Mi Perdida De Tiempo

POR MIA:

Mil emociones se dispararon en mí, en el momento en que sus labios se posaron en los míos, mi cuerpo despertó de manera inmediata, respondí a su intensidad y su deseo con todo mí ser.

La necesidad de sentirlo cerca, de saber que estaba aquí conmigo, que me deseaba y necesitaba tanto como yo a él, me embriagaba de una manera intensa y desesperante, su cuerpo ardía ante mi tacto, haciéndome sentir poderosa, las dudas que alguna vez rondaron mi mente sobre nosotros, se disolvieron en el momento en el que sus manos se aferraron a mí cintura pegándome a su cuerpo, ya no podía dar marcha atrás, ya no sería capaz.

No quería que este momento terminara jamás, pero nuestros pulmones dependientes del oxígeno nos obligaron a separarnos, pero como si tuviera la misma necesidad que yo de seguir sintiéndonos cerca, Jeremy apoyo su frente en la mía tomándome de las mejillas y mirando mis ojos fijamente, como si en ellos encontrara mis más oscuros secretos, trató de calmar su agitada respiración para depositar tiernamente un beso en la punta de mi nariz.

Me volvía loca, todo de él me enloquecía, su forma apasionada de besarme y reclamarme, y a su vez su manera tan tierna y cariñosa de tratarme, era tan ambiguo en tantos sentidos, pero créanme cuando les digo que es el hombre más perfecto que existe, aparte de mi querido Ben.

-Deseé tanto esto, que creo que es un bello sueño, del que voy a despertar pronto.

Su voz estaba cargada de amor, tanto que me llevo a perderme en ella, sin contestarle nada, no quería romper el momento al decir algo tonto, así que me dejé llevar y esta vez fui yo quien lo beso.

La sorpresa en él era evidente, pero no tardó en responderme de la misma forma necesitada.

Entre besos nos fuimos perdiendo el un uno en el otro, su tacto era exquisito, mi piel se erizaba con cada pequeño rose o caricia, la excitación era tanta que no tardamos en comenzar a quitarnos la ropa que nos empezaba a estorbar, entre tropezones sin poder separar nuestros labios, terminamos en su cuarto, mordí su labio inferior y un gemido ronco salió de lo más profundo de su garganta mostrándome lo excitado que estaba.

Recorrí su torso con mis manos, de forma suave, quería grabar a fuego en mi memoria cada relieve de su cuerpo tan bien dotado y con tantos atributos, sin duda alguna era como si los dioses hubieran cincelado su escultural cuerpo y lo hubieran creado para el deleite de las mujeres, a estas alturas no sabía cómo fui capaz de no notar anteriormente un adonis como lo era Jeremy, era la decepción para el género femenino y también para algunos del género masculino, por cómo había desperdiciado mi tiempo teniéndolo tan cerca de mí, sin haberme perdido en él, pude notar que tenía músculos en lugares en los que desconocía que existiesen, creo que podía volverme adicta a este centenar de emociones y sensaciones que despertaba en mí tan rápidamente que me aterraba de gran manera.

 

Como si pudiera sentir mis propios miedos, Jeremy me observo detenidamente de pies a cabezas, con una sonrisa moja bragas de esas que te dejan un momento sin respiración comenzó a besar cada milímetro de mi piel, sin miramientos, como si no quisiese que quedara rincón en mi por ser recorrido con sus labios y lengua.

Claramente tenía muchísima experiencia, se notaba a millas de distancia con cada movimiento de sus manos y cuerpo que sabía lo que hacía, nos dejamos llevar de una forma indescriptible, ninguno de los dos buscaba el placer propio, sino que cada uno trataba de buscar el placer del otro, provocando un estallido de sensaciones en nuestros cuerpos, por primera vez me entregue en cuerpo y alma a una persona sin miramientos, y déjenme decirles que todo el camino recorrido hasta aquí valió malditamente cada segundo, por este único momento en el que fuimos uno entregándonos completamente.

Pasamos toda la noche demostrándonos sin palabras nuestros sentimientos, nuestros cuerpos fueron hechos el uno para el otro y se amoldaban a la perfección.

Fue la mejor noche de mi vida, pero la mañana llego rápidamente, y con ella un nuevo comienzo lleno de incertidumbre.

-Despierta pequeña…

Jeremy recorrió mi espalda con tiernas caricias, beso mi cuello mientras me hablaba de forma sensual con una voz ronca y adormilada.

-Necesitamos hablar y solucionar algunas cosas.

Dijo sin dejar de besarme y adorarme con esas manos suyas.

-Mmmmmm…

Fue lo único que salió de mi boca, mientras me desperecé seductora, provocándolo descaradamente.

-No seas perversa pequeño demonio, sé que quieres distraerme, no puedes evitar esta conversación para siempre, pero como no puedo negarte nada y sé que quieres mi cuerpo en este momento, te lo daré, mientras nos duchamos, luego desayunamos y hablamos sin escusas.

Dijo mientras me levantaba entre sus brazos y me llevaba al baño para cumplir esa exquisita promesa cargada de lujuria.

Después de una larga ducha, nos dispusimos a preparar juntos el desayuno, como no tenía ropa limpia me vestí con una camisa de él que llegaba a mis muslos tapándome muy poco, pero no me molestaba en lo absoluto, no había nada que Jeremy no hubiese visto y tocado ya, así que sin darle importancia me dispuse a cocinar huevos revueltos y tocino, preparé un esquicito café mientras Jeremy hacia tostadas y colocaba todo lo necesario en el desayunador sin quitar sus ojos de mí.




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