente devastada por la situación, era una chica impulsiva que se dejaba llevar por las emociones del momento, se encontraba tan confundida, pero de lo único que estaba segura, era de no querer perder a Jeremy, ella lo necesitaba a su lado.
Tenía esperanzas en que todo se iba a solucionar y quedar olvidado, pero quizás las cosas no fueran tan sencillas como ella esperaba.
Maik logro mudarse a su casa junto con Meggan y su nana, la relación con su querida pelirroja había comenzado con el pie derecho, salieron a cenar algunas veces, e iban progresando a pasos seguros.
Amalia estuvo algo reacia al comienzo por todo lo sucedido con Jef, pero con las insistencias de su jefe, su personalidad y su actitud hacia ella, decidió darse una nueva oportunidad en el amor, así es como habían comenzado un noviazgo muy bonito.
Mia los apoyaba incondicionalmente, aunque se encontraba en una situación algo incomoda por todo lo que estaba sucediendo, no era una persona que se deprimía o se encerraba en sí misma, no iba a perder su tiempo en consumirse en su miseria.
Creía que con el paso de los días Jeremy recapacitaría y se olvidaría de todo esto.
Los días pasaron, y con ellos el anuncio de compromiso de Jeremy se acercaba, no había querido buscar a Mia, al salir aquel día de su casa se llevó consigo el corazón del muchacho, pero con la poca dignidad que conservaba se resignaría y se daría por vencido.
Pasaron tres semanas donde las cosas parecían ir encaminándose, pero nadie había sido valiente para hablar con Mia y contarle lo de la fiesta de compromiso de ese mismo sábado, obviamente estaba invitada junto con Ben, aunque para evitar un incómodo momento y que no se sintiera en un compromiso para asistir simplemente se tomó la decisión de no informarla.
Quizás es cierto que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, pero Mia se sentía vacía sin su compañero de vida, porque eso era lo que Jeremy era para ella, muy a su pesar entendió que el tiempo que compartieron juntos fue el mayor regalo que la vida le dio.
Ese mismo viernes por la noche las cosas cambiarían drásticamente.